Camino despacio. La oscuridad predomina en el pasillo que recorro antes de llegar al salón principal, pero eso se acaba cuando llego a este último y me encandilo con las distintas luces artificiales de colores que adornan el espacio; típicas en una fiesta, así que me tapo los ojos enseguida. El lugar está bastante lleno, por lo que arrugo la cara y doy un paso hacia atrás, pensando en regresarme y olvidar este tonto asunto de que el asesino esté presente en la fiesta. Odio el contacto físico tan cercano con las personas y me desespera estar rodeado de tanta gente; además, es peor si tomo en cuenta la gran cantidad de sangre que corre por las venas de cada uno de los presentes. Pero, aún así, considerando esos aspectos, decido quedarme.

Parece que el evento de apertura ya ha comenzado, ya que puedo ver a unos bailarines con trajes coloridos sobre la tarima principal, y luego a la directora Teressa uniéndoseles, haciendo su entrada triunfal. La mujer lleva puesto un vestido blanco corto, demasiado diría yo. Se ha rizado su escasa cabellera color miel y lleva unos altos tacones que parecen no dificultarle su baile. Sobre sus extremadamente ruborizadas mejillas, muy cerca de sus labios color rojo sangre, posee un falso lunar de tonalidad negra.

Justo cuando el baile de presentación está por terminar, visualizo a los chicos en una mesa a un costado del salón, así que me les acerco y tomo asiento junto a ellos. Pienso que ya que estoy aquí me puedo quedar un momento, y si no veo nada extraño dentro de un rato, puedo regresarme a mi habitación.

—¿Keyland? —musita con sorpresa una chica que lleva un antifaz rosado. Identifico que se trata de Ámbar gracias a su tono de voz—. ¿Viniste? —habla más emocionada mientras acomoda sus rizos dorados de manera nerviosa. Noto un brillo en sus ojos azules.

—Ámbar, ya te dije que no hagas ilusiones. Keyland dijo que no va... —comienza a decir Keren, pero se da la vuelta y me mira con sus penetrantes ojos verdes, los cuales están rodeados por un antifaz de color negro, al igual que el mío; lo cual me resulta curioso—. ¿Keyland? ¿No era que no venías? —inquiere con sorpresa.

—Sí, bueno... Finalmente me decidí. Tal vez sea bueno distraerme un rato —miento, simulando credibilidad, y creo que lo logro, ya que miro a las chicas muy convencidas y emocionadas.

—¡Ya verás que disfrutaremos como nunca! —exclama Keren—. Será una noche inolvidable —agrega con una voz misteriosa.

Siento un viento gélido repentino.

—¿Ya vieron a la directora? Según ella quiere parecer a Marilyn Monroe por como está vestida, pero ni a los talones le llega con esa...comenta Luck entre risas mientras se da la vuelta y observa a las chicas, enterándose de mi presencia, ya que al parecer no lo había hecho, y frenando su habla para esbozar en sus labios una sonrisa llena de malicia—. Ah, Keyland. Viniste —habla con frialdad mientras me mira con fijeza, especialmente a mi vestuario; cosa que las chicas no habían hecho—. Lindo disfraz —añade, sonriendo burlonamente—. Veo que elegiste el que te recomendé. Te queda muy bien, déjame decirte.

Miro sus ojos azules a través de su antifaz del mismo tono por un momento, tratando de contener mi enojo. No quiero armar un escándalo ni hacer el ridículo en plena fiesta, así que sólo me limito a ignorarlo.

—Para mí se ve bien, y muy guapo —comenta Keren mientras me mira pícaramente, mordiendo su labio inferior—. A pesar de que los vampiros son asquerosos y feos —Mira su propio vestuario, arrugando la cara—, creo que con uno como Keyland dejaría de tratarlos así y sería muy feliz. —Se queda en silencio por un momento—. Pero claro, ¡los vampiros no existen!

—Eh... Creo que lo mejor será que hagamos silencio. —Ámbar se entromete, fingiendo una sonrisa—. Ya pronto terminará la presentación y la directora hablará, así que debemos estar callados.

BloodWhere stories live. Discover now