Armagedón

Capítulo 1

1445 horas, Instalaciones Militares,

A las fueras de Montana

A una gran distancia de las instalaciones se encontraba un helicóptero esperando una confirmación para poder despegar y abandonar la zona, lo que detenía a la joven de piel acanelada clara de irse por fin de allí era la falta de tres de las agentes con las que había llegado.

—Nili, ¿Están todas contigo? — La chica reconoció la voz de Alex a través del auricular que llevaba.

—No, aún faltan Emperatriz y Chronos — Respondió la aludida viendo nuevamente a Eliza y Annie sentadas en la parte de atrás.

—Bien, mantenme informada.

— ¿Qué harás? —Preguntó Annie metiéndose en la conversación.

—Iré por ellas. — Contestó. — ¿Cuánto tiempo queda, Gamer?

Ann que estaba cómodamente sentada en una de las salas tecnológicas de Armagedón, miraba fijamente la pantalla del portátil frente a ella. Dijo —Poco menos de 8 minutos, para que los sistemas de defensa se restablezcan.

—Bien. — Luego de eso la de orbes azules regreso en busca de la pelirroja y de la pelinegra, quienes no respondían, ni daban señales de vida.

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1800 horas, Armagedón,

Ubicación desconocida.

Un día antes.

Era sábado por la tarde, las personas en aquella oficina no estaban muy felices de estar en el lugar a esa hora, y esperar a que el trío monstruoso se dignara a aparecer no mejoraba la situación, si bien se les había informado estar a las 6 de la tarde los allí presentes sabían que no sería así por parte de ellas.

Pasados 10 minutos, Alexandra mostraba signos de estar impacientándose ya, y cuando planeaba ir a buscarlas y traerlas de inmediato, la puerta fue abierta bruscamente por una castaña de estatura baja y tras ella ingresaron una pelirroja y una pelinegra, ambas más altas que la primera.

Para no demorar más las cosas el director, Michael Daniels, un hombre de 45 años, de cabello rubio oscuro y ojos negros, decidió informar al grupo de chicas sobre la misión por la que las había citado.

—Antes que nada, agradezco la puntualidad de la mayoría. — Pronunció mientras observaba con reproche a Nanna, Annie y Zohar. —Verán, esta mañana recibimos información acerca de un microchip que llego a manos del General Rosenberg.

»Según me dieron a entender los documentos en ese chip son de gran importancia y podrían beneficiarnos. Su misión es conseguirlo antes de que lo trasladen y lo pongan bajo seguridad máxima. — Daniels se detuvo un momento antes de terminar. — Pueden retirarse.

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Cuando salieron de la oficina del director, el grupo de chicas tomó rumbo hacia una sala que se encontrase desocupada y donde pudieran hablar sobre su actual asignación sin ser interrumpidas ni escuchadas por alguien más. Dieron con una que se adaptaba perfectamente a lo que necesitaban en una de las secciones restringidas de las instalaciones.

Cada una cogió algo para beber del mini bar y luego tomaron asiendo en algún mueble de la habitación.

—Comencemos. — Tras dichas palabras todas se centraron en lo que estaba a punto de decir la de orbes azules. — Dada la importancia y delicadeza de la asignación tendremos que actuar lo más pronto posible, este tipo de información no permanece mucho tiempo en las bases militares como tal.