Son más que unas simples alas...

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Brudick/BizzaJay/Kontim/Colidami

Los humanos eran diferentes a los animales y no era su apariencia o forma moral y racional de cada uno sino por el hecho que cada humano de la tierra tenía la posibilidad de tener su propias par de alas, cada una era especial y de diferentes tamaños, colores y envergaduras, algunas eran idénticas a las aves vistas en el reino animal y otras fantásticas y que nunca nadie había visto en su vida. Cada persona podía ocultar sus alas si así lo deseaba y solo mostrarlas cuando ellos querían o más bien a la pareja con la que querían estar juntos como también, estas podían ligarse a las emociones de su usuario y mostrarse de manera repentina.

La familia Wayne no era una excepción a la regla de aquel vínculo con las alas, cada quien tenía su par de alas haciéndole conjunto pero cada una con una historia diferente que contar como por parte de sus dueños.

Dick Grayson o mejor conocido como Richard John Grayson, había llegado a la mansión cuando tenía exactamente diez años de edad, había quedado huérfano el pequeño gitano y acróbata del Circo Haley, Bruce Wayne el último heredero de la familia Wayne, le dio una nueva oportunidad en su mansión para poder seguir con una vida más llevadera y con más compañía aunque para el pequeño infante eso lo tenía con los miembros del circo que con un multimillonario que no sentaba aún cabeza y vivía solo a excepción de la compañía de su mayordomo familiar Alfred Pennyworth.

Dick le costó un tiempo adaptarse a su nueva vida, ya que muchas personas creían que aquella acción altruista de Bruce era más una forma de atraer a la gente que algo genuino, hasta el mismo Dick lo creyó en su momento pero estas dudas se disiparon de apoco en poco con ayuda de Bruce y Alfred, sin embargo lo que más aquejaba al joven cuando llegó a la adolescencia fue el ver con otros ojos a su según tutor legal y sin saber el adolescente, ese mismo pr lema lo tenía su padre adoptivo que intento de un millón de manera de evitar que esos sentimientos florecieran.

Uno de esos días el pequeño Dick de 16 años paseaba por la mansión con total calma hasta que vio un par de plumas en el suelo del pasillo, era extraño para el, no en el sentido que no estaba acostumbrado a verlas más aún en época de muda de plumas sino que eran plumas que no había visto de nadie -Ya que, Dick tuvo la oportunidad de ver las del Alfred que  eran de tonos grisáceos y blancos cuando una ves de niño se raspo casi todo el rostro, los brazos y las piernas al caer de un árbol en el jardín y no paraba de llorar del dolor y Alfred trató de confortado abrazándolo claro después de curar sus múltiples raspones- y tenía una ligera sospecha de quién podía ser dueño de aquellas plumas.

El muchacho se encaminó siguiendo el pequeño rastro llegando a la puerta del estudio de Bruce, no toco, porque para él no hacía falta no habían visitas de último momento ni nada, y al ingresar en la habitación vio a lo lejos detrás del escritorio al mayor leyendo tranquilamente unos cuantos papeles de la empresa muero eso no captaba la atención del adolescente sino que Bruce no llevaba su saco puesto y a sus espaldas unas enormes alas negras imponentes se podían ver.

   -¿Qué sucede dick?-preguntó el mayor a su hijo adoptivo, sin despegar la vista de las hojas. El nombrado se sobre salto y salió de su mundo de sueños y pensamientos para recordar porque estaba allí, y al ver la pluma negra en su mano lo recordó al instante.

   -¿Estás mudando de plumas?-respondió con una pregunta el muchacho mientras entraba en la habitación cerrando la puerta a sus espaldas, camino de forma tranquila hasta el escritorio del empresario y la rodeo para acercar aún sin permiso a las enormes alas del apodado caballero de la noche.

The Hybrids.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora