LIL XAN HAS TO BE MINE💔

Obsesión

Mis ganas de salir de esta ciudad son más grandes cada vez. No veo la hora en la que mi maleta este echa y tenga 2 boletos de avión en mi mano, el mío y el de mi mejor amigo.
— Mamá ¿Qué piensas de la idea de viajar? — pregunto mientras estamos todos sentado en la mesa comiendo.
— Me parece una na excelente idea, El problema es que no hay el suficiente dinero para viajar todos — dice y luego lleva a su boca una cucharada de comida.
— Por eso, yo hablaba de viajar solamente yo
— ¿Tu sola? — me mira con un gesto de incredulidad.
— No, bueno yo sola no. Marcus y yo pensamos que sería buena idea irnos de la ciudad un tiempo para trabajar y ahorrar dinero para pagarnos la universidad.
— Hija, sabes que si yo pudiera darte todo ese dinero para tus estudios lo haría sin pensarlo, pero con lo que Emilio me manda apenas es suficiente.
Emilio, es el novio actual de mi madre, lo conoció un invierno casual en una "fiesta" de esas donde asisten puros adultos. Se conocieron, se enamoraron y ahora son pareja. El problema es que trabajando aquí Emilio no ganaba muy bien, por lo cual tuvo que irse a Estados Unidos a trabajar, específicamente a una ciudad a las afueras de Los Angeles.
— Mamá créeme que lo sé y por eso quiero trabajar yo, quiero conseguir lo mío y sentir que por fin estoy haciendo algo con mi vida.
— Estás muy joven todavía — dice mi mamá en tono dulce — si Dios quiere tienes mucho tiempo por delante, ya habrá algo que te llene para que puedas dedicar tu vida a eso.
— lo sé — suspiro.
Deseo que mi madre tenga mucha razón.
— ¿Y a dónde piensan irse? — pregunta mi madre y despues calla a mis hermanos porque no dejan de jugar con la comida y hacer mucho ruido.
— Tijuana.
— Esa ciudad no me da mucha confianza, es muy grande y hay muchas tentaciones para alguien de sus edades.
Marcus tiene 19, solo me gana por meses.
— Sí pero es tan bonita ciudad y además es frontera, ahí voy a poder poner más en práctica el inglés.
— pues eso sí — suena el celular de mi madre — un segundo, voy a responder, es Emilio — me dice y contesta la llamada.
— Mamá no te preocupes por mí, voy a alistarme y me iré — me levanto de la mesa.
— ¿A dónde? — me mira con un gesto de confusión.
— Con unos amigos a pasar el rato.
— Sí está bien, pero no quiero que salgas muy noche de aquí, es peligroso.
— Okay no te preocupes.
Mi mamá vuelve a su llamada y yo miro la hora 7:53pm. Es tarde, no voy a alcanzar a estar lista para las 9:00pm. Una vez más llegaré tarde.
Corro a bañarme. Una vez limpia, me visto. Uso una playera de hombre enorme color negro que me queda como vestido, así que le hago un nudo en la parte de enfrente y deja ver un poco mi ombligo; me pongo unos shorts de mezclilla algo rasgados, unos Adidas negros, me hago una coleta en el cabello no muy alta y luego me pongo una gorra color rosa pastel que dice Hate Me.
Estoy comenzando a maquillarme, pongo corrector para ocultar mis enormes ojeras, polvo, estoy haciéndome las cenar y mi celular suena.
— ¿Qué pasó? — contesto la llamada poniéndola en alta voz para seguir con mi cejas.
— Dijiste que estarías aquí a las 9:00pm — me dice Marcus, de fondo podía escuchar la música.
— Ya sé ya sé, ya casi termino de maquillarme.
— Pues date prisa, estoy comenzando a embriagarme sin tí, sabes que no es divertido.
— Bueno Bueno, ya voy — intento ser lo más cortante posible para colgar y seguirme maquillando.
— Rápido, te espero — cuelga la llamada.
