36. Nosotros

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AU

Miró por centésima vez el cielo, estaba seguro que iba a llover, las nubes se veían igual o incluso más tristes que él. ¿Qué lo había atraído a él? Él siendo un tipo tan correcto, capitán del equipo de fútbol y ejemplo a seguir según la portada del periódico escolar.

"Steve Rogers, alumno a seguir, orgullo escolar"

Soltó una risa sin gracia, maldición, era irónico como todo lo que se suponía que era, se había ido al demonio; pero no podían echarle la culpa, cualquiera se hubiera enamorado de ese tipo si lo hubiera conocido tan bien como él.

Sintió como las gotas comenzaban a mojar su pelo, levantó el mentón, y, uniéndose comenzó a llorar.
¿Qué dirían de mí si me vieran llorar por un tipo?, pensó mientras dejaba salir su frustración, para este punto su cabello rubio ya estaba aplastado en su rostro y su remera se pegaba a su cuerpo frío.

Respiro más hondo, no podía dejar de quererlo, no podía. Recordaba el día que había llegado, tuvo que ser su 'guía'. Un día simplemente lo vio solo, decidió ser su amigo. Tenían conversaciones que iban desde lo más trivial hasta conspiraciones que sólo ellos podían inventar.
Su confianza creció, tanto que era raro no verlos uno con el otro, compartiendo abrazos ocasionales y riendo juntos, ahí fue donde Steve empezó a perder el hilo.

¡Anthony era su castigo más grande!

Sentía como algo cálido se alojaba en su abdomen cada vez que veía a su chico sonreír o mover su cabello; conocía sus padres, había ido a su casa, sentía que él ya era parte de su vida. Y estaba totalmente seguro que así lo pensaba Anthony.

Él y nadie más que él tenía el privilegio de tocarlo, llamarlo Tony, ver sus peores momentos y compartir secretos. Sólo el podría llevarle sus libros y comportarse como todo un novio, tal como había mencionado su madre al ver su comportamiento.

No sabía en qué momento había ocurrido, pero se había enamorado. Y eso no hizo más que causarle miedo, ¿Que iban a decir de él? ¿Cuál iba a ser su trato?, siempre creyó ser el hombre más heterosexual. Amando el cuerpo de las mujeres, su belleza y encantos seductores.

Pero ni el mejor cuerpo podía compararse con la belleza y el brillo de la sonrisa de ese castaño. No podía compararse con el brillo que se le hacía en los ojos cuando hablaba de algo que le gustaba. Nada se comparaba con esa pequeña arruga que se le formaba en la frente cuando se concentraba, o su humor tan extraño y ácido.

Ninguna mujer, u otro ser podría ser igual a Anthony Stark, su chico lindo.

Todo era raro, hasta que decidió cometer la estupidez más grande de su vida.

Alejarse de Anthony y conseguir novia.

Creyó que así lo superaría, pero no hubo día que no sintiera dolor. La chica era de lo más vacía, solo importandole su estatus social y el dinero, y cada día sentía que Anthony se iba más y más lejos. Hasta, que un día simplemente dejaron de hablar, los almuerzos pasaron de ser de ambos, hablando se y mirándose en silencio, a ser el de Anthony en la biblioteca y Steve, en la mesa con su equipo y la que se suponía era su novia.

Se sentía una miseria, no dormía, no comía y todo se reflejaba en su estudio y juego.

¿Cómo era que había pasado de adorar a ese chico por días, buscarlo hasta el cansancio, a ni siquiera mirarlo?

Sentía que el nudo que tenía en el cuello se hacía cada vez más pesado, no podía seguir así.

Un día simplemente vio como Anthony conseguía más amigos y seguía su vida, podía oír su risa escandalosa y podía ver los hoyuelos que se le hacían el más mejillas. No pudo, terminó inmediatamente con esa chica, que nunca sintió como algo suyo, y salió del Instituto echando humo.

I Will Love You Forever || Stony One-Shots ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora