Prólogo

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En una pequeña casa situada en Miami City, vivía una familia formada por una madre soltera y dos jóvenes, un chico de 21 años llamado Neithan Valdelamar estudiante de universidad, mariscal de campo y todo un rompe corazones.

Pero según él, tenía un pequeño problema en su familia, era Katheriena Valdelamar, una joven de 18 años, ella es autista de nacimiento, al principio su hermano la quería y prometió protegerla de cualquier cosa mala, pero eso fue hasta lo ocurrido.

Flashback

Una pareja con un niño de 3 años estaba feliz por el nacimiento de una pequeña niña de cabellos castaños, ojos negros y piel morena, todo era normal hasta después de 2 años.

La pequeña Katheriena evitaba todo contacto visual con los adultos, apilaba cosas sin razón alguna, jugaba inusualmente con algún juguete y no se relacionaba mucho con los otros niños, por lo que sus padres la llevaron con un psicólogo.

Después de la revisión, se dieron cuenta que la pequeña tenía autismo o trastorno de desarrollo, sus padres se mostraron preocupados ante la noticia de su hija y ambos la tomaron de una manera diferente, la madre prometió apoyar a su hija en su condición, pero su padre no estaba nada feliz con el diagnóstico.

Cuando Kathie tenía 6 años, el padre ya no podía con todo lo ocurrido aún a pesar de hacer todo lo posible para aceptar a su hija como es, por lo que preparo sus cosas y abandonó a su familia en un momento de desesperación.

Neithan al ver lo ