Capítulo 2: Máscara - Parte 01

288 12 21
                                    

Observé cómo Delora caminaba al lado de la cama, girando sobre sus talones y cambiando de rumbo cada vez que se interponía la pared o algún mueble en su camino. De solo verla, empezaba a marearme.


— Eres una bruja. ¿Acaso no puedes simplemente tele-transportarnos fuera de aquí? —le pregunté, frunciéndole el ceño.


— El tele-transporte y el abrir portales son dos hechizos de magia extremadamente avanzada—me respondió ella, dejando de caminar un momento para mirarme— Solo los guardianes de los cristales y unos pocos afortunados pueden lanzarlos.


— Y tú no eres una de los que pueden hacerlo —adiviné.


— Abriría un portal si realmente pudiese hacerlo, princesa —dijo Delora, mirándome con impotencia.


— Y yo que pensaba, con todo lo que fardas normalmente sobre tus capacidades mágicas, que serías más poderosa —comenté con malicia, aprovechando la ocasión para lanzarle una bien merecida puya.


— Vuelve a decirme algo así, y te convertiré en un sapo —me amenazó Delora, quien además de fulminarme con la mirada me estaba sonriendo con frialdad.


— No te atreverías —la reté, dando un paso hacia ella. Si creía que me asustaría con esa amenaza, la llevaba clara.


— ¿O quizás sí? —dijo Delora, su sonrisa ensanchándose por momentos. La fulminé con la mirada, pero eso no logró que Delora apartase sus ojos de los míos. Al final, la bruja acabó soltando un suspiro de resignación y dijo— Discutir no conseguirá sacarnos de aquí. Necesitamos regresar cuanto antes a la Marchen.


Por más que me fastidiase, Delora tenía razón. No entendía del todo el por qué de esa urgencia que la había invadido tan de repente, pero si estaba en este estado era porque algo realmente malo ocurría. Lo mejor sería no tentar a la suerte, pero claro ¿cómo podríamos abandonar la vivienda sin que Fritz ni Sir Alcaster se dieran cuenta?


— ¿Por qué no le pedimos simplemente a Fritz que nos ayude? —le pregunté a Delora— Creo que sería lo más fácil. Todavía no entiendo por qué no puede venirse con nosotras.


— No confío en él —respondió escuetamente la maga, cruzándose de brazos.


— Eso no significa nada viniendo de alguien tan poco confiable como tú —repliqué, molesta por su actitud con mi caballero. Al fin y al cabo, cualquiera que viese a Fritz podría ver a simple vista que no era una mala persona.


— Bueno, puedo decirte con certeza que soy la persona más confiable de todas las que te rodean, querida princesa —dijo Delora, sin alterarse— Y también puedo asegurarte que aquí no estás a salvo.


— Entonces insisto en que Fritz venga con nosotras —dije— Sé que sufre la maldición de los Cuentos de Hadas, lo que significa que debería ser bienvenido allí.


— No —repitió Delora, tajantemente— Hasta que podamos probar que es alguien de confianza, no será bienvenido allí. Podría ser igual que Alcaster... —en el momento en el que Delora mencionó al padre de Fritz, dejó de hablar abruptamente. La maga sacudió su cabeza y se giró para mirar por la ventana, dándome la espalda. Ante semejante actitud extraña, no pude evitar ponerme en guardia.

~Cinderella Phenomenon~ Ruta de FritzKde žijí příběhy. Začni objevovat