Don't Tell Noona -CHANBAEK

Cuatro

Obediente (intimidado en realidad), Baekhyun aceptó la bolsa que Chanyeol le estaba entregando, tomándola con algo de timidez para inmediatamente abrirla y ver qué tenía dentro. Ibuprofeno, aspirinas, un jarabe, hojas de menta, un termómetro, paños húmedos y saquitos de té a simple vista. Revolviendo un poco más encontró muchas golosinas: caramelos, chocolates, gomitas, galletas. Una sensación a medio camino entre la ternura y la pena lo golpeó fuerte en el pecho porque se sentía incapaz de aceptar todo eso. Ese acto tan tonto como traerle un montón de cosas que no necesitaba nada más porque estaba con un poco de temperatura le hizo ver a Chanyeol con algo más que las hormonas, y las famosas mariposas en el estómago (o lo que fuese ese extraño cosquilleo cálido en su vientre) lo hicieron sentirse demasiado confundido porque lo último que quería era comenzar a sentirse como el adolescente tonto que era frente al pelirrojo. Por este motivo negó con la cabeza e intentó devolverle la bolsa a Chanyeol.

-Hyung, esto es demasiado, no puedo aceptarlo -pronunció en un susurro-. Sólo tengo un poco de fiebre, no era necesario nada de esto...

-Cállate y ve a acostarte -fue la respuesta del mayor, expresión aburrida y manos en los bolsillos-. Te llevaré un té a la cama.

-Hyung...

Sin siquiera escucharlo, Chanyeol le dio la espalda y se dirigió a la cocina con toda la confianza del mundo, y no tardó en comenzar a hacer ruido mientras ponía agua a hervir y rebuscaba cosas en la alacena, o eso supuso el menor. Baekhyun se quedó parado en el vestíbulo, bolsa aún en mano, considerando las opciones que tenía, y terminó teniendo un debate interno entre hacerle caso al pelirrojo y acostarse como le fue indicado, o rebelarse y seguir al chico a la cocina para decirle que realmente nada de eso era necesario, porque en verdad no lo era y toda la situación lo estaba superando.

Se decidió por la segunda opción y se encaminó hacia la cocina luego de dejar la bolsa en el sillón, y una vez en la otra habitación encontró a Chanyeol descansando contra la cocina concentrado en el móvil mientras el agua se calentaba en una tetera.

Se apoyó contra el marco de la puerta para permitirse mirar al mayor al menos durante unos segundos, mordiéndose el labio al hacerlo. Ya tenía muy claro que Chanyeol luciría bien con cualquier cosa que se pusiera pero al verlo allí, así, en ese momento, vistiendo una remera completamente negra y unos jeans celestes rasgados en las rodillas que marcaban sus piernas delgadas, pensó que nunca en su vida había visto a nadie tan atractivo como Park Chanyeol, y esa verdad era tan poderosa que le dolía.

-¿Otra vez espiándome? -preguntó el más alto sin alzar la vista de su teléfono-. Te dije que fueras a la cama, Baekhyun.

-L-lo sé.. -balbuceó, avergonzado por cómo Chanyeol había vuelto a descubrirlo, preguntándose si acaso el mayor tenía alguna especie de poder para lograr notar su presencia sin siquiera dejar de mirar la pantalla del celular-. No es necesario que hagas esto, hyung.

-Tu hermana me pidió que te cuide y eso haré -sentenció, y recién entonces lo miró-. Mírate, estás todo colorado por la temperatura. No seas caprichoso, cuidaré de ti y punto.

Baekhyun no quiso aclararle que estaba rojo por otra cosa porque admitir que se sonrojaba con su mera presencia hubiera sido bastante patético, aunque a esas alturas intuía que Chanyeol ya sabía la verdadera razón del constante rubor en sus mejillas, así como sabría todos y cada uno de sus secretos.

Era como si pudiera ver a través de él con esos ojos negros tan intensos, o al menos así de intimidado se sentía cada vez que hacían contacto visual. Desvió la vista perturbado por aquel pensamiento porque la mirada penetrante del chico estaba comenzando a incomodarlo de verdad, tanto así que llegó a temer que Chanyeol realmente pudiera adivinar con tan sólo mirarlo a los ojos lo que había hecho en la ducha antes de que él llegara, y todo lo que había pensando sobre él desde que lo había visto por primera vez en Lotto unos meses atrás.