1: Misión rubí perdido

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Capítulo 1: Misión rubí perdido

Quince soldados se agolpaban entre las estrechas paredes de la sala de información número 2, en la ciudad espacial de Heiren, esperando a que el sargento comenzara el informe de la misión rubí perdido que, en caso de salir bien, le devolvería en unos meses la Tierra a los seres humanos. O, al menos, eso pensaba Raimundo, más conocido como Rai, ya que era lo que se rumoreaba entre los soldados.

Rai era, antes del Día Necro, un soldado de la tercera compañía del regimiento de infantería mecanizada Asturias 31, dentro del ejército de tierra español. Era un tipo al que nadie molestaba, mayormente debido a su complexión de armario ropero y sus ojos negros azabache, capaz de turbar el descanso de un muerto con una mirada. Medía algo más de un metro noventa centímetros y, a pesar de su aspecto de asesino a sueldo, era el típico gigante bonachón con el que podías contar en un mal día. Toda la mierda que desató la cepa vírica SKI le pilló en una misión internacional en el Líbano con los cascos azules, y probablemente tuvo la mayor de las suertes junto al resto de la tercera y cuarta compañía del regimiento, ya que el hecho de estar en el lugar apropiado en el momento apropiado le garantizó un pasaje para el proyecto Heiren, y de paso para salvar el pellejo de las bestias inmundas que, en algo menos de un mes, empezaron a campar a sus anchas por el mundo sembrando caos, muerte y destrucción.

El proyecto Heiren era nada más y nada menos que una ciudad espacial, que gracias a la fuerza de la gravedad (y a nosecuantos cachivaches tecnológicos que sólo los cerebritos lograban comprender y utilizar) giraba en torno a la tierra como un satélite más. Este proyecto era llevado en secreto desde el año 2015 por la NASA, en colaboración con la Unión Europea, China y Japón. En un principio pretendía ser ideado como un medio de colonizar otros planetas en muchos, muchos años pero, el descubrimiento de la cepa SKI y su posterior lanzamiento a la atmósfera por parte de Corea del Norte, adelantó el proyecto y cambió su finalidad. Por desgracia, Heiren solamente tenía capacidad para alrededor de un millón de personas, y una vez más, el dinero y la posición social jugaron un papel determinante para la mitad de los afortunados que fueron enviados a Heiren. La otra mitad, eran personas con conocimientos o preparación necesarios para la subsistencia de la raza humana: médicos, soldados, científicos... Y toda una serie de personas cualificadas que fueron elegidas por sus logros y méritos durante su carrera, para ser llevadas a la ciudad, o bien que tuvieron la suerte de estar en el lugar y momento apropiados.

Ahora que Heiren era un popurrí de personas de distintas nacionalidades de todo el mundo, el ejército fue reducido a 10.000 efectivos, compuesto mayormente por tropas destacadas durante esos días por la ONU, y Rai estaba destacado en la unidad Bravo, dispuesto para viajar a la tierra en la misión que podía salvar a la humanidad.

El sargento Ramírez entró en la abarrotada sala de información y se colocó delante de los soldados.

- Señores, hemos sido elegidos para formar parte de la misión más importante en la historia de la humanidad, nombre en clave Rubí perdido. -dijo comenzando a pasar diapositivas en el proyector- A grandes rasgos, debemos encontrar los viales que contienen la cepa RSKI, que fue desarrollada poco antes de que Corea del Norte lanzara el misil a la atmósfera y la cepa SKI se propagara por el mundo entero. El avión que transportaba la cepa desde los laboratorios farmacológicos en Alemania tuvo que hacer escala en Madrid para repostar pero, por desgracia, eligieron el Día Necro 2 para ello, de modo que todo el sur y el centro de Europa ya habían sido atacados por el virus, y los animales ya habían comenzado a mutar. Se perdió el contacto con el piloto del avión a las 16 horas y 24 minutos de la tarde y, por desgracia, no tenemos conocimiento de la localización exacta del RSKI, ni de su dispositivo de propagación. Nosotros nos encargaremos de entrar en ese avión, y buscar indicios de la localización de la caja de contención biológica que contiene el RSKI, mientras que los equipos Alpha y Charlie forman un perímetro para contener a esos cabrones el tiempo necesario. Sabemos a ciencia cierta que son capaces de detectar la presencia de organismos no infectados en una gran distancia, algunas especies incluso kilómetros, así que no tendremos mucho tiempo. La inserción se efectuará en cuatro helicópteros Superpuma del ejército del aire, escoltados por dos cazas F-18, que podremos encontrar en la base aérea de Torrejón de Ardoz, donde aterrizará el transbordador que nos llevará hasta la Tierra. ¿Alguna pregunta?

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