1. Prometido

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Esta mañana, es Sung Kyu el que se levanta antes de las siete para preparar el desayuno. Myung Soo trabajó hasta tarde en la oficina el día anterior y, últimamente, se ha cargado de muchos pendientes por el reciente ascenso que le han dado y, aunque Sung Kyu está demasiado feliz por él, no deja de preocuparse por su salud.
     Varias semanas atrás su novio comenzó a quejarse de algunos dolores de cabeza; Sung Kyu no descarta la idea de que el estrés por el que está pasando le está cobrando factura muy pronto, haciéndole considerar, una vez más, el salir de vacaciones unos cuantos días.
     No es problema para él pedir un tiempo libre en la universidad, sin embargo, no está seguro de poder decir lo mismo de su novio. No obstante, Myung Soo las necesita con urgencia; está demasiado cansado.
    
Suelta un suave suspiro antes de poner la cafetera a trabajar mientras prepara un rollo de huevo, y sonríe para sí mismo al pensar que a su novio de verdad le gusta que lo sorprenda con el desayuno en la cama. Por lo que, una vez que termina, acomoda en una charola el plato, un par de palillos, un tazón con fruta picada y las dos tazas de café para dirigirse a la habitación principal del departamento.
     Abre la puerta, cuidando de no hacer mucho ruido, aunque se lleva una sorpresa al encontrar ya sentado sobre el colchón a Myung Soo con el pijama desarreglado y los ojos somnolientos.
     —Buenos días —dice Sung Kyu, acercándose a él y sentándose a su lado—. Te traje el desayuno.
     Su novio sonríe en el acto y lo toma de ambas mejillas para plantarle un sonoro beso en los labios. Sung Kyu le regala otra bonita sonrisa y acomoda la charola en la mesita de noche.
     —Eres tan comprensivo —susurra Myung Soo, sacándole otra sincera sonrisa.
     Entonces Sung Kyu no puede evitar traer a su mente los recuerdos del primer día en que llegaron a es lugar; hace ya cinco años, cuando decidieron vivir juntos después de enamorarse en la universidad.
     A veces cree que son demasiadas cosas buenas las que hay en su vida; que su felicidad es lo más parecido a un hermoso sueño y, en el fondo de su corazón, Sung Kyu desea que así sea por siempre, porque no quiere 'despertar' nunca. Quiere que esa bella fantasía en la que se ha convertido su vida, dure para toda la eternidad.
     —Tengo una sorpresa para ti —menciona de pronto Myung Soo, trayéndole a la realidad. Y luego el mayor observa cómo su novio hurga bajo la almohada para sacar una pequeña cajita blanca. Sung Kyu entreabre los labios, emocionado, y su corazón late sin control por el creciente nerviosismo que lo empieza a embargar—. Kim Sung Kyu —continúa mientras abre el singular objeto—, ¿quieres hacerme el hombre más feliz sobre la Tierra, casándote conmigo?
     Y esa maravillosa pregunta le corta la respiración a Sung Kyu, quien no tarda más que un parpadeo en asentir con demasiada insistencia. Myung Soo toma entonces el hermoso anillo de oro blanco, y sujeta con suavidad una de las manos de su ahora prometido para deslizar aquella fina pieza por su delgado dedo corazón.
     —Te amo —susurra Sung Kyu con los ojos cristalinos y sus sensaciones a flor de piel.
     Y su novio lo besa, olvidando por completo el desayuno cuando lo sujeta de la cintura y lo tumba en la cama, arrancándole varios suspiros mientras le quita la playera poco a poco.

◇◇

Woo Hyun se apresura a entrar en el aula y ocupar su asiento, intentando que el profesor Kim no note que ha llegado tarde. Y de inmediato, una asertiva sonrisa se dibuja en su apuesto rostro cuando se da cuenta de que el maestro aún no se encuentra ahí. Algo raro en él, ya que es de los profesores más puntuales que conoce.
     Suspira, aliviado, y después siente una mano posarse en su hombro derecho antes de que una suave voz inunde sus oídos. Su mejor amigo Sung Yeol ocupa el lugar a su lado, curvando sus labios en una pícara sonrisa. De pronto observan a todos los demás estudiantes ponerse de pie para inclinarse ante la repentina aparición de Sung Kyu. Woo Hyun hace lo mismo mientras clava sus ojos en la perfecta figura de su querido profesor; aquel por el que su corazón late con suma rapidez y sus manos comienzan a sudar sin remedio.
     Porque Nam siente que ama a su maestro más que a cualquier otra persona en el mundo. Incluso es capaz de comparar el tamaño de ese sentimiento con el que les profesa a sus propios padres, el cual también es inmenso, aunque, puede jurar que es un poco más pequeño que el que siente por su adorado profesor; y ante eso, Woo Hyun se permite recordar el momento justo en que lo conoció: precisamente cinco años atrás, cuando Sung Kyu se mudó al mismo edificio donde él vive.
     Rememora la sublime escena que permanece grabada en su mente; aquella excelsa imagen de Sung Kyu, tomando al mismo tiempo que él del refrigerador, una lata de su soda favorita. Sus dedos se tocaron en ese instante y Woo Hyun sintió que todo lo demás a su alrededor desapareció cuando le sonrió.
     —Disculpen la tardanza —comenta el profesor, alejando la silla del escritorio para tomar asiento—. Enseguida empezaremos con la clase.
     Los muchachos ocupan de nuevo sus lugares y Woo Hyun no puede evitar que un largo, pero silencioso suspiro, escape de su apretada garganta. Y se mantiene observando a su profesor de cada en cuando durante toda la hora que dura la clase, teniendo cuidado de que no lo descubra.
     —Ya he calificado sus ensayos; pueden pasar a recogerlos.
     Sung Kyu comienza a llamar a los muchachos de a uno en uno hasta que es el turno de Woo Hyun, quien se apresura a acercarse al escritorio con la más radiante de sus sonrisas. Se detiene frente a su maestro y toma la carpeta color amarillo que éste le ha ofrecido.
     —Te felicito, Woo Hyun —dice de pronto, obteniendo toda la atención del muchacho—. Es el mejor trabajo de la clase. Si sigues así, es seguro que no tengas que presentar el examen de la unidad.
     —¿Lo dice en serio, profesor Kim?
     El hombre asiente mientras le regala otra de sus preciosas sonrisas, y Woo Hyun puede constatar que su corazón es capaz de ganar una carrera de 100 metros planos en ese mismo momento.
     La satisfacción y la alegría le inundan el pecho porque eso es lo que ha estado buscando desde hace algunos meses: una sincera felicitación por parte de su querido maestro, un inocente incentivo que podrá convertirse en la catapulta para acercarse un poco más a él.
     Sin embargo, en el mismo instante en que sus ojos se desvían es capaz de apreciar el bonito anillo que adorna uno de los finos dedos de Sung Kyu, y Woo Hyun siente de pronto que su sangre le congela todo el cuerpo. Es capaz de reconocer la valiosa gema y comprender que se trata de un anillo de compromiso, ese tan preciado objeto que una persona usa para prometerse en matrimonio a otra.
     Y, de inmediato, la ira comienza a viajar por todo su cuerpo, irrigando cada una de sus células.
     Sung Kyu se casará, y Woo Hyun sabe que no puede permitirle desechar el sincero e inmenso amor que le tiene. Debe actuar rápido, antes de que la situación se encuentre totalmente fuera de su alcance.

Lo Que Siento Por Ti | WooGyuWhere stories live. Discover now