Los nervios se estaban alimentando de mi cuerpo en segundos, pero la imagen al fin cobró vida.
Con la cara no tan cuadrada, el cabello corto, ondulado y castaño oscuro, tés del color perfecto: ni muy pálida, ni muy tostada, labios no muy grandes pero en definitiva besables, cuello largo y hombros anchos. Lo que describía la figura masculina inesperadamente perfecta y sus ojos, unos ojos castaños como su cabello que me tele transportaban a otra dimensión hacían el rol de la pieza faltante para tan perfecta obra de arte.
No solo fue un momento de fantasía, sino que también fue de vergüenza porque el maquillaje que tenía puesto no cubría mi expresión al verlo, o sea, boca abierta hasta el piso que necesitaba un balde para recolectar toda la baba que salía de ella.
- Hola princesa - dijo sonriente.
Corrijo, ahora con su voz terminó de cautivarme, era una mezcla entre caribeño sexy y español clásico, o sea PARA MORIRSE. Definitivamente la pieza faltante para el rompecabezas de Daniel.
- Ho-ho-holi - dije sonrojándome.
- ¿Cómo estás pequeña?
- Ah... bien - en realidad estaba muerta en vida - ¿Tú cómo estás?
- Perfecto ahora que te veo - eso me hizo reír como loca y sonrojarme aún más - que linda.
- Gracias - dije - tú no te ves nada mal en camisa.
- Y terno - se rio - eres hermosa ¿Lo sabías?
- Aww - no pude decir más que - no.
- Ahora te lo digo y lo repito, eres hermosa.
- Gracias, tú tampoco estás mal.
¡¿Es en serio?! Necesitaba una cachetada es ese mismísimo instante, o sea ¿El chico más sexy del universo me dijo "hermosa" y sólo pude decir "Gracias"?
- No lo creo, pero de tu hermosa boca todo se acepta - me dejó más roja aún.
- Me haces sonrojar.
- Estoy halagado por eso.
Sonrojada de nuevo.
Nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos y juro que si el monitor no hubiese estado allí nos hubiéramos besado apasionadamente.
- ¿Qué hacías? - me dijo.
- Leía un poco - Victoria Mendoza: Licenciada en mentir.
- ¿Qué leías?
- Desafío de Alyson Noël - mi saga favorita: "Inmortales" y aunque en ese momento no lo leía, estaba en mi bolso para leerlo por tercera vez.
- No lo leí, pero por ti lo haré.
- Aww ¿Tú que hacías?
- Aún nada pero... ¿Te puedo recomendar un libro?
- Claro.
- Cien años de Soledad de Gabo - sus ojitos se volvieron brillantes como diamantes al sol - es mi libro favorito.
- ¿En serio? - ese libro era de lectura obligatoria en los colegios estatales pero como el mío era más liberal yo leía pura fantasía.
- Si - me sonrió - no se lo recomiendo a muchos pues no tienen la habilidad de leer.
- ¿Yo sí?
- Sip - me sonrió más, o sea me derritió más - eres de esas que en los ojos se ve que amas leer un buen libro.
Eso terminó de matarme por completo, este chico sí que sabía conquistar.
Nos quedamos mirando de nuevo hasta que algo lo distrajo, parecía que alguien lo llamaba y él molesto se levantó dejándome allí estancada, escuchando... ¿gritos? Sí creo que era llamadas de atención.
Me quedé allí como 15 minutos, me senté de maneras extrañas para que el trasero no me duela después y al fin apareció, estaba como exasperado, respirando fuerte y muy sonrojado.
- ¿Todo bien? - le pregunté extrañada.
- Si preciosa todo bien - dijo más tranquilo.
- ¿En serio? - no me la creía.
- Si, solo me llamaron para hacerme enojar.
- Bueno...
En ese exacto momento mi abuelo me llamaba.
- ¿Quién te llama? - dijo.
- Mi abuelo - dije preocupada, no quería que la llamada termine, aún no, tenía que verlo un poco más - iré en un rato.
- No pequeña - eso me hizo poner cara triste, no quería irme - no quiero que te ganes un grito por mi culpa.
- No me gritan - le dije seria.
- Bueno, a mí también me llaman para arreglar ese problema así que mejor cerramos la ventana.
- Esta bien...
- No estés triste princesa - me puso cara de cachorrito, lo que me hizo reír - así mejor.
- Bueno...
- Hablamos más tarde hermosa, no dejes de sonreír.
- Sipi - le dediqué una sonrisa.
- Pero antes - lo miré extrañada - ¿Me haces un favor?
- Claro.
- ¿Me puedes mandar un beso volado? A ver si así me llega algo tuyo y puedo sentir tus labios.
Ok, eso me hizo recobrar el color rojo que tenía hace un rato, tomé aire y le mande un beso volado como ese que mandan las niñas pequeñas, cerrando los ojos y soplando el beso, como si realmente le llegara.
- Gracias - eso hizo que sonriera de nuevo- eres hermosa, no lo olvides.
- Sip - le guiñé el ojo.
- Y si lo olvidas yo te lo recordaré todos los días - me devolvió el guiño.
- Sip - le sonreí - adiós.
- Hasta más tarde pequeña.
*Daniel acaba de terminar la video llamada, ¿deseas devolvérsela?*
Le di en cerrar a la ventanita y de nuevo la sonrisa regresó a mi rostro. Acababa de ver la imagen de la perfección en mi frente y ahora si no iba a dejar que éste se me escapara.
Ya no hablamos en la tarde, además yo tuve que ir a dormir temprano, pero soñé con él, con sus ojos, sus labios y su voz seductora.
- Hasta la próxima Daniel...
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Inbox © (Editando)
RomanceUn día común y corriente alguien comenzó a hablarme, todo comenzó con un "Hola" y se fue convirtiendo en mas... ¿Quien sabe no? Tal vez el amor por inbox exista, talvez llegue a ser algo mas o tal vez no. Mi nombre es Victoria Mendoza, él... bueno é...
