Final

5.8K 1.1K 234
                                    

Ambos soltaron un suspiro.

El príncipe Jimin tembló cuando los rayos del sol dieron directamente en su cara, parpadeó repetidas veces y arrugó el entrecejo por inercia.

Por otro lado, el príncipe Yoongi intentaba mantenerse de pie firmemente, con la ayuda del menor quien se ofreció como soporte para que pudiera apoyarse.

Los dos estaban frente al jardín, descalzos y portando las vestimentas más cómodas. Esperaban que la experiencia fuera pacífica y serena.

Se miraron unos largos segundos, en los que sus ojos transmitieron amor y apoyo. 

Juntaron sus manos y se atrevieron a dar el primer paso sobre el brillante césped. 

El príncipe Jimin apretó sus labios, incómodo por la sensación debajo de sus pies, pero la sonrisa relajada de su pareja le ayudó a eliminar ese impulso de querer salir corriendo a refugiarse.

Los árboles entregaban un nítida sombra que los cubría del prepotente sol, el viento era tan fresco que sus pieles pedían más a medida que caminaban, los ojos del príncipe Yoongi se movieron en todas las direcciones observando con atención la naturaleza, le parecía tan hermoso. Antes lo ignoraba, y lo hacía mucho más en su vida como sapo, siendo un anfibio no pudo apreciar bien sus alrededores porque solamente podía pensar en esconderse debajo de una roca; ahora todo era diferente, tenía su vida de nuevo, tenía su cuerpo de nuevo, tenía a su pareja de nuevo. Era más que suficiente, no pedía más.

Volteó a verlo y contempló su manera de agacharse para olfatear las flores de diferentes colores, cerraba sus ojos y sonreía sin mostrar dientes. Con las manos todavía juntas, continuaron recorriendo el lugar. No era una zona desconocida, no, ellos habían pasado muchas cosas juntos cosas ahí, tenían muchos recuerdos agradables que les hacia sentirse enamorados. Por eso era tan especial visitarlo.

—¿Lo recuerdas? —preguntó el príncipe Yoongi sentándose en el suelo.

El príncipe Jimin sonrió de lado, asintiendo. Acompañó a su pareja y se sentó a su lado, quedando frente a la pequeña laguna donde habitaban sapos, ranas y otra clase de anfibios. 

—Nuestro primer beso —miró hacia arriba encontrándose con las ramas del reluciente árbol de cerezo.

—Y cuando hicimos el amor. —El mayor llevó la pequeña mano de Jimin hacia su boca, dejando un suave beso en el dorso, sonriendo levemente por las mejillas ruborizadas de su pareja—. Nos escapamos esa noche de aquella aburrida fiesta y salimos a aventurarnos. Después vinimos aquí y nos unimos en uno solo. Lo recuerdo tan bien. —Jimin se acostó boca arriba poniendo su cabeza en las piernas del príncipe Yoongi, podía sentir el césped debajo de él, pequeños destellos de luz sobresalían de entre las hojas del árbol cayendo en su rostro, pero no le molestaba. Era muy cálido. 

El pelinegro tomó unas cuantas flores de misiotis que estaban en un arbusto a su lado, y luego de revisar una por una de que estuvieran en buen estado, las fue colocando en los cabellos rubios del menor. 

Los envolvía un silencio encantador, ninguno hablaba, las palabras no eran necesarias, solo querían verse y amarse tranquilamente.

Ambos corazones estaban sanos y aliviados de haberse encontrado por segunda vez. Se sentían en paz.

Y entonces, en el momento menos esperado, Jimin sonrió en grande y rió.

Yoongi lo miró extrañado, dejó de acariciar su cabello, pero continuó e inevitablemente sonrió contagiado por la risa infantil del bonito príncipe que era su novio.

—¿Qué es tan graci-...Por qué lloras, mi amor? —su sonrisa se borró al ver las lágrimas deslizándose en las mejillas del rubio—. ¿Hice algo malo?

El más joven negó rápidamente, tragó saliva y ni siquiera se molestó en limpiar sus mejillas, así que el príncipe Yoongi se encargó de hacerlo.

—Es que... —suspiró débilmente. Siguió sonriendo ampliamente, tanto que sus ojos se hicieron muy pequeños y se dio cuenta de que era una sonrisa repleta de emociones positivas—. Estoy pensando en muchas cosas.

—¿Son cosas buenas?

—Lo son —asintió con seguridad—. Cuando... Cuando mi hermano regrese... Lo abrazaré con fuerza y le diré que lo amo, que es el mejor de todos y que estoy agradecido con él por lo que ha hecho por mí. También volveré a tomar su ropa sin que se dé cuenta —prometió. Yoongi sonrió divertido y se relamió los labios—. Seré más cuidadoso a partir de ahora, no dejaré el piso sucio para no tener que darle trabajo innecesario a la mujeres de la limpieza. Tampoco volveré a espantar al mozo Hoseok y lo trataré con la amabilidad que se merece, ya mucho tiene con la cocinera —musitó—.  A la señora Lee, nuestra ama de llaves, le daré las gracias por preocuparse por la familia y por habernos cuidado como si fuéramos sus hijos... ella es legendaria en este castillo —murmuró lo último con cariño. Parpadeó y lo miró—. Y en cuanto a ti, mi amor, permaneceremos juntos por mucho tiempo.

—Caminaremos por la vida, disfrutando de las cosas buenas. Vamos a estar bien...

Solo tú y yo...  —sonrió el príncipe Jimin reincorporándose, quedando frente a él.

Solo tú y yo... —repitió el príncipe Yoongi acercándolo para que se sentara en su regazo, lo abrazo por la cintura y juntaron sus frentes.

Y se juraron amor eterno con beso puro e inigualable. 

Ambos corazones estaban aliviados y contentos por haberse encontrado por segunda vez.


FIN.




-Niny ♡

❝왕자와 두꺼비❞; El Príncipe y El Sapo |Yoonmin|Where stories live. Discover now