12 CHICOS LOBOS - Capitulo 5

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Erika abrió la misteriosa caja. Adentro había un tablero, un dado y dos piezas de ajedrez. Era un juego de mesa. Erika miro extrañada a Kaiser.

-          Perdón por las piezas de ajedrez, tuve que robarlas del juego de Teo porque no encontré otra cosa. – al ver que la expresión de Erika seguía siendo de duda tuvo que explicar. – Este es nuestro jueguito. Te explicare como se juega, cada vez que caigas por la serpiente te tienes que quitar una prenda, y cada vez que subas por la escalera puedes recuperar una prenda. – Kaiser sonreía traviesamente.

-          Yo no jugare eso. – dijo mirándolo fijamente a los ojos.

-          Recuerda que tienes que ser una niña buena y obediente con nosotros.

-          No lo hare.

-          Bien tú ganas, podemos cambiar un poco las reglas. – le giño un ojo. – Si tú ganas haremos lo que tú quieras. Pero si yo gano, haremos lo que yo quiera, ¿Trato?

Erika sabía que no se necesitaba ser bueno en el juego para ganar, era un juego de azar, así que acepto. Ella tenía que admitirlo, ese juego estaba divertido, no podía evitar sonreír cada vez que ella subía o que Kaiser caía. Ambos estaban muy cerca del fin del juego. A ella le faltaban 4, y a el 6. Ahora todo estaba en el dado. Era el turno de ella, tiro el dado, cruzando los dedos, y salió 2. Miro a Kaiser, que sonreía mientras agitaba el dado en su mano, tiró, y salió 6.

-          ¡Gane! – grito alzando los puños en el aire.

Erika miro el suelo, nunca debió aceptar jugar ese juego tonto, ahora quien sabe que fetichismo extraño y pervertido de Kaiser tendría que cumplir. Lo miro, esperando a ver qué demonios le pediría que hiciera. Pero de algo estaba segura, no se iba a quitar nada.

-          Ya que no conseguiré que te quites nada, - parecía que le había leído el pensamiento – pensare en otro premio… ya se. – Erika cerró los ojos – Se mi novia por un día.

-          ¿Eh? – pensó que no había escuchado bien.

-          Lo que quiero de premio por haberte vencido en un simple juego de niños es, que seas mi novia por un día. – Kaiser sonreía, satisfecho de compartir su deseo.

-          ¿Qué tengo que… hacer?

-          Estarás todo el día conmigo, dejaras que te abrace, que te dé de comer, que te bese en la nariz y cosas así, y tienes que dormir abrazada de mí.

-          Pero…

-          Yo le explicare a los demás que solo es una apuesta, pero tienes que hacer todo eso, si no tu palabra no tiene valor.

No podía creer lo que Kaiser le pedía, sin embargo en el orfanato cumplir promesas era prácticamente un código sagrado. Cuando un niño era adoptado, este prometía escribir cartas a sus amigos en el orfanato, si no cumplía, ese niño ya no existía para los demás, era un tema serio. “Tú tienes la culpa por jugar esto” se recordó, así que le extendió su mano a Kaiser para cerrar el trato.

Cuando llegaron al árbol-madriguera Kaiser la detuvo antes de entrar.

-          Nuestro trato comenzó en la tarde, así que expira hasta la tarde de mañana. – Erika asintió, y él le dio un beso en la nariz.

Era hora de comer, y todos fueron a la mesa, donde Demián los esperaba con su comida. Kaiser la hizo sentarse a lado de él. Cuando repartieron la comida, tomo el tenedor y comenzó a alimentar a Erika como si ella fuera un bebé, se sentía ridícula, pero no podía hacer nada.

12 CHICOS LOBOS ©Where stories live. Discover now