Nuevo hogar

10.2K 703 40
                                    

Era el nombre más raro que alguien podía inventar pero no es como si estuviera muy exigente últimamente, después de casi tres minutos llegue a las puertas del pueblo, era un lugar apacible y limpio, mucho más amplio de lo que imagine y bastante habitable al parecer.

Un delicioso olor llego a mí e hizo que mi estómago rugiera, decidí que aunque no me quedara mucho dinero no puedo estar sin comer. Después de estacionar mi Harley entre al local y me busque asiento cerca de la ventana para poder observar el exterior.

-Buenos días, ¿que desea pedir?- me pregunto un camarero con un rostro bastante infantil y lindo.

-Um... quiero... ¿qué me puedes ofrecer? no se mucho de aquí, recién llegue-

-Wow... así que nuevo, soy Kern, un gusto- se presentó y extendió su mano yo la estreche y me sonrió como si su vida dependiera de ello, pero de la nada y como si se quemara retiro su mano -Te puedo ofrecer el especial de esta semana, te encantara y por ser el último día está a mitad de precio- me dijo rápidamente, yo solo lo mire un poco desconcertado y asentí aceptando su oferta.

Cuando Kern se fue mire hacia afuera y me puse a pensar en todo lo que podría hacer en este lugar si me quedara, aunque no es algo totalmente seguro podría intentarlo, lo único que causaría problemas seria que este pueblo no acepte el hecho de que sea gay, no es como que lo fuera a gritar a los cuatro viendo pero no estoy escondido en el closet respecto a mis preferencias, suspire agotado de siempre tener problemas con lo mismo.

-Oye ahora que lo recuerdo no me dijiste tu nombre- no me percate que Kern había vuelto hasta que hablo y me sobresalte golpeándome la rodilla con la mesa, pude notar como Kern ahogó una sonrisa detrás de su mano.

-Me llamo Marcos- le conteste ya calmado aunque con el leve dolor aun en mi rodilla, Kern se empezó a marchar hasta que recordé que tenía que ver donde me quedaba -Espera Kern, quería saber si hay algún lugar en donde me pueda quedar a pasar la noche-

-Hoteles no hay...- me respondió y pude ver como mi posible felicidad se alejaba de mis manos -pero el alcalde arrienda habitaciones en la casona que se encuentra casi al final del pueblo- me contesto sonriendo

-Bien, ¿y no sabes por casualidad si es muy caro?-

-El precio por una noche es igual que cualquier hotel promedio, pero si piensas quedarte definitivamente en el pueblo puedes hacer un trato con el alcalde a ir pagándole de apoco dependiendo del trabajo que tengas-

-Está bien, gracias- le respondí y sonreí, Kern me sonrió y se fue.

Probé la comida y sabia deliciosa, me la comí en prácticamente dos bocados, descanse un poco y pedí un café. Cuando salí hacia bastante frío y estaba atardeciendo, decidido a darme un baño y pasar la noche bajo techo me dirigí a la casona.

Al llegar estaba entumido producto del frio, en tiempos como este prefería una camioneta.

La casona era enorme, le hacía honor a su nombre, rojiza y con un camino único y recto hacia una puerta enorme, un estilo parecido al colonial pero moderno hacia lucir las paredes, preferí caminar hasta la puerta que muy cerca no estaba tampoco pero así miraba de forma más detalla ese enorme castillo.

La puerta tiene timbre, por suerte, espere un rato y un alto, moreno y musculoso hombre abrió la puerta una cara de asesino acompaño su saludo de voz profunda, me sentía pequeño aunque midiera uno con ochenta y cuatro.

-Hola, buscaba donde quedarme y me dijeron que aquí podía pasar la noche- hable con voz firme para no sentirme tan indefenso.

-¡Oh! si- me contesto y su rostro cambió tan rápido que casi me mareó, se veía tan normal ahora que dejaba de ser intimidante -el alcalde se encuentra en su oficina, pasa por favor, te llevare con el- me dijo dándome paso para pasar y sorprenderme con el magnífico interior del lugar, grandes ventanales, muchas puertas, consolas, juegos y muchas cosas más.

