CLASE DE AMOR!

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                                                                INTRODUCCIÓN:

Engañarse a uno mismo sin amor, esla decepción mas terrible, constituye una pérdida eterna parala que no existe reparación, ni en tiempo ni en eternidad.

        En el invierno, una estudiante, alumna mía, sencible e inteligente, se suicidó. Pertenecía a una familia de la clase media alta, según parecía. Había destacado en sus estudios. Era popular y solicitada. En aquel día especial de Palisades, en los Angeles, dejó el motor en marcha, se acercó caminando hasta un profundo precipicio sobre el mar, y salto hacia las rocas del fondo, en donde halló la muerte. No dejó ninguna nota, ni una palabra de explicación. Tenía solamente 20 años.

        Nunca he podido olvidar sus ojos: alertas, vivos, comprensivos, llenos de promesa. Incluso puedo recordar sus redacciones y exámenes, que siempre leí con interés. Yo escribi al pie de unas de aquellas redacciones que ella nunca volvió a ver:  <Un escrito excelente. Perceptivo, inteligente y sencible. Indica su habilidad para aplicar lo que usted ha aprendido a su vida "Real". Buen trabajo!! > Que sabia yo de su vida >real> ?

        A menudo me pregunto que leería yo ahora en sus ojos o en sus escritos, si pudiera verlos. Pero, como nos ocurre con tantas personas y situaciones en la vida, nuestra experiencia con ellas es superficial, pasan y nunca más pueden ser conocidos de la misma manera.

        Yo no me culpaba de su muerte. Simplemente me preguntaba lo que yo hubiera podido hacer; si me hubiera sido posible, aunque fuese de modo momentáneo, ayudar.

        Fue esta cuestión, más que ninguna otra cosa, lo que aquel año me llevó a iniciar una clase experimentel. Tenía que ser un grupo informal, de asistencia voluntaria; los estudiante podrían acudir o marcharse en cualquier momento, si así era su deseo. Tenía que dedicarse al perfeccionamiento personal. Yo no queria que se centrara en un problema, tampoco que se convirtiera en psicoterapia de grupo, ni un grupo de encuentro. Yo era un educador, no un spicoterapeuta. Yo quería que esta clase fuese una experiencia educativa única. Yo deseaba que tuviese un marco definido, pero flexible, y que fuera de gran interés e importancia para el estudiante. Yo pretendía que estuviera en relación con su experiencia inmediata. Los estudiantes con quienes yo estaba en contacto se mostraban, más que nunca, preocupados por la vida, el modo de vivir, el sexo, el crecimiento, la responsabilidad, la muerte, la esperanza, el futuro. Resultba obvio que, con mucho, el único tema central y determinante de todas esas preocupaciones era el amor.

        Y llame a la clase <<Clase de amor>>.

        Yo sabia de antemano que, en semejante clase no podría  <<enseñar >> en el sentido literal dle verbo. Hubiera sido presuntuoso. También yo me encontraba limitado en mis conocimientos y experiencias sobre el tema. Yo estaba tan activamente preocupado como cualquiera de mis estudiantes por descubrir cuáles eran los auténticos significados del vocablo. Yo sólo podría  ayudar a los estudiantes mientras todos nos guiábamos hacia una compresión más profunda del delicado fenómeno que constituye el amor humano.

        Mi desición de crear una clase semejante no halló ninguna resistencia, dado que era gratuita y yo empleaba mi tiempo libre. Naturalmente, se alzaron algunas cejas en señal de esceptismo por parte de aquellos que no consideraban el amor una disciplina académica, ni tan sólo un tema serio en el curriculm de una Universidad.

        En  las semanas siguientes, me divertí muchícimo con las miradas de extrañeza que me dirigieron algunas colegas. Un profesor, cuando yo discutía mis planes durante el almuerzo en e lcentro de la facultad, calificó el amor  ---y a cualquiera que tuviera el propósito de enseñarlo de <<irrelevante!>>. Otros me preguntaban burlonamente, soltando una risa descarada, si la clase exigía laboratorio y si yo iba a convertirme en el primer investigador.

        Sin embargo, la asistencia de estudiantes a la clase continuó creciendo hasta que tuvimos que cerrar la matricula con cien estudiantes por añol Los asistentes eran de todas las edades, desde primer año hasta graduados; obviamente, poseían diversos grados de experiencias y sastifacción, Todos estaban allí con carácter individual, su experiencia sobre el tema era personal y especial, susceptible de ser comrpartida.

                ESTA OBRA ES FRUTO DE <<LA CLASE DE AMOR>>. COMO TAL NO TIENE LA PRETENSIÓN DE SER UN LIBRO ERUDITO, PROFUNDAMENTE FILOSÓFICO, NI DEFINITIVO SOBRE EL AMOR. SE TRATA MAS BIEN, DE UN COMPRENDIO DE ALGUNAS DE LA S IDEAS PRÁCTICAS Y VITALES, DE SENTIMIENTOS Y OBSERVACIONES QUE SE MANIFESTARON EN EL GRUPO Y QUE A MÍ ME PARECIERON DE INTERÉS PARALA CONDICIÓN HUMANA.

        NUNCA INTENTAMOS, NI LO CONSEGUIMOS EN 3 AÑOS, DEFINIR EL AMOR. COMPROBAMOS, MIENTRAS DESARROLLAMOS NUESTO SENTIDO DEL AMOR, QUE DEFINIRLO SUPONIA DELIMITARLO, Y EL AMOR PARECIERA INFINITO.

 COMO DELCARO UN ESTUDIANTE: Creo que el amor se parece mucho a un espejo. Cuando yo amo a otra persona, ella se convierte en mi espejo y yo me convierto en el suyo, y al reflejarnos uno en el amor del otro vemos el inifinito.!!

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