por pelá, weona y pendeja

¿¿¿¿¿único capítulo?????

Si contamos esto, debe ser desde el principio.

Mi ex pareja.

Había terminado con una relación de dos años, en donde había sufrido, llorado y tenido mis primeras experiencias sexuales con un hombre.

Lo conocí por otra ex pareja la cual era una mina y fue mi primer amor. Ella igual podría ser muy loca, pero era un gran amor y mi primera vez; en todo aspecto.

"Sky, ven." yo tomé su mano derecha y me guió a un grupo de weones. "Cabros, ella es la Sky, la loca de la que les he hablado"

"Weeeena, sky" Saludó una pelirroja de caja. "Soy la Carina, pero llámame Caro."

"Hola, soy Sky, dime Sky" Solté como talla y todos ríeron.

"Sky, soy el Ariel... Un gusto" Estiró su mano y mi corazón se desbordó, le solté la mano a mi pareja y se la dí a él.

"Hola..." No pude decir nada más como tampoco pude separar mis ojos de los suyos.

Era algo moreno, con un cabello ondulado pero casi ni se notaba por el corte que tenía. Una sonrisa hermosa y unas margaritas en cada lado de su rostro que se marcaban tanto.

Nunca pensé que un chico así se fijaría en alguien como yo, tanto por mi aspecto como por la edad. Yo tenía 13 y él 16.

y mientras mi ex polola me toqueteaba el cuerpo y me hacía sentir un calor insoportable en mi cuerpo yo solamente podía pensar en él.

Quería que él me tocara de esa forma.

Terminó conmigo luego de 3 meses porque según ella, yo estaba actuando extraño y se cansó.

Aquí empieza todo con el Ariel, con un mensaje de WhatsApp lamentando que haya terminado con mi polola y una invitación a fumar pito de su parte, y yo dando una respuesta positiva de mi parte.

•••••••••

Nos juntamos cuando cumplí 14 años en Febrero y él con 16 años todavía para esa fecha me dijo;

"Ahora no tenemos tanta diferencia de edad."

y en el sillón del living de su casa me quitó la inocencia.

Prácticamente él vivía solo ya que sus papás nunca estaban y esa noche, como si hubiera sido planeado no llegaron sus padres.

"Sky, amor... quédate conmigo." estaba agarrado de mi mano mientras yo me colocaba mi sostén rápidamente -con miedo que llegaran alguno de sus papás-, bueno lo que se puede con sólo una mano. "Por favor"

y ahí me detuve, lo miré a los ojos y sin importar la puntada y ardor que sintiera en mi entrepierna en ese momento tenía la necesidad de volver a lanzar a sus brazos, pero para mi sorpresa él sólo me acurrucó en su pecho y tocó mi espalda como si fuera lo más preciado del mundo.

Besó mis mejillas y mis labios toda la tarde mientras desnudos veíamos la tele y arreglábamos el aire acondicionado.

Me obligó a vestirme con sólo una camisa suya porque según él;

"Es como una fantasía contigo, verte con mi ropa, es que, conchetumare... me gustai tanto, Sky."

"Cállate, Ariel. Me da vergüenza." Me tapé las mejillas con mis manos y él tiró un suspiro.

"Me gustai, me gustai" empezó a juguetear por la casa conmigo persiguiéndolo. No sabía si era calmarlo o para besarlo, pero logré hacer las dos.

Él había sido mi primer hombre, mi primer relación larga, y el amor de mi vida.

••••••

"Weón, Danilo, Danilo" dije yo con 16 años y mi pololo, Ariel con 19 años.

"Qué pasó Skycita"

"CACHA" dije y miré a mi pololo. "Del uno al infinito, elige un número al mismo tiempo ¿Ya?"

"Ya, amor"

"uno, dos, tres" uno un segundo de silencio y luego los dos al mismo tiempo dijimos "22"

"Terrible planeado, eso sí." Soltó mi amigo.

"No weón, te lo juro" dije con una sonrisa de oreja a oreja.

•••••

Había tenido altos y bajos junto a mi pololo, pero nos manteníamos juntos, sonriendo y mimandonos en público. Él me amaba, lo sabía y yo, por dentro sabía que también lo amaba.

Aún así, ese tiempo había estado muy distanciado de mí, enojado por no ponerle la atención necesaria, pero yo era una pendeja de 16 años que fumaba pitos, tomaba ron con coca cola y culiaba en cualquier lugar junto con él, mientras él ya no salía tanto, se dedicaba a sus estudios y trabajo. Tanto como él y yo nos sentimos alejados, pasamos meses sin siquiera tocarnos sólo porque él estaba muy cansado o yo estaba muy concentrada escuchando música y webeando con mis amigos por Instagram.

Dormíamos juntos, eso sí. Me daba la paja de dormir la mayoría de las noches junto a él para luego irme a las 7 para mi liceo.