-Sígueme- me hablo... no me sé su nombre

-¿Cuál es tu nombre?- le pregunte y volteo su rostro cuestionando mi pregunta -el mío es Marcos- le dije para dar confianza

-Balthazar- me contesto volviendo la vista al frente para luego doblar en una de las esquinas del laberinto de casa que es esta -me perderé mucho aquí, tendrá que pasar mucho antes de que recuerde todos los pasillos- murmure y de inmediato me sorprendió que pensara quedarme tanto como para no perderme.

-¿Mh..., dijiste algo?- me pregunto Balthazar mientras se detenía al frente de una puerta y tocaba pidiendo permiso para entrar.

-No nada hablaba conmigo, solo eso-

-Bien- me dijo mientras abría la puerta y con un movimiento de cabeza me indicaba que entrara con él.

Entré y Balthazar cerró la puerta mientras yo observaba todo.

-¿Que sucede Balthazar?- se escuchó desde el fondo del cuarto una voz masculina y oh, mierda el sonido era dulce, mi pene tiraba contra el cierre de mi pantalón solo con escuchar esa voz.

-Señor aquí este hombre...- dijo Balthazar señalándome, yo le dije mi nombre, - quiere consultar por una habitación para pasar la noche- termino Balthazar, pero pensándolo bien por esa voz que tenía el alcalde que quedo amarrado a sus pies para siempre.

El adonis detrás del escritorio me miro y pude notar como se sorprendía y luego sonreía descaradamente.

-Gracias Balthazar puedes retirarte- Balthazar asintió y se fue cerrando la puerta casi sin meter ruido -Por favor toma asiento...-

-Marcos-

-Marcos- mi nombre en sus labios no ayudaba a mi cordura, tampoco a mi erección, es imposible que él no la haya visto -Un gusto mi nombre es James- me dijo extendiendo su mano, pude jurar que estuvimos tomados de la mano más del tiempo debido, pero ni loco decía algo y soltaba esa mano.

-El gusto es mío- conteste y me senté y el soltó mi mano para removerse en su asiento.

Después de un tiempo de solo mirarnos James se puso nervioso, carraspeo y volvió a removerse en su asiento, comenzó a explicarme el tema de la habitación y su costo, sus labios se movían sin frenos y los míos me picaban por atacarlos.

-Te mostrare tu habitación ¿te parece?- me dijo levantándose y yo lo seguí, esperando que no se notara mi falta de atención, mientras James caminaba hacia la puerta acomode mi erección tratando de hacerla menos evidente.

Caminando hacia mi habitación no había tema de conversación y el ambiente era extraño pero cómodo.

Subiendo las escaleras hacia es segundo piso un chico de aparentes veinte años se nos acercó y escuche un gruñido de parte de James.

-¿Que sucede David?- pregunto James de forma monótona

-Oh, nada- respondió David juguetonamente - solo que escuche por ahí que alguien nuevo y sexy había llegado a la casa y quise ver quien era- el chico era una cabeza más pequeño que yo así que al acercarse se levantó en puntillas y me miro fijamente, luego me guiño un ojo y escuche otro gruñido de parte de James, David me miro sorprendido y se rio burlonamente, se acercó más a mí y por instinto me aleje un poco pero él me agarro de los hombros y me beso.

De forma inmediata sentí unos brazos en mi cintura que me tiraban hacia atrás seguido de un gruñido que retumbo en mi oído.

-¡MIO!- James tenía el rostro rojo de la ira y el ceño fruncido, David se rio y corrió lejos de nosotros salvándose del enojo de James, yo estaba perdido y mucho más con esa palabra rebotando en mi cabeza.

-¿Mío?- le pregunte a James en un susurro y pude notar como se alejaba y yo perdía el equilibrio pero no caí, él tenía la mirada horrorizada retorcía sus manos de forma nerviosa, yo solo esperaba que me respondiera algo.

ΨsG

Dulce Pantera (ahora en DREAME, me cambio de plataforma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora