12 CHICOS LOBOS ©

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 1

Erika comenzó a caminar hacia la puerta en silencio. 2 años, le había dado 2 años de su vida, y estaba dispuesta a darle muchísimos más. Pero una vez más Erika descubría que mientras más amaba, más la lastimaban, más la destruían...

- Erika espera, –dijo el hombre desde el sofá. – deja el vino.

***

Ya era más de media noche, y había cada vez menos personas en la calle, pero eso a Erika no le importaba, sus pensamientos estaban en otro lugar.

Había crecido en un orfanatorio, la habían dejado ahí cuando solo tenía unos meses de vida. No había tenido una mala infancia, pero nunca la habían adoptado, lo cual la hacía preguntarse constantemente qué estaría mal con ella. Le faltaban cuatro años para poder vivir por su cuenta, mientras tanto debía seguir viviendo en el orfanato. Hacia allá se dirigía.

De pronto escuchó unas risas graves que la hicieron voltearse rápidamente. No había nadie, ya no quedaba nadie en las calles. Era mejor que se apresurara, no era nada seguro estar afuera sola, menos entrada la noche.

Siguió caminando sin darle importancia. "Solo lo imagine, no hay nadie aquí aparte de mi." Pensó. Pegó un brinquito al volver a escuchar a alguien reír, esta vez fue mucho más claro. Erika miró en todas las direcciones, no había absolutamente nadie, por lo menos no a la vista. Siguió caminando, esta vez apresurando el paso.

Volteo una rápidamente hacia atrás para comprobar que no la seguían. Cuando volvió la vista al frente gritó, había alguien parado justo delante de ella, pero por la falta de luz no podía verle la cara.

- ¿Vas a alguna parte? – dijo con voz grave - ¿Te puedo acompañar, princesa? - pudo ver que su boca se transformaba en una curva y brillante sonrisa. Era un chico.

Erika dio unos pasos hacia atrás y comenzó a correr en una dirección que ni siquiera conocía, lo único que quería era alejarse de aquel extraño. De pronto escuchó pasos que la seguían, el pánico la invadió cuando se dio cuenta que eran muchos más que uno.

Trato de correr lo más rápido que pudo, mientras miraba hacia los lados en busca de un lugar donde esconderse. Podía escuchar como los pasos y las risas la alcanzaban, sin embargó ellos no corrían, escuchaba clara y perturbadoramente que solo caminaban. Parecían estar disfrutando bastante al asustarla de esta manera. La estaban cazando.

Divisó con alivio una construcción un poco más adelante, no había nadie, pero había mucha basura, si lograba esconderse bien, tal vez no la encontrarían. Apresuró el paso lo más que pudo y entró en la construcción, se adentró por el terreno buscando un lugar en donde ocultarse.

De pronto, vio un conjunto de sacos y tablas. A rastras y ágilmente pudo meterse en una especie de cueva formada por cosas de construcción. Espero callada y temblando a que esas personas no la encontraran y se fueran, estaba dispuesta a pasar la noche ahí de ser necesario.

Por un pequeño agujero, pudo ver como entraban al terreno y la buscaban con la mirada. Todos eran chicos, no eran mucho mayores que ella. Aun no sabía cuántos eran, pero parecían ser más de diez. Uno de los de la parte del frente habló.

- ¿Crees que con eso es suficiente para que no te encontremos? – se burló mientras miraba a sus compañeros con complicidad. – Qué tierna e inocente eres.

- Si tan solo supieras el delicioso aroma que desprendes. – dijo el que estaba al lado del primero mientras inhalaba fuerte mente. – Vainilla. – soltó en un suspiro.

"¿Cómo pueden olerme desde donde están? ¿Qué es esto?" Erika tuvo que taparse la boca para que no pudieran escuchar sus sollozos.

- Búsquenla. –dijo finalmente el primer chico que había hablado.