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CAPÍTULO 7

Caroline se despertó en mitad de la noche. Estaba acostada intentando recordar lo que había pasado. Se dio la vuelta y abrió los ojos.

Klaus estaba tumbado a su lado. Despierto y mirándola.

Recordó lo que hizo Klaus. Caroline casi se cayó de la cama cuando la atrajo hacia él suavemente y le tocó la cara.

-¿A dónde crees que vas, amor? –le preguntó Klaus.

-¿Dónde estoy? –preguntó enfadada.

-Estamos unidos y esta es mi casa. Este es tu lugar.

-No quiero estar aquí –dijo Caroline.

-¿Por qué? Caroline, ¿qué pasa?

-Tú eres lo que pasa. Tú me obligaste y te odio por lo que has hecho-. ¿Crees que puedo perdonarte por esto? –gritó Caroline.

-Caroline, por favor… solo le estaba dejando claro a Tyler que eres mía y de nadie más –dijo Klaus levantándose de la cama con solo unos calzoncillos negros.

-No soy de nadie –gruñó.

-Te guste o no tú y yo somos almas gemelas –dijo Klaus.

-Nunca me creeré eso. Después de lo que hiciste eres peor que Damon, no me sorprende que nadie…

Klaus se acercó rápidamente a ella y la cogió de la garganta. Estampándola contra la pared-. Acabas de pasarte, amor –gruñó.

-¿La… verdad… duele, no? –Caroline jadeó en busca de aire-. Suéltame -¿Si la quiere muerta porque no la mata?

Klaus vio como las lágrimas caían por sus mejillas. Sentía sus emociones como una iluminación. Sentía lo que ella sentía. Sabia como se sentía. Sabía lo que le había dicho. ¿Cómo podía pensar eso? La soltó sorprendido de haberla lastimarla. Se alejó y huyó de la habitación.

Caroline vio extrañada la rapidez con la que corría. ¿Había herido sus sentimientos? ¿De verdad lo sentía? De todas formas no iba a perdonar a Klaus por esto. Tenía que haber otra manera para acabar con el vínculo o alguna forma de razonar con Klaus. No se iba a casar con Klaus.

Se preguntó si había una forma de detener a Klaus. No podían matarlo, si lo hacían también la matarían a ella. Quizás Celeste sabia de algo para ayudarla. Parecía que la bruja lo odiaba. Estaba más sorprendida de que aun mantuvieran a Celeste encerrada.

Caroline sabía que la única forma de conseguir su libertad era rompiendo el hechizo. Tenía que ir y buscar a Celeste.

Klaus no estaba seguro de lo que le había pasado. Un minuto estaba lleno de rabia y al siguiente quería lastimarla. Era cierto que estaba solo. Tenía a su familia, pero no era suficiente. Quería que alguien lo amara. Alguien que pudiera darle una familia con la que pudiera llenar ese vacío en su corazón.

Klaus dio un trago al vaso de vino. Después lo lanzó al fuego. El vino no calmó su sed. Quería algo más. Quería sangre. Quería descargar su enfado en algo o en alguien.

Klaus se dio la vuelta para ver la puerta abierta. Kol llevaba a dos chicas humanas en cada brazo.

Klaus se lamió los labios y por una vez Kol estaba haciendo algo bien. No quería ir a cazar esa noche-. Kol, ¿qué estás haciendo?

-Tenía hambre –dijo Kol.

Klaus suspiró-. ¿Dónde está la bruja?

-En casa. ¿Dónde está Caroline?

-En su habitación –gruñó.

-Problemas en el paraíso –dijo Kol, llevando a las chicas hasta el sofá.

Love or Revenge Where stories live. Discover now