Prólogo.

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Las lágrimas rodaban por su rostro delgadas y fugitivas pero constantes debido a que sus ganas de contenerlas eran completamente inútiles. Por mucho tiempo había estado evitando ese momento, pero el dolor en su corazón esa mañana y el cargo de conciencia eran tan grandes que daban paso a un profundo vacío en su alma puesto que las mentiras le habían hecho perder a quien más amaba.

Su esposo se encontraba sentado enfrente de él, mirándolo con preocupación. Tal vez no había sido buena idea levantarse de la cama y llegar a la cocina donde estaba Matt con ese estado de ánimo, pero todo lo estaba sobrepasando y ya no podía más.

- Louis, ¿Estás bien? – preguntó su esposo con la voz cargada de sincera preocupación – Si es por tu familia, sabes que aunque no tenga una buena relación con ellos, puedo ayudar, pero no llores más.

Negó rápidamente con la cabeza para que Matt descartara esa idea, mientras pasaba una mano por su rostro ya completamente empapado por el llanto.

Ni siquiera sabía si tenía suficiente voz para poder formular una oración, aunque en realidad no importaba debido a que su mente se encontraba trabajando tan rápido que las palabras no conseguían acomodarse para que lo que fuese a decir sonara coherente.

Matt extendió su mano sobre la mesa para poder alcanzar la que él tenía descansando sobre la madera de la mesa del pequeño comedor de madera que habían comprado para la cocina cuando apenas se habían casado. Sus ojos azules siguieron sus movimientos con los recuerdos acumulados y sin más retiró su mano para evitar cualquier tipo de contacto.

- No puedo más – confesó.

Seguramente nadie que lo conociera se imaginaba si quiera el llegar a ver al exitoso empresario Louis Tomlinson en ese estado. Quizás se reirían en su cara y dejarían de respetarlo por tan penosa situación.

- ¿De qué hablas? – preguntó, sin entender a lo que se refería.

Tomó un minuto para calmarse y tomar todo el aire que necesitaba en ese momento puesto que empezaba a sentir que le estaba faltando y no podía ser un peor momento.

- Fallé a nuestro matrimonio – soltó por fin el de ojos azules.

Si tuviese que describir la decepción en los ojos castaños de Matt en ese momento, diría que parecía como si una ciudad enteres se hubiese derrumbado delante de sus ojos.

Habían sido muchas cosas, la principal era que había conocido a ese chico encantador que le robó el aliento desde el primer momento en que lo vio y además, al conocerlo descubrió que era un maravilloso ser humano que merecía todas las alegrías que la vida le pudiese dar con tal de ver esa sonrisa que iluminaba mil ciudades... no pudo evitar caer enamorado por más que se esforzó. Pero pesaba más el hecho de que llevaba tres años de matrimonio con aquel que había sido su pareja desde que había descubierto cuál era su sexualidad, a la cual le había pedido matrimonio cuando el padre de Matt había fallecido dejándolo completamente desprotegido.

No podía dejar su vida por una aventura aunque se le rompiera el corazón en el proceso porque si era honesto, el amor que en algún momento llegó a sentir por el chico que se encontraba sentado frente a él se había apagado por completo.

- ¿Aún lo sigues viendo? – preguntó, ya con lágrimas en los ojos.

- No – se apresuró a decir.

- ¿Lo amas?

Como un loco, pero no podía simplemente decírselo, así que simplemente negó con la cabeza puesto que tenía miedo de que si decía alguna palabra se escuchara toda la mentira impregnada en su voz.

- No te preguntaré la razón – negó con la cabeza energéticamente – Realmente no quiero saber tus argumentos, pero quiero que en este momento seas completamente honesto conmigo ya que me lo debes por haber faltado de esa manera a esto que hemos construido con el paso de los años – no podía leer bien las emociones que su esposo estaba experimentando en ese momento - ¿Quieres seguir adelante conmigo? Porque yo te amo igual que el primer día.

Realmente su intención principal al confesarle la traición había sido esa, que él le perdonara y que siguieran adelante como si nada hubiese sucedido. Pero, ¿Cómo iba a lograr olvidar su hermosa sonrisa?

Podía considerar ese uno de los peores días de su vida.

- Vamos a intentarlo una vez más.

Se estaba poniendo la soga al cuello, lo sabía perfectamente, pero sin él Matt no tenía nada más y no podía dejarlo a su suerte, lo había prometido el día en que le había pedido matrimonio, que jamás lo dejaría puesto que sabía lo mucho que él lo necesitaba.

La sonrisa de su esposo fue débil y después de dejar escapar un par de lágrimas más, se levantó de su asiento para acercarse a Louis, atrapándolo en sus brazos, mientras el de ojos azules pensaba en los brazos de alguien más.

Esperaba que si existía un Dios, tuviera compasión de él.

INFIEL ~| LARRY STYLINSON|Where stories live. Discover now