Agridulce (Starker) One Shot

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-Uff T-Tony... oh, Tony...- Gemía conforme iba percibiendo los mordiscos sutiles de Anthony iniciados en el hélice de su oreja y finalizaba con una mordedura para nada suave en su lóbulo. Podría dejar de contraer su espalda de no ser porque mientras Stark mordisqueaba también respiraba en el interior de su oído.

Para mejorar, Tony susurraba las palabras correctas para hacer retorcer todavía más al oriundo de Queens por debajo de él, y claro que iba a sacar provecho de la euforia del chico ya que sus violentos movimientos describían vaivenes que Stark sabía manipular. Sus cinturas, caderas y muslos luchaban por ya no dejar absoluto espacio entre sí, frotándose con frenesí. Las desarrolladas prominencias en sus pelvis ansiaban por magrearse al desnudo.

-Diablos señorito.- Le susurró entre pícaras risillas, aumentando su volumen de voz, ronco y profundo, aún más cerca de su cosquilludo oído, con el propósito de enloquecerlo más. A pesar de todo el bamboleo descontrolado entre sus piernas, pudo sentir unos prudentes latidos, y no eran los del corazón.

Había que darle palo al niño malo.

Sin aviso previo, lo tomó de la cara y lo giró hacia la suya. Lo besó nuevamente. Si las veces anteriores Peter se escuchaba como colegiala facilona, en esta ocasión parecía actriz porno. Tony lo besuqueaba con tal intensidad para humectarle por completo la boca.

Desde sus interiores brotaron sensuales ronroneos que se atascaban en sus gargantas, no podían ser liberados debido a que estaban demasiado ocupados comiéndose los labios de manera mutua. Chocaban sus narices bulbosas, ventilándose con el aire brioso que éstas expulsaban.

Por fortuna para Stark, Peter ya no tenía camisa. El muchacho cogió toda la prisa del mundo para quitársela; la hubiera destrozado de no ser porque era una playera de buena tela con el rostro de Chewbacca que el propio Tony le compró en una convención. Eso, cientos de piezas Lego, más cosas de Star Wars, más ropa (lencería incluida)...

Todo, a costo de una mamada.

En fin, al genio multimillonario le encantaba verlo con esa playera. Pero le fascinaba que no la llevara puesta. Sin dejarse de besar comenzaron a acariciarse cuello, hombros, brazos y abdomen, con un cálido y efervescente tacto tan poco pudoroso y eficaz al momento de circular por sus pieles calientes. Deliciosos gemidos ahogados eran atendidos por los oídos de Tony mientras avorazaba la boca del jovenzuelo.

Serpenteos cinéticos navegaron por todo su torso bien esculpido al ser descargados por las palmas de Stark cuando comenzaron a tocar más abajo, remarcando cada fornido músculo de su estómago, con profundo fervor, vehemencia, calidez, entremezclado con dulzura y cariño. Peter le rascaba cabeza y espalda. Lento y suave, ululando agudamente por debajo del genio, queriendo liberar su voz tensa y gritar. Pero Tony seguía besándolo apasionadamente.

Los difuminados labios del joven arácnido eran más adictivos que cualquier droga que alguna vez había consumido.

Prosiguió a bajar por su cuello. Peter por fin pudo enunciar los aullidos obstruidos en su garganta. Una de las manos de Tony abandonó su torso y se atrevió a palpar el miembro del jovencillo por debajo de sus ropas. El chico gimió sonoramente. Stark rió en tanto saboreaba su manzana de Adán.

-Anda, sigue pidiendo más.- Lo retó el hombre. Peter lo aferró más a su cuello apretándole los castaños cabellos de su cabeza. Dejó de arañar su espalda y buscó desesperadamente aflojarle los pantalones, bajarlos y tocar, masajear, mallugar, acariciar todo lo que Tony tenía para ofrecer.

-¿Puedo?- Pidió permiso con una cara endemoniadamente tímida.

-Ya las estás agarrando.- Murmuró Stark al sentir las manos del chico en su trasero. Peter abrió los ojos en sorpresa por su atrevido instinto y optó por regresar a su espalda. Aun cuando Tony sobaba la punta de su miembro con su pulgar y le besaba el hombro, el adolescente no pudo evitar sentir algo de incomodidad. Su cuerpo temblaba y le decía más, pero su cabeza vociferaba basta.

AgridulceWhere stories live. Discover now