Capítulo Veintitrés.

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Algo tan enfermizo como celos.


Georgie.

¿Que pretendía? ¿Qué Lo forzara a no "divertirse", con mi prima? ¡ja! Menudo idiota.

Cerré la puerta de un golpe seco y me acosté boca arriba en mi cama. Y me repetí que no debía importarme lo que haga. Y me concentré en no pensar en donde podían estar.

Más tarde exhale un suspiro de alivio, le había tomado la palabra a Becca acerca de llamar a Patrick y no fue hasta pasados tres tonos, que comprendí que era una locura y colgué. Gracias a Dios no contesto y no tiene mi número, así que cuando vea la llamada, no sabrá que fui yo quien llamó.

Lección número 4:
Bajo ninguna circunstancia tomare alguna idea de mi amiga, con  respecto a chicos.

Solté un gritito. Dios, era él. Patrick me estaba marcando de vuelta. ¿Ahora que hacía? Tenía dos opciones:

A) contestar y fingir sorpresa de que sea él y meterle la idea de que pretendía marcar otro numero y, que por accidente di con el suyo.

Y...

B) seguir con el plan inicial de hablar con él.

Se que debí agregar una opción c,  que consistía en no contestar y hacer de cuentas que nunca llamó, lastimosamente se me ocurrió muy tarde, ya había descolgado y una chica con mi voz contestó.

—¡Georgie!—contestó, era él. Podía sentir la sonrisa en su voz.

Recordé las palabras de Becca y me arme de valor para decir mis intenciones.

—Patrick, vaya sorpresa.

Oí su risa al otro de la linea. Cielos, estaba comenzando a pensar que todo en él era perfecto, sus ojos, su voz, lo increíble de su cabello perfectamente lacio y...Su risa.

—Quizás igual o más sorprendida que yo  cuando  vi tu llamada—volvió a reír—.Bueno, creo que, ambos llamamos por la misma razón ¿No crees?

Afuera hacia mucho frío, pero yo estaba sudando. No recuerdo la ultima vez que estuve así.

—Eso creo...—silencio—.Patrick...

—¿Si?

—¿Cómo es que tienes mi número?  Se que te llamé hace un rato, pero la pregunta exactamente es ¿Cómo supiste que era yo?—. Hablé en tono pausado, sosteniendo el móvil con ambas manos, de un momento a otro, me hallaba muy inquieta.

—Excelente pregunta—chasqueó la lengua—verás...tu amiga...mmm. ¿Rebecca, no? Insistió en que debía tenerlo.

Ya sabía que era lo primero que le iba a decir a mi querida, pero entrometida amiga en cuanto la viera. Agradecía el empujón, pero ¿Para que me dice que lo llame, si ella va a decirle lo mismo a él? Pude quedar en ridículo y todo por su intervención.

—¡Cielos! Yo...lo siento. No se que te habrá dicho...

—No. Nada de eso. En verdad le agradezco que lo haya hecho. Verás. Quería invitarte a salir pero no sabia como hacerlo—. Su voz fue descendiendo, hasta sólo ser un pequeños susurro, una caricia en la cavidad auditiva.

—¿Querías invitarme?—. Recarqué el verbo en pasado.

Me arrepentí en cuanto lo dije. Sonaba Desesperada y no quería que el se llevará tan mala impresión de mi.

—Quiero. De hecho quiero invitarte. Pero no pensé que querrías volver a verme desde la ultima vez. Vaya lo siento.

El corazón me dio un vuelco, no me lo esperaba. Se había disculpado y sin tener motivos para hacerlo, yo ya lo había perdonado, para mi fue  más que suficiente cuando me llevó las flores. Era un bonito gesto. El no sabia que era alérgica a ella y me emocionó recibir por primera vez en mi vida, flores.

¿Ethan Y Georgie?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora