CAPÍTULO 9º LA CAPTURA DE CLITHEROE

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CAPÍTULO 9º

LA CAPTURA DE CLITHEROE

―¿Y dice usted que ese hombre...?

―Andrew Clitheroe, era el Profesor Andrew Clitheroe –masculla Theresa Blethyn apretando los finos labios con rabia mal contenida.

―Dice usted que el Profesor Clitheroe, tras asesinar a su marido, se llevó a su hija a la fuerza –el Sargento Powell hace una pausa―; ¿me equivoco, señora Blethyn?

―No, no se equivoca, Sargento. Eso fue exactamente lo que sucedió –responde la viuda del Juez Blethyn dedicando una extraña mirada al agente de la Ley.

―¿Podría decirme, si lo sabe, dónde puedo encontrar al Profesor Clitheroe?

―No sé dónde vive –replica la mujer en un susurro apenas perceptible.

―Entiendo... ―Responde Powell con notable resignación, siendo rápidamente atajado por la dama, que tras un leve instante de vacilación, añade...:

―Pero sé que trabaja en sus experimentos en un pequeño almacén en la zona del Soho.

―Muchas gracias, señora –tras lo cual, el Sargento Powell se despide de ella, dedicándole la más profesional de la sonrisas, no sin antes volver darle su más sentido pésame.

Mientras tanto, y ajeno a todo lo ocurrido en casa de su amada, Andrew Clitheroe vaga por las calles en busca de su malvado sosias, mientras se maldice en voz baja por su creación.

De repente, escucha una voz a su lado...

―¿Es usted Andrew Clitheroe?

―S-sí, soy yo –responde él, clavando su mirada en el fornido Policía que acaba de hacerle la pregunta.

―Lo siento, señor –dice el agente encogiéndose de hombros mientras esposa a Clitheroe―. Pero queda usted detenido por el asesinato del Juez Morgan Blethyn y el secuestro de su hija Camilla.

―¡NOOO! –Grita el científico, desesperado―. ¡SE EQUIVOCAN DE HOMBRE!

Pero es inútil, y a empujones medio camino, a rastras el otro medio, es conducido hasta Scotland Yard, donde será interrogado de forma brutal e inhumana hasta confesar un crimen que no ha cometido.

Mientras, en un viejo edificio abandonado...

―¿Q-quién eres, q-qué quieres de m-mí? –Una aterrada Camille Blethyn clava sus ojos en el rostro de su captor, tan idéntico al de su amado Andrew.

―¿Quién eres, qué quieres de mí? –Repite la diabólica criatura, al tiempo que acaricia con sus dedos los rubios y suaves cabellos de su joven rehén.

Esa noche, el sueño de Andrew Clitheroe estará plagado de terribles pesadillas, todas ellas protagonizadas por su maléfico doble y por visiones de sus víctimas.

A la mañana siguiente, y llevado por un extraño instinto amoroso hacia su joven cautiva, el otro Clitheroe sale de caza...

Se mueve a sus anchas por oscuros y malolientes callejones en busca de presas.

Son las ocho de la noche cuando sus ojos se posan en una pareja de ancianos que pasea cogida de la mano, sin sospechar lo que se les viene encima...

Pronto, la Jefatura de Policía de Scotland Yard se verá abrumada por denuncias de ataques del "Monstruo Estrangulador", nombre con el que la prensa bautiza al brutal atacante después de los primeros cinco asaltos.

Todas las descripciones coinciden tanto con la del propio Andrew Clitheroe que, al final, incluso el propio Inspector Jefe Geeson se ve en la obligación de reconocer su error.

―¡De acuerdo, de acuerdo, maldita sea! –Exclama tras leer la declaración del último testigo un ataque del "Monstruo Estrangulador"―. Liberen al Profesor Clitheroe. Pero no lo pierdan de vista, mucho me temo que sabe bastante más de lo que asegura saber.

―Como usted ordene, Señor –siempre eficiente, el Sargento Powell se dirige hacia las oscuras mazmorras de la Jefatura de Scotland Yard, dispuesto a cumplir las órdenes de su inmediato superior.

EL DOBLEWhere stories live. Discover now