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[Bienvenidos al último show]

   Caminaba por las calles se Seúl con unas bolsas en mis manos y el frío hacía que Jimin tuviera las mejillas rojas y su manita se sintiera congelado entre mis dedos.

  —sólo ha sido media hora y ya los extrañas. —me miró mal y siguió caminando con un leve puchero. —yo también lo hago.

—lo sé, lo siento. —sonrió mostrandome su mordida y lo acerque a mí.

  —Te amo, Jimin-ssi.

  ¿Qué dijeron? ¿pensaron que se iban a ir sin un capítulo narrado por mí? ¡yo soy el protagonista! ¡el gran Min Yoongi!

  Y sí, es lo único que van a tener de capítulo, el como amo a mi Jimin y mi Jimin me ama a mi y no a ti. Básica.

Te la creíste, we xdxd

   Pero mejor no te narró lo bonito que se ve el padre de mis hijos mientras caminabamos tomados de las manos y le hacía sonrojar.

  No necesitas saber cómo sus labios encajan en los míos debajo de un muérdago de Navidad, como sus manitas atrapan la tela de mi saco para acercarnos más y como mis manos acarician sus mejillas mientras puedo probar la miel de sus labios.

  No creo que quieras saber que es a mi a quien mira con brillo en sus ojos, y su parpadeo coqueto que me hace querer darle una manada completa.

  No, no lo haces ¿cierto?

  En fin, estamos aquí hoy, hermanos y hermanas, para una ocasión especial.

  Mi Luna de miel.

  No es cierto, no estamos casados, así que vamos a solucionar eso, poniendo el anillo más bonito en el dedo índice de mi Omega que justo ahora carga a Rosé para que se quede dormida.

  ¿Cómo podía vivir sin esto antes? ¿por qué tarde tanto en darle cachorros y ser una familia?

  —Yoongi, Jungkook ya está dormido. —mire al bulto en mis brazos notando que en efecto, el bebé en mis brazos ya estaba dormido, lo deje en la cuna con sus hermanas y salimos de la habitación en silencio yendo a la nuestra.

  —Te notó perdido, y te siento algo... concentrado ¿estás bien? —dijo apenas cerramos la puerta de la habitación, asenti y me acerque a abrazarlo. —sabes que puedes decirme lo que sea, Hyung.

  Sonreí haciendo que nos balancearamos un poco, respire hondo su aroma y me separe sólo para darle un beso.
  —no tienes idea de lo mucho que trabajan amo, Min Jimin.

   Después de eso tuvimos sexo salvaje, uhm zy, no es cierto, sólo fuimos a dormir y le hice de la cuchara grande.

  —¿por fin le dirás? —mire al Omega a mi lado que miraba distraidamente las cadenas.— después de tres cachorros, vivir en la misma casa y darle un montón de nudos ¿por fin vas a comprarle un anillo a mi chimchim?

  —la única razón por la que vienés conmigo, estúpido omega, es porque eres el mejor amigo de mi chimchim. —río acercándose a mí, puso su brazo sobre mi hombro mientras alcanzaba un anillo sencillo.

  —el mío era parecido a este, a Jimin le encanto, hasta me hizo una sesión fotográfica donde se miraba mi mano.—me lo entregó y negué regresandolo.

  —quiero algo diferente, quiero algo que nos represente, no algo que le guste porque lo vio en otra persona, quiero que al verlo piense en nosotros y no en ustedes o en sus padres, quiero que cada mañana, cada vez que mire su dedo, sepa que él y yo vamos a estar juntos, quiero que nos vea a nosotros y no sólo un anillo más ¿sabes? mi padre nos decía que su anillo era del color de los ojos de mi madre y de mi padre, decía que fue la única forma en la que cada vez que miraba el anillo podía encontrarse juntos, como una unidad, como una misma alma compartiendo un amor que no va a terminar, que seguirá y seguirá, porque eso es lo correcto, porque eso es lo que los hacía feliz. Quiero que Jimin, cada vez que vea nuestro anillo, vea que somos dos personas diferentes, que a veces pueden odiar se o estar en desacuerdo, pero que forman una familia, una unidad, un para siempre que prometo hacer durar hasta que la última estrella en el firmamento se extinga.—seguí viendo los anillos hasta que escuche un sollozo, Taehyung estaba llorando y se cubría el rostro con sus manos. —¿Tae, qué pasa? ¿por qué lloras?