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–¡Y ahora, la ultima canción!- los gritos decepcionados de los fan, hacían eco en la enorme cúpula donde la banda se presentaba. El vocalista se apresuró en seguir hablando –Nosotros no nos iríamos si se pudiera, pero les gustará el final- sonrió de medio lado logrando gritos, pero por distinta razón –¡Esta es una canción inédita, así que disfrútenla!-

El silencio se hizo presente y las luces del escenario se apagaron. Los primeros acordes de la guitarra eléctrica que tocaba un hombre de cabello rubio y una marca negra entre sus mechones, fueron los que iniciaron otra ronda de gritos por parte de los espectadores.

Lo siguió la batería que tocaba con maestría, un hombre de piel salpicada con pecas y cabello verde. Al son de sus primeros golpes al instrumento, las luces de colores titilantes, iluminaron a los 5 integrantes vestidos con provocativa ropa negra.

El bajo retumbó, acompañando la melodía y las fan de las primeras filas enloquecieron cuando un hombre de cabello azabache y ojos negros, sonrió acercándose al borde de la tarima.

La segunda guitarra comenzó a sonar. Las notas eran distintas a la primera guitarra, pero armonizaban bellamente. Aquel hombre de cabello bicolor que la tocaba se acercó al de cabello rubio para juntar sus espaldas.

La música sonó mas baja, como si fuera un murmullo, y las luces se volvieron rojo tenue. El hombre de cabello rubio ceniza parado en medio, se acercó al micrófono enganchado en el soporte para abrir la boca y comenzar a cantar.

La letra hablaba sobre una hermosa mujer de cabello largo. Sus ojos grandes de gato, se mostraban curiosos y amigables. Piel levemente tostada. Voz suave. Actitud infantil. Una mujer que ocultaba sus sentimientos de tristeza, tras una sonrisa brillante como el sol.

El silencio volvió cuando lagrimas salieron de los ojos rojos. Caían por sus mejillas y rodaban por su mentón hasta su largo cuello, donde se mezclaban con el sudor de tan agotador evento. Su voz tembló y la música de los instrumentos al subir el volumen, estremeció a todos los asistentes.

Era momento del coro y su voz temblorosa sonada desgarrada. La sonrisa de la mujer de la canción, se rompió al saberse engañada. El protagonista de la historia, solo podía pedir perdón de rodillas al ser el culpable de sus brillantes lágrimas, pero sabía que ya era demasiado tarde para pedirlo… ¿Cuántos engaños tarde le pedía perdón?

Algunas personas del público, comenzaron a llorar por distintas razones. Algunos por que la letra los describía, otros porque su amado y fuerte ídolo, se veía tan vulnerable como jamás lo imaginaron. La mayoría sin embargo, solo observaba sin poder desviar la mirada y sin saber que sentir.

Otra vez bajaron las notas a murmullos. El vocalista de cabello rubio ceniza, se puso cabizbajo dejándose inundar por la música que interpretaban sus compañeros. Las manos alrededor del micrófono le temblaban aunque lo agarraba con fuerza.

“Los labios temblorosos se mojaron son sus lagrimas.
Y el culpable de aquel riachuelo solo fui yo.
¿Por qué la dañé si la amaba más que a mi vida?
Perdón, perdón.
Por favor no me dejes aunque tengas tantas razones”

La última estrofa, el último dolor. La música volvió a retumbar ahora con más fuerza, logrando que todo el público despertara y comenzara a gritar eufórico.

Sus ojos húmedos brillaron al recibir directamente la luz rojiza en su rostro al levantar la cabeza. Gritó como si lo estuvieran quemando por dentro y cantó con todo su ser el coro con distintas palabras a los dos anteriores. Aquellas palabras hablaban de su muerte interior. De cómo su alma y corazón se pudrieron al verla partir lejos de sus brazos.

“Mis manos jamás volverían a tocarla.
Mi  lengua nunca volvería a probarla.
Sus sentimientos ya no estaban.
¿Cómo pude ser tan estúpido si tanto la amaba?”

Los acordes cesaron unos segundos después que la voz se apagó junto con las luces. Los cinco integrantes salieron del escenario para ir tras bambalinas. Bebieron agua, secaron sus lágrimas, y volvieron sonrientes para despedirse de su público.

Sus fans no merecían que los ignoraran.

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El hombre de cabello rubio ceniza y ojos rojos, se encontraba sentado en la orilla de la cama. La mitad de su rostro era cubierto por sus mechones desordenados y esperaba con paciencia que el sonido de espera de su celular se acabara.

Al momento que se detuvo, una voz comenzó a hablarle… no era la que esperaba, pero desde hace unas semanas, ya era habitual que la contestadora fuera la que respondiera.

–Eijiro, solo te llamaba para saber que te pareció el concierto. Denki dijo que le envió dos entradas a Mina para que te invitara- rió suave y se tiró de espaldas al colchón –Ojos de mapache siempre dice que le gusta nuestra música, pero se que solo va para ver al estúpido de Hanta- suspiró antes de seguir hablando –Ella fue al backstage después, pero no te vi, así que le pregunté y me dijo que sí fuiste, pero te perdió de vista al final… ¿Escuchaste la ultima canción?- su barbilla tembló ligeramente –E… es la primera canción que escribo… ¿Irónico, verdad?- con su mano libre, secó las lagrimas que comenzaron a salir –Ya llevamos mas de 10 años como banda, y nunca pude escribir… pero aquella letra era para ti- susurró ronco ya que el llanto no le permitía usar su tono habitual –Lo siento… perdón… tus labios son los únicos que quiero…- la melodía sonaba en su cabeza mientras intentaba cantar –… tu aliento es el único que deseo robar… tu expresión en éxtasis… es la única que mi memoria podría guardar… todo tu ser… lo que necesito… por favor, perdóname-

El sonido de la llamada siendo contestada, lo sobresaltó haciendo que sus ojos húmedos se abrieran sorprendido –Katsuki… por favor detén esto- la voz vibraba haciéndole saber que estaba llorando –No quiero verte otra vez… ¿Por qué debo seguir soportando que me engañes?-

–¡Eijiro, perdóname!- se volvió a sentar en la orilla –¡Nunca lo volveré a hacer! ¡Te amo! ¡Te amo tanto!-

Hubo unos segundos de silencio antes de la respuesta del otro lado de la línea –… Ya no confío en ti…- después de aquellas palabras, la llamada se cortó.

El celular cayó de sus manos al tiempo que el brillo en sus pupilas desapareció. Un enorme vacío quedo en su pecho donde debería estar su corazón y la frase que cantó hace tan solo unas horas dio vueltas en su mente… ¿Cómo pude ser tan estúpido si tanto lo amaba?

La primera y última canción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora