Vidas Nuevas

Una nueva vida nace.

Muchas cosas habían pasado desde aquella batalla en el Valle del Fin, luego de aquellas diferencias se dieron la mano otra vez, solo que en esta ocasión no era para unir a sus clanes y crear una aldea, esta vez era para sellar su compromiso y hacerlo público.

Senju Hashirama había contraído matrimonio con la líder de los Uchihas, Madara.

Extrañamente se llevaban bien, aun cuando Madara le peleaba su abuso de las apuestas y su depresión momentánea mientras Hashirama se quejaba de lo aburrida que era Madara por no acompañarlo a esas apuestas estúpidas, según Madara. Aquellas tontas peleas terminaban en besos ardientes y en un concierto de sonidos indecentes en el primer lugar cerca que encontraran.

Hashirama siendo el Primer Hokage tuvo bastantes problemas por ser encontrado con Madara en situaciones subidas de tono en su propio despacho, los nervios de Tobirama estaban hechos polvo.

La pasión de sus espíritus al final dio frutos, empezando por la debilidad notable en Madara y como, hasta sus poderes oculares fallaban, Hashirama entro en pánico, recurrió a otros ninjas médicos porque con sus nervios, era incapaz de revisar a profundidad la salud de Madara, perderla lo volvería loco.

Grande fue su sorpresa cuando le informaron que tendría un heredero, pues aquellos síntomas solo eran provocados por un pequeño que comenzaba a tomar vida en el interior de la Uchiha.

Madara estaba aterrada, aunque era algo que no demostraba. Fueron los 9 meses más terribles para Hashirama pues cada día era una batalla contra los cambios de humor en la Uchiha, no recordaba cuantas veces había sido golpeado con el Susano, o cuantos Kimonos habían ardido bajo las llamas del Amaterasu.

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— ¡Mokuton! Jukai Koutan!

El grito agudo y el sonido de las raíces saliendo del suelo sacaron a Hashirama de sus pensamientos, mirando cómo, con total éxito, aquella técnica había creado un bosque completo y él no era el culpable, sonrió con orgullo mirando una larga cabellera negra levantarse por el viento, junto a unos ojos rojos sangre que, en vez de asustarlo le llenaban de orgullo, luego esa sonrisa pretenciosa y bastante parecida a la suya propia.

Era una niña, tenía 12 años, su pequeña hija miraba con un deje de decepción el resultado de aquella técnica que llevaba años perfeccionando, un puchero salió de sus labios y sus ojos se afilaron.

— Aun no es suficiente...tsk...

Gruño la pequeña saltando hasta quedar frente a Hashirama, su padre suspiro, esa actitud era demasiado Uchiha, digna hija de Madara al fin.

— Creo que te superaste a ti misma, ningún Shinobi ha logrado tal magnitud con el Mokuton como tu.

Respondió Hashirama, a lo que ella lo fulmino con la mirada, y el mayor solo se sobresaltó.

— ¿Ninguno? Solo tú papa. Solo tú.

Gruño otra vez ella, y Hashirama se deprimió dándole la razón a la niña. Ella lo miro y comenzó a reír, Hashirama no tardo en reír con ella.

— Vamos Akira, vas por buen camino además, sé que tu madre te ha estado entrenando, sus entrenamientos son terribles.

Hashirama sonrió alzándola para llevarla sobre sus hombros de regreso casa, eran días que disfrutaba, amaba pasar tiempo con su hija y más, pasar tiempo con la amargada de Madara.

Al ellos abandonar el lugar se vio salir a Madara desde unos arbustos mirando el campo de entrenamiento, suspiro cruzando sus brazos.

— Destruyeron mis Tulipanes.

Susurro dejando ver el Mangekyou Sharingan, definitivamente Hashirama pagaría esa noche.

— Aun así, es un gran progreso para una niña de su edad. Interesante.

¡Hola a todos! primero que nada gracias por leer, ¿Les agrada esta historia? queria hacerla un poco mas larga pero termino en un One Shot (Creo que es uno haha)

Tal vez le agregue una segunda parte, todo dependera de si les agrada o no <3

¡Hasta la proxima! <3