FORZADO A AMARTE [ +18] ^°^ MO/TIAN ^°^

El Loco Del Taxi

*Pov's He*

Miles de sensaciones llegaron a mí de forma continua al ver a mi pequeño amarrado nuevamente, pero en esta ocasión de forma diferente, sus extremidades se sostenían fuertemente de los pilares de la cama, sus ojos tapados y su piel expuesta para mi eran lo único que podía arreglar un día lleno de estrés y niñatos gritando estupideces por doquier.

Amo sobremanera la forma en la que su cuerpo reacciona ante mi tacto lento y cariñoso, la forma en que sus labios se entre abren para dejar escapar de forma inconsciente leves gemidos que se vuelven música para mis oídos, en este corto tiempo puedo darme cuenta que no podré vivir un día más sin sus besos llenos de miedo y deseo, su blanca piel, su suave trasero y exquisitos pezones, ya se había vuelto parte de mí y no estaba dispuesto a dejarlos, no ahora de haber estado en el cielo, al ver sus expresiones de vergüenza al llegar al clímax ante mis atenciones, me he vuelto adicto completamente a él, a su olor, al ver su frente y ojos arrugarse al correrse, luego de tres veces que se sentía en desconfianza.

Levábamos sin exagerar 3 horas y media dentro de aquella habitación, el sol ya había terminado su trabajo, ahora era sustituido por una luna brillante y llena, el cuerpo exhausto de Mo estaba en la cama, podía ver su pecho inflarse con lentitud en señal de un inició de sueño profundo, no podía permitir que se quedara de esa forma, estaba sucio, lo desamarré de la cama y lo desperté para que se fuera duchar, le pedí que se levantara pero lo único que hizo fue dar un paso, luego cayó provocando un fuerte sonido en el suelo, lo tomé entre mis brazos y me lo llevé cargando hasta el baño, como pude abrí la puerta y lo senté en la tasa mientras llenaba la tina, cuándo nivelé la temperatura del agua volví a tomarlo para está vez sumergirnos ambos en la gran tina, durante varios minutos lo estuve lavando, él tenía los ojos abiertos sin embargo no parecía estar viendo algún punto específico, su mirada estaba sumida en cientos de pensamientos indescifrables acompañados de una sonrisa ladina por momentos, así seguí lavándonos hasta que salimos, por ventaja luego del baño Mo ya podía mantenerse de pie, aunque seguía sin decir palabra alguna, nos pusimos la ropa y volví a cargarlo para meterlo en el auto y llevarlo directo a su casa, debe estar muerto de cansancio y debe descansar.

Apenas comienzo a conducir por las transitadas e iluminadas calles de la ciudad me doy cuenta que mi pequeño ha vuelto a caer en un sueño profundo, luego de haber lidiado con el tráfico llego hasta el que es su edificio y lo subo esta vez en mi espalda con cuidado de no de no despertarlo, camino por un pasillo liego de salir del elevador y recuerdo que me dijo que su departamento es el número 369, busco en su pantalón las llaves, entro al departamento y me sorprendo al ver la poca cantidad de cosas con las que cuenta, me juro a mí mismo que no permitiré que vuelva a vivir de esa forma jamás, sigo caminando hasta entrar en su habitación, lo recosté sobre su cama, mientras lo cubría con la mantas me di cuenta de que un par de ojos curioso me miraban con evidente cansancio, sin dejar de lado su sonrisa curiosa y mientras acariciaba con suavidad una de mis mejillas hasta que luego de tanto tiempo habló.

M: No tengo idea de que es lo que me has hecho, yo nunca pensé volverme de la forma en la que me volví, no quiero que pienses que yo solo suelo ser de esa forma y que cualquier persona puede hacer con mi cuerpo lo que sea, aparte no... *Dice sin concluir su oración debido a una interrupción provocada por el dedo índice de He que se posaba sobre los labios de Mo*

H: Shh, por ahora solo descansa, mañana será un largo día *dijo mientras sellaba su última palabra con un beso cálido y tierno*

Por acto reflejo Mo cerró los ojos no volvió a abrirlos, me levanté de la cama y retomé la salida para también volver a casa, también estaba cansado así que minutos de haber llegado después de tirarme sobre mi cama y poner mi cabeza sobre la almohada me perdí hasta que mi alarma sonó.