Capítulo 5

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Me sorprendió totalmente que ella aceptara salir conmigo, no creí que lo hiciera después de todo lo que le dijeron sus amigas. Tan pronto dijo que sí, me cambie en el carro, después de todo Mateo tiene que hacer su trabajo, mientras Martin conquista a la chica; estuve preparado para cuando la viera salir, y lo que vi me sorprendió totalmente, estaba muy bonita, demasiado para la farsa que era Martín, pero tenía que seguir adelante y la seguí, mientras iba de camino a Titán.

Cuando llegamos, me quede afuera del parqueadero esperando a que ella entrara y parqueara, para que no advirtiera mi presencia. 10 minutos después, me aventure en el parqueadero, deje el carro que me habían asignado cerca de la salida y me prepare para ir a buscarla.

Cuando estuve en la plazoleta de comidas, la llame, después de dos tonos contesto —¡Hola! —pude oír la sorpresa y sentir el nerviosismo en su voz.

—Hola, preciosa —después de todo tenía que ser un buen jugador—. Lore, ¿Dónde estás? Te estoy buscando.

—Estoy cerca a la plazoleta de comidas y ¿tu?

—También, quédate donde estas, yo te busco.

5 minutos después, la encontré al lado del lugar de hamburguesas que por lo que había visto suponía que eran sus favoritas, se veía tan hermosa, ahí parada, distraída pensando en cualquier cosa; menos mal había caído en cuenta y había comprado unos chocolates, se los iba a regalar; en el tiempo que había pasado cerca de ella me había dado cuenta que le gustan mucho los chocolates.

Lo que siempre me digo cuando mi corazón me traiciona y me hace pensar demasiado en Lorena, es que es solo un trabajo, que no me tiene que importar, que si me enamoro voy a perder.

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Después de que llamara, me quede esperando junto al local de las hamburguesas que tanto me gustan, mientras esperaba estuve pensando en mi vida, en el giro que estaba teniendo, en el amor de mi familia, en mis amigas, en Martin, estaba tan distraída que cuando alguien llego desde atrás y me puso unos chocolates al frente me asuste demasiado y casi me caigo, afortunadamente unos brazos lograron sostenerme.

—Veo que la princesa le tiene miedo a unos chocolates— dijo una voz familiar en mi oído, así que sonreí y cuando estuve en pie me di la vuelta.

—Y yo veo que tienes buen sentido del humor —me devolvió esa sonrisa que hacía que me derritiera.

Estas muy hermosa —me miro pícaramente.

—Gracias —dije sonriéndole y sonrojándome a la vez. —Tú también estas impresionante. —Se acercó y me dio un beso en la mejilla.

—Gracias, pero no nos vamos a quedar aquí parados ¿verdad?

—Le sonreí. —No, tienes razón, vamos a tomar algo, tú invitas ¿no?, así que, ¿Qué prefieres?

—Mmmm... ¿te invito a tomar algo en el Juan Valdez? o ¿quieres algo más o algo diferente?

—No, no te preocupes, un café, está bien, gracias— le respondí, sorprendiéndome por el brillo que había en sus ojos.

Después de unos minutos, esperando en la fila, llegamos a la caja y pedí un Mocca y el pidió un Latte, nos entregaron nuestras bebidas y fuimos a sentarnos, en ese momento me pico la curiosidad y no fui capaz de aguantarme más tiempo.

—Martin, no me gusta andarme con rodeos y prefiero que me digas porqué estas haciendo todo esto, —dije mirándolo a los ojos.

Él de una manera muy despreocupada me respondió—. Lorena, bonita solo quise agradarte un poco, una chica tan linda como tu merece lo mejor del mundo y eso solo fue un pequeño regalo, igual que estos chocolates, no sé si te gusten, todavía no se de tus gustos, pero estoy seguro que te van a encantar. —Me sonroje un poco, era la primera vez que un chico como Martín me decía eso.

La historia de mi vida.Where stories live. Discover now