Parte III

5 2 2
                                    

¿Tirarle bencina y prenderle fuego con un zippo? Demasiado Tarantinesco. Y pasado de revoluciones.

Creo que sólo le haré un rayón a la lata de la puerta del copiloto. Será algo simbólico, y ella sabrá que fui yo. Obvio que si.

Voy doblando por la esquina de su casa, caminando por la vereda irregular de pastelones grises, evitando pisar la línea divisoria que hay entre ellos. Paso a comprar agua al negocio de Don Pedro, que no sabe si saludarme con amabilidad o fingir que no me recuerda. Al final su nerviosismo lo hace actuar con una mezcla de ambas. Yo por mi parte estoy tranquilo.

Algunas costumbres no cambian, mi ex sigue siendo una mujer confiada que, fiel a su estilo, deja el auto estacionado en el pasaje. Ok, es poco probable que se lo vayan a robar, pero se expone innecesariamente a que los niños que juegan en la plaza le den un pelotazo y le rompan un vidrio. Esas cosas siempre me irritaron de ella, parecía no pensar jamás en las consecuencias de sus actos ¿Cómo no va a ser eso irritante?

Tengo en mi bolsillo la llave de mi departamento, que será en instantes el arma de mi liberadora venganza. Saldaremos cuentas y ya no quedarán resabios de esta relación tormentosa.

Debo reconocer que el auto se ve impecable. No tiene topones en los costados ni manchones en la pintura.

Todo en él está tal cual lo recordaba, todo excepto el letrero de "niño a bordo" pegado en la ventana trasera.

RECUERDO PATENTEOnde histórias criam vida. Descubra agora