Prólogo.

12.2K 856 192
                                    

Alaska


Dejé de ir a toda velocidad cuando vi el combustible con el que contaba ya no iba a llegar muy lejos de esta forma, tengo que buscar otra alternativa. Lo peor es que solo llevo 3 horas conduciendo, dudo que, a este paso, haya llegado a China. El auto consumía demasiado combustible y no encontraba absolutamente ninguna gasolinería, era un terreno prácticamente muerto, hasta podía ver cómo crecía la vegetación en el camino de la carretera.

Intento hacer que perdure la gasolina media hora más antes de que sienta cómo el auto se ha detenido completamente, sin nada más que hacer. Resoplo algo cansada, ¿qué tan buena idea podría ser dormir aquí? Sin duda es la mejor idea, duermo en el bosque y despierto con 20 insectos sobre mí o peor aún. Al menos dentro del auto me mantendría caliente y sin humedad.

Sin embargo, es más fácil ver un auto a mitad de la carretera con una chica durmiendo dentro que en el bosque, mi seguridad podría ser bastante limitada si no cierro a cal y canto el auto. Podría defenderme con la llave o algo en caso de que llegara alguien queriendo sacarme a la fuerza.

Abro la puerta con desesperación, ya necesitaba caminar y estirar mis piernas, había sido un largo viaje, pero al menos salí de Whittier en la madrugada, así que todavía me quedaban muchas horas de luz, fuese a donde fuese. Si encontraba una parte tranquila en el bosque podría dormir ahí, pero sino tendré que regresar al auto, es lamentable que no tenga la fuerza suficiente para empujarlo un poco más hacia el bosque.

Lo peor era que en todo lo que había recorrido, no vi nunca a alguno de mis amigos o familia, también se los había tragado la tierra, o el virus. Me sentía en un apocalipsis completamente sola.

Intenté no decepcionarme con ello buscando flores en el bosque o algún fruto, pero no encontré realmente nada que lograra despejar mi mente. Lo segundo en mi lista fue encontrar agua, tratando de guiarme por la humedad y el ruido, pero de nuevo, nada.

Vine a caer en la zona más vacía de un bosque, aunque eso podría darme el buen indicio de que estoy cerca de algún poblado, cerca de algunas personas que me puedan ayudar.

Si es que no están infectadas aún, pensé.

Decidí no dar vueltas en el bosque, así que caminé recto tratando de seguir el camino de la carretera hasta que mis pies comenzaron a arder junto con mi garganta, ya no había mucha luz para continuar.

Tal vez habrían pasado... 6 horas, o tal vez 9. Ya no tenía un claro sentido de orientación a falta de comida, agua y descanso.

Seguí caminando unos metros más hasta encontrar un tronco caído en el cual me senté, y a pesar de no ser algo cómodo, a estas alturas, se sentía como el cielo.

Puse mis codos sobre mis rodillas y dejé caer mi cabeza con frustración, nada estaba saliendo bien, parecía que iba a morir antes de encontrar a alguien que pudiera ayudarme. Supongo que estoy en los Estados Unidos, o Canadá, pero muy lejos de cualquier contacto humano.

Me levanto con la poca fuerza y energía que me queda y recolecto en el centro ramas y hojas, esperando que no haga demasiado frío antes de que logre encender una fogata. Si hubiera dejado un rastro tal vez pude regresar a mi auto, pero no tengo la mente funcionando bien claramente.

Una vez que termino, comienzo a frotar una rama con rapidez esperando a ver alguna pequeña señal de humo, pero de nuevo, nada. No puedo creer que no me salga el encender una simple fogata.

Me siento en el suelo dejando descansar mi espalda en un árbol y cierro los ojos, este día no puede ir peor, ya no sé si tengo ganas de seguir intentando buscar a alguien. Un dolor se instala en mi pecho tratando de ahogarme hasta que escucho una voz que no es mía.

Alaska: RegeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora