CAPÍTULO 14

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Aelric había dejado a Vera durmiendo en su cama cuando salió de su dormitorio. A pesar de las amenazas que parecían cernirse sobre ella, no podía dejar de sentirse el hombre más afortunado del mundo por tenerla a su lado, y también a Enya. Le hubiera gustado que fueran otras las razones por las que ella hubiera accedido a quedarse con él, pero también era cierto, que se sentía más tranquilo al tenerlas en su casa. Sonrió al recordar la forma en que los dos habían ocupado su tiempo juntos el día anterior, y esperaba que aquello se prolongara, al menos, durante el máximo tiempo que fuera posible. Mientras tanto, él estaba dispuesto a convencerla de que esa situación fuera para siempre.

Saludó a los trabajadores sentados en sus puestos al atravesar la inmensa oficina y se dirigió a su despacho, donde Thrisa ya estaba organizando la documentación de los asuntos del día.

—Buenos días, Thrisa.

—Buenos días, señor Baum.

—¿Ha llegado ya mi hermano? –le preguntó dejando su maletín sobre el escritorio y quitándose la chaqueta para colgarla en el perchero detrás de su sillón.

—Creo que todavía no.

—Avísale de que quiero hablar con él en cuanto le veas entrar, ¿de acuerdo?

—Sí, señor.

—Ahora revisemos lo que tenemos para hoy.

                                                                                       *****

Kalen había ido a nadar en la piscina cuando todavía estaba amaneciendo. Era algo que se había convertido en una costumbre desde que había regresado, y el ejercicio le sentaba bien además de ayudarle a mantener su forma física.

Había pasado la noche en vela, y esperaba que el agua fría de la piscina le ayudara a despejar sus ideas. Pero después de cruzarla de lado a lado más de ocho veces, se apoyó sobre sus antebrazos y se impulsó hacia afuera, desistiendo de algo que sabía no iba a ocurrir.

Su cabeza bullía como una olla a presión con toda la información que había conseguido sobre Vera, y aunque ella misma había admitido la mayor parte delante de él y de su hermano, sabía que había mucho más. Como, por ejemplo, la identidad del padre de su hija, que era evidente que ella había omitido deliberadamente.

Kalen sacudió su cabeza lanzando el exceso de agua de su pelo a su alrededor. "¿Cómo podía ocultarle a Aelric que Enya era hija de su propio padre? ¿Y cómo le afectaría aquella realidad a su hermano cuando lo descubriera?"

Consintiendo en continuar dándole el beneficio de la duda a Vera, podía comprender los motivos que ella tenía para no habérselo contado a su hermano. Si ella realmente le quería, podría estar tratando de evitarle el sufrimiento que aquella noticia pudiera causarle, o en el supuesto de que ella fuera alguien más egoísta de lo que aparentaba, quizá lo hacía por miedo a que una vez él descubriera su secreto terminara con la relación.

En cualquier caso, y a pesar de lo mucho que le dolía ocultárselo a su hermano, reconocía que no era algo que le correspondiera a él decirle. Pero tampoco estaba dispuesto a dejar que se viera como un tonto en su ignorancia. Si ella persistía en mantenerlo en secreto por demasiado tiempo, él no tendría otra opción que contárselo a Aelric.

Tomó la toalla que había llevado con él para secarse, y después de restregarla por la mayor parte de su cuerpo, se la enrolló a la cintura y se dirigió a su habitación para prepararse para acudir a trabajar, el ambiente era gélido y a pesar de que el agua no estaba demasiado fría se estaba empezando a congelar. Cuando caminaba hacia la casa, no pudo evitar echar un vistazo hacia la ventana del dormitorio en donde sabía que ahora dormía Arwen. "¿Sería ella alguien capaz de mentir como su hermana?"

PROHIBIDOWhere stories live. Discover now