Termino con mi maquillaje. Tomo una mochila pequeña de piel negra y guardo todo lo importante para salir.
— ¿A dónde vas tan bonita? — dice mi hermanito pequeño Axel de apenas 9 años que entra a mi habitación.
— Con mis amigos bebé, voy a salir — se acerca a mí y yo le doy 3 besos en la mejilla.
— Te ves súper bonita — me da un pequeño besito en la mejilla.
— Gracias bonito — tomo mi celular para pedir el uber. Axel agarra su tablet y ahora sí me ignora por completo.
Me despido de mí madre que como siempre está un poco en desacuerdo que salga tan tarde y yo argumento que no hay problema porque voy en uber. Me despido de mi hermano y subo al auto que está esperando por mí.
En todo el camino el conductor y yo hablamos de muchas cosas, es interesante y el camino se hace menos largo y más entretenido. Llego a la casa de unos amigos dónde están todos. Le pago al conductor y me bajo del auto, después veo como sale Marcus, Luis y Alexia de la casa para recibirme.
— Amiga ya no podía estar sin tí — dice Marcus, me abraza y yo a él.
— Valeria no tienes remedio, quedaste de llegar a las 9:00 — me regaña Luis y me da un beso en forma de saludo.
— Ya no soportabamos más a Marcus llorando por tí — dice Alexia y todos reímos.
Entramos a la casa por un pasillo que da al patio y está todo lleno de foquitos azules, al llegar al patio trasero hay más lucesita todavía por las paredes y unas envueltas en un árbol que está en la esquina. Hay varias sillas y un sillón que se ve muy agradable y está siendo ocupado por Enrique, uno de mis amigos. Después veo a Reggie en la bocina poniendo música. Saludo Enrique y Reggie y me dan una lata de cerveza para comenzar.
Estamos todos muy alegres cantando a todo pulmón Love On The Brain de Rihanna ya un poco alcoholizados y es muy divertido.
La canción termina y Luis comienza a hablar.
— Amigos es que escucho está canción y tengo ganas de tener a mi novio a un lado — dice fingiendo que llora por extrañarlo mucho.
Sí, Luis es gay, apenas a principios de 2018 nos lo confesó, pero era algo que yo sabía desde el año pasado, no me sorprendió. De Marcus siempre lo supe, pero tampoco dije nada hasta que el quisiera decírmelo, siendo mi mejor amigo desde hace 4 años claro que me dí cuenta, somos almas gemelas y no hay cosa que nos podamos ocultar. Nacimos para estar juntos, somos más parecidos de lo que se ve a simple vista. Incluso cuando recién lo conocí en el primer semestre de la preparatoria y comenzamos a hacernos las típicas preguntas de qué color nos gusta, que shows vemos en televisión, que artistas escuchamos más, él creía que yo le copiaba más respuestas y yo pensaba lo mismo porque todo lo respondíamos igual. Desde ahí nos dimos cuenta que nos llevaríamos muy bien, que seríamos para siempre. Y aunque hemos tenido peleas fuertes, nada ha sido suficiente para separarnos.
— Cállate que cuando estás con él se la llevan peleando — dijo Alexia un poco molesta porque ya hemos hasta perdido la cuenta de todas las veces que ha dicho que lo extraña.
Alexia y yo nos llevamos bien, el final ella fue quien se quedó conmigo hasta graduarnos. Éramos Marcus, Alexia y yo. Aunque siempre nos llevamos mejor Marcus y yo, pero a Alexia la queríamos mucho. Solo que he tenido algunos problemas con ella y por ahora no la concidero más mi mejor amiga, pero en un tiempo lo fue.
— Sí es cierto Luis mejor ni llores por tu novio, así solo y agusto con nosotros estás bien, ni pienses en ese hombre — digo y le doy el último trago a mí lata de cerveza — voy por otra.
— Yo quiero una también — dice Marcus que levanto la vista del celular para pedírmelo.