Parte II

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La relación entre ambos siguió de la misma manera, ella actuaba totalmente normal conmigo, como si no hubiese pasado nada raro.

Luego de que Micaela partiera para su trabajo, las mañanas y tardes se me hacían eternas. Como estaba bastante aburrido, me levanté de la cama y con cuidado fui tratando de caminar y moverme por cuenta propia.

Obviamente, tuve mucho cuidado... pero quería recuperarme lo más rápido posible. Caminaba unos metros por la casa y volvía a la cama, iba teniendo más confianza de a poco.

Cada tanto recordaba lo que había sucedido la noche anterior, y dentro de mí me preguntaba si se volvería a repetir. Estaba bastante ansioso por eso y con nervios.

Ya cuando mi hermana llegó a casa por la tarde, yo estaba tumbado en mi cama.

- ¡Hola hermanito! ¿Cómo la pasaste hoy?-Me preguntó mientras se abalanzaba sobre mí para darme un beso.
- Un poco aburrido, pero me voy acostumbrando ya.
- Bueno... necesitás algo? Porque tengo poco tiempo, en un rato tengo que salir de nuevo.
- ¿Sesión de fotos nocturna?
- Si... me doy una ducha rápido y salgo.
- ¿No vas a comer nada? En la heladera hay...
- Noo, estoy bastante apurada!-Me interrumpió.

Micaela entró corriendo al baño y tras cerrarse la puerta, escuché el sonido del agua cayendo... tardó bastante poco, no más de 5 o 10 minutos. Admito que en ese momento me pregunté si la podría ver en ropa interior o algo así.

Tras cerrarse el grifo de la ducha, estaba expectante y con algunos nervios para cuando se abriera la puerta del baño.

Finalmente escuché el sonido al abrirse...

- Rafael... ¿te puedo pedir un favor?

Miré hacia allí pero mi hermana aún estaba del lado de adentro del baño. Me extrañé.

- Sí... ¿qué pasa Mica?
- Me olvidé de traerme la ropa al baño... ¿me podés alcanzar una bombacha? Están en el cajón al lado de la cama...

¿Qué? Me quedé unos segundos con la mente en blanco pero enseguida reaccioné... me senté y desde la cama podía abrir el cajón que estaba ahí al lado. Lo abrí haciendo un esfuerzo con mis débiles dedos.

En aquel cajón me encontré con todo tipo de prendas íntimas, de todos los colores posibles y formas y diseños imaginables... me quedé viendo toda esa colección pero no me decidía por ninguna.

- ¿Cualquiera?-Pregunté.
- Sí!... y en el cajón de abajo están los corpiños... alcanzame uno también, porfa.

Elegí al azar una bombacha negra que tenía cintas rosadas en los bordes, lo cerré y abrí el de abajo... lo mismo sucedía con los corpiños. Traté de buscar uno negro entre todos los que había y cuando encontré uno, me puse de pie y fui hasta la puerta del baño para alcanzarle ambas prendas. En ese corto trayecto me empecé a calentar al pensar que mi hermosa hermana estaba desnuda esperando a que le alcance la bombacha. Ella las agarró del otro lado de la puerta.

- ¡Gracias! Perdoname hermanito, entré muy apurada y no me di cuenta.

Regresé a la cama y me quedé allí acostado... traté de no darle mucha importancia a lo sucedido, pero todo cambió nuevamente cuando Micaela salió del baño, solamente en ropa interior con las prendas que yo mismo le había dado.

Inmediatamente abrió el armario y buscó ropa, no quería mirar para no ponerla incómoda pero me era imposible, era más fuerte que yo... apenas la miré fugazmente y la vi poniéndose una remera, luego agarró un jean y cerró el armario. Me quedé mirándola, la veía de perfil... subió una pierna para ponerse el pantalón, luego subió la otra... se subía el jean y cuando llegó arriba, le costaba cada vez más ponérselo... estuvo unos segundos luchando porque no le entraba.

verano caliente con mi hermana Where stories live. Discover now