El castaño le preguntaba que cosas solía hacer en su tiempo, que clase de cosas le gustaban y que le disgustaban.

— Dime Umi ¿Te gusta leer?

— Sí, este año en mi carrera tuvimos que leer uno de los libros más aburridos del mundo pero porq— antes de terminar Dazai levantó el dedo como pidiendo turno

— ¿podrías leer esto para mi?— Le mostró un libro de tapa dura abierto por una de las páginas. La chica le miró atónita.

— ¿Qué lo lea?

— Sí, sí, leelo

porque tú siendo tan pequeñita como eres
dejas caer la risa desde tu meteoro— Dazai volvió a levantar el dedo para pedir turno, la chica calló.

— No lo sientes— dijo sonriendo—,no pasa nada.

La chica seguía mirándole extrañada por la mala educación del castaño.

-Bueno, tengo un poco de prisa, nos vemos-dicho aquello la chica se levantó, pagó su café y se marchó.

Así paso Dazai toda la mañana, recibiendo a universitarios que querían sumar puntos por ayudarle, pero él de algún modo era difícil de complacer. No se equivoquen, él sabía que era complicado de manejar, pero le gustaba ser exigente. Eso es todo.

Ninguno de los cinco candidatos de aquel día le convenció, no lo sentían, estaban apáticos, estaban mustios, eran personas apagadas.

Cuando Dazai estuvo apunto de irse escuchó la campanita sonar indicando que alguien nuevo había llegado.

-Siento llegar tan tarde, el tren se retrasó un poco, enserio, lo siento mucho

Al escuchar aquella voz tan solo volvió a tomar asiento haciendo que el can también se sentase, hizo señas para que el camarero se acercase.

-¿Puedo pedirle un favor?

-mmh

-¿Puede atenderme el camarero que acaba de llegar?-pidió en un susurro

-No hay problema, espero que no tenga mucha prisa, tiene que cambiarse

-tranquilo, soy un hombre de paciencia-dijo sonriendo

El camarero se fue en busca del chico dejando atrás al extraño hombre que llevaba toda la mañana allí y no parecía que se iría pronto.

-Quieren tu servicio-avisó el joven

-¿Quién?

-El ciego de la mesa junto a la ventana

El recién llegado echó un vistazo encontrándose con el muchacho sentado paciente mirando hacia el frente, a sus pies un labrador. El pelirrojo suspiró.

-¡Buenos días!-dijo una vez en la mesa-¿desea algo más?

-Sí

El joven camarero sacó un pequeño dispositivo dispuesto a marcar la comanda

-me gustaría saber tu nombre-dijo Dazai

-Me refería de la carta, señor

-¡Ah! De ahí no quiero nada más, solo querría saber tu nombre-ahora miraba hacia su derecha donde se encontraba el pelirrojo-intuyo que tienes una chapa con tu nombre, siento si te molesto con eso

-Me llamo Chuuya, Chuuya Nakahara-dijo-y no pasa nada, lo entiendo

El castaño hizo una de sus típicas sonrisas y dijo:

-tienes un nombre realmente lindo, Chuuya

-mmh, bueno gracias-dijo algo incómodo-¿Entonces no desea nada más?-preguntó intentando que el hombre le volviese a decir que no y se fuese. Se sentía realmente incómodo.

-No quiero sonar un psicópata-Dijo sonriendo-pero me gustaría saber si estas estudiando en la universidad y necesitas puntos.

-Sí que estoy en la universidad-no sabía porque le estaba dando esa información, solo no podía controlar lo que decía-pero ya conseguí mis puntos

-oh-dijo desanimado-yo soy generoso con eso de los puntos, además escribo unas cartas de agradecimiento muy buenas-¿Seguro que ya tienes el máximo de puntos?

Chuuya se quedó pensativo por unos instantes, era verdad que ya tenía los puntos pero le faltaban y aún quedaba tiempo para conseguir el máximo. Estaba seguro que el ciego iba a proponerle un trabajo, como lazarillo seguramente o lo tendría como esclavo haciendo todas sus tareas.

-Seguro que estas pensando en que te voy a tener como lazarillo o algo así ¿Verdad?-rió-,no te preocupes para eso tengo Ulises-dijo señalando al perro- si quieres conseguir los puntos que te faltan ayúdame, la tarea es sensilla.

Bueno, a Chuuya le faltaban algunos puntos que le vendrían muy bien, a parte sentía como el ciego se lo llevaba a su terrero mientras le convencía.

-Si te quedas callado no sé si estás ahí o no-pronunció-,sino quieres lo entenderé, tranquilo.

-Bueno, verá, depende de muchas cosas porque durante la mañana voy a la universidad de lunes a viernes, los miércoles y sábados vengo aquí al mediodía hasta las siete-el ciego levantó el dedo para tomar la palabra-¿Si?

-¿Es verdad que en esta cafetería hay también una biblioteca?

-Sí, es uno de esas cafeterías, señor ¿Por qué?

-si aceptas mi propuesta no tendrás que moverte mucho de aquí, los sábados cuando salgas de trabajar vendré aquí y estaremos solo una hora en la biblioteca ¿Qué te parece?

El anterior trabajo de Chuuya era agotador y lo hacía durante tres días a la semana durante dos horas y el tipo ni siquiera le dio los puntos completos. La propuesta del ciego fue como música para sus oídos.

-¿Solo los sábados entonces?

La voz del joven era tan melodiosa, realmente era una delicia auditiva, a pesar de ser una voz masculina era fina y suave, Dazai sin duda estaba derritiéndose mientras le escuchaba hablar.

-Sí, además te daré todos los puntos que necesites más mi carta de agradecimiento por ayudarme.

-De acuerdo-dijo con un hilo de voz, parecía seguro de la decisión pero al mismo tiempo no,echó una mirada hacia atrás, tenía los ojos de su compañero encima, seguro llevaba ya bastante hablando con el castaño-¿Quiere algo más?

-Sí, que ya sea el sábado que viene

Metió su mano en el bolsillo y sacó un billete arrugado, torpemente se levantó junto a Ulises, se despidió y se fue.

Chuuya se quedó sin palabras. Se había enlazado con un tipo extraño que acaba de conocer en su trabajo. Estaba sin palabras, de verdad. Ni si quiera sabía su nombre.

Pero Dazai tenía ese extraño sentimiento pues al fin y al cabo había sido un buen día.

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16-6-18

¡Hola pocholitos!

Pretendo hacer una pequeña historia, no he visto aún ningun au con esta temática así que me pareció buena idea.
Gracias por leer.

Muchos kisses.

Desde tus ojos [Soukoku]Onde histórias criam vida. Descubra agora