Para la eternidad, fue mi promesa.

Primera parte.

No se que había pasado, me sentía confundido, me sentía mareado, solo recordaba que estaba en una misión. Estaba saltando o aventandome como la araña por los edificios, alguien me seguía y fin.

Aparecí en un lugar muy blanco no era mas ni menos que el hospital.

- ¿Deadpool?

- ¿Spidey estas bien? - me pregunto.

Por Dios ya sabe como soy, Tony me matara por no haber ocultado mi identidad. Fue mi pensamiento.

- Si ya un poco mejor. Espero que no sepas mi nombre, sabes que el Sr Stark me matara si te ve aquí, ya sabes que no le gustan tipos como tú, una persona que me pone en peligro ya sabes es sobreprotector.

- Jaja, ya entendí spidey - soltó una pequeña risa que quede embobado, pero no lo demostré. - Hablas mucho, me gusta eso de ti.

- Ah si - que vergüenza - Perdona que eso te moleste.

- No me molesta, te lo vuelvo a repetir eso me gusta de tí.

Me sorprendí al inicio y no se me ocurrió otra cosa que golpearlo.

- No vuelvas a decir tonterías, eso es estúpido.

- Auch ¿por que siempre me golpeas?

- Porque eres un idiota. - luego recordé que siempre le llamaba por su traje spidey así que no había problema.

En ese momento entraba el Sr. Stark con una llamada importante de seguro del gobierno, sinceramente me preocupaba, tal vez no lo conozca mucho pero siempre se preocupaba por su equipo aunque le crean que es una persona mala o algo parecido pero en verdad era buena gente. Se que esta enamorado de alguien que no es su prometida la Sra. Peppers, pero aquella persona lo había abandonado por su mejor amigo. Es lo que supe, no me di cuenta cuando Deadpool desapareció, me había sumergido en mis pensamientos.

- ¡Peter te he dicho mil veces que no te pongas en peligro!

- Lo siento Sr. Stark

- ¿Crees que no me he dado cuenta?

- ¿De que habla?

- Me refiero que no te quiero cerca de aquel mercenario que siempre te pone en peligro en cada misión, acuérdate que tampoco debes arriesgarte tanto.

- Lo siento.

- ¿Lo sigues viendo?

- No, como crees. - lo malo es que no podía mentir, me ponía nervioso cuando me miraban mucho y más con aquella mirada de mamá sobreprotectora - Bueno, si lo he visto, mucho ya sabes es mi compañero. No hay nada de malo.

- Él te hará mucho daño, te ha traicionado muchas veces.

- Si lo se, no lo he olvidado pero, pero lo siento como uno de mi equipo, no me siento solo.

- Te lo advierto Peter, sí él sigue a tu lado no podrás ni entrar a nuestro equipo, todos odiamos aquel mercenario. - advirtió hiendose yo cerré mis puños.

Yo no quería herir al Sr, stark pero a Deadpool ya le volvía a tomar cariño a pesar de haberme traicionado muchas veces. ¿Qué me pasaba? .

Cerrado mis puños, cerrando los ojos, era una decisión muy difícil, nadie podría escogerlo.

Escoger entre el Sr. Stark o Deadpool.

De repente apareció Deadpool por arte de magia al haber pronunciado su nombre haciendo que me sobresaltara.

- ¡Spidey! - se acercó abrazarme como si no nós hubiéramos visto en años.

- Tranquilo hace poco que te vi. - lo separe de mi como pude, no es que no me gustara que me abrazara, más bien odiaba que me pusiera nervioso.