Rose Valencia es una chica de diecisiete años que, visita a su madre durante las vacaciones de verano para poder restaurar su relación madre e hija. Lo que no sé esperaba era conocer a un chico llamado Nathan, que sería el amor de su vida aunque ell...
—Si tienen hambre hay comida instantánea —nos informó. Antes de irse a su habitación, nos regaló una sonrisa que no pude saber interpretar.
Dejo que se aleje lo suficiente para poder hablar tranquilamente con Jake. Ya tenia un plan hecho en mi mente.
—Rose —me susurra—, ni se te ocurra seguirla.
—¿Qué? No iba decirte eso—exclamo ofendida. Mierda, me ha pillado.
—Eres tan obvia y mala mintiendo. Además es un plan tan bobo como cliché.
¿Es en serio? Primero Nathan y ¿ahora Jake? Solo falta que mi madre me lo diga. Para mi suerte y por lo visto, ella no puede entender a su hija.
— A ver chico listo —apoyo mi mano en mi mejilla—, ¿Qué me propones hacer? ¿No me digas que no te da curiosidad lo de mi madre?
—No, no me da curiosidad, Rose.
El tono de su voz se torno seria y me dio entender que no estaba de bromas.
—Creo que no esta bien que pienses así de tu madre —continuó— o sea, ya te mencioné que es como una bruja pero no una prostituta.
No entiendo porqué Jake la defiende tanto, quizás para él las pequeñas pistas o suposiciones que tengo no son suficientes. Si, es verdad, no son razones validas, tan solo evalúo su comportar conmigo y en como se va con hombres cuando se le da la gana.
—Tú no lo entiendes. No he visto a mi madre desde que era una pequeña y me dejo con mis abuelos. Es como una persona desconocida para a mí.
No podía mirarle la cara a Jake, me causaba molestia en como la protegía tanto.
—No, no lo entiendo, ¿pero el sólo hecho de que te haya invitado aquí para poder resolver sus problemas ya es un progreso, no?
Escucho como su silla rechina contra el suelo al momento en que se levanta para irse a su habitación.
—Tranquila, te dije que te ayudaría con esto. Pero hoy no puedo, así que no hagas una ninguna estupidez sin mí—pasa su mano por sobre mi cabeza para alborotar mi cabello tal cual como una niña pequeña.
Se va finalmente dejándome con un malestar en mi estomago apretándome. En parte tiene razón, pero aun así hay algo que me detiene en no creer en sus palabras. Hoy iba actuar, de eso no había duda.
Mi madre es un misterio que no se resolverá solo.
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Eran las diecisiete y media de la tarde cuando mi puse en pie para proseguir con mi plan. Al parecer Jake se había ido a quién sabe dónde pero eso facilitó las cosas.
Mi madre había salido de la casa bien arreglada, como todos los días en que salía. A los minutos después iba siguiéndola por detrás, llevaba conmigo puesto un sombrero negro junto con unos lentes cuadrados del mismo tono de color. Deje una cierta distancia para que no se volteara a verme por las sospechas.
Dios, Jake tenia razón... es tan bobo este plan. Paresco una acosadora, pero no iba dar vuelta atrás, había tomado mi decisión.
...
"¿A dónde te diriges?" Me pregunte una vez en que nos habíamos alejado lo suficiente de la casa. A nuestro alrededor había una gran cantidad de gente caminando y varios puestos de locales vendiendo.
El trayecto se mostraba lento y aburrido hasta que de repente apareció una mujer al acercarse a mi madre, nunca la había visto. Se le veían tan unidas charlando hasta que entraron a un restaurante de pasteles y café. Los ventanales del local eran transparentes, cosa que me alegro bastante y así que cuando estuve lo suficientemente cerca del ventanal, pero con una posición no tan sospechosa... logre ver algo que hizo que todo mi esfuerzo de hoy lo viera como una total perdida de tiempo y estupidez.
Mi madre junto con aquella mujer de bella cabellera rubia y amable semblante, se habían puesto sus respectivos delantales para poder atender a los clientes.
—¿Es su trabajo? —digo con la voz quebrantada.
Me volteo para apoyar mi espalda contra el vidrio al momento en que cubro mi rostro con mi sombrero.
¿Siempre que salía era por su trabajo? ¿La he juzgado mal?
Pero que hay de las salidas en las noches o de aquellos hombres que venían a buscarla. Lo que ven mis ojos ahora, no encaja con eso. Debe haber algo más.
Tan solo... tan solo he visto otra faceta de ella ahora mismo. Se le veía tan alegre atendiendo a sus clientes.
—¿Así que sonríe de felicidad, eh? —un nudo en mi garganta se hizo presente esta vez para quedarse y no irse. Aprieto el puño de mi mano derecha y comienzo a dejar este lugar atrás.
Unas lagrimas amenazan con salir, unas lagrimas que eran entra una mezcla de alegría y melancolía, no sabría cual decidir, era un enigma en este momento.
Desearía que estuviese sonriéndome a mi, por muy egoísta que suene, por muy en el fondo en que llegue a odiarla aveces, deseaba entenderla y resolver nuestras diferencias.
...
Camino tan rápido como me lo permiten mis pies junto con la mirada puesta en el suelo, detestaba que la gente se volteara a verme por estas lagrimas que amenazaban con aún más en salir.
Por mi torpeza, no logro ver con quienes empujo mientras me abro paso entre las personas y cuando creía que podía controlar estas lagrimas.
Aparece Nathan...
—Hey, ten más cuidado... Espera, ¿Rose, eres tú?
Volteo rápidamente para esquivarlo, no quiero hablar con él, no con la vergüenza que pase ayer.
—¡Espera! —exclamó. Podía escuchar como su voz y sus pasos se acercaban. Para mi sorpresa, agarra mi hombro para hacerme voltear y al momento en que nuestras miradas se encuentran, mis lagrimas caen por mis mejillas sin detenerse.
Detestaba que me vieran llorar...
Nota de la Autora: ¡Ahh! Termine por fin, que me costó y siento la demora.
Tuve un accidente que dificultó mi salud y no pude actualizar (avise por mi perfil y en Instagram✨)
Gracias a todas las personas que estuvieron esperando y que me pedían que actualizara.💕
Gracias por leer, dejen sus votitos y comentarios. ✨
Me disculpo por faltar ortográficas, no me el tiempo de corregir áun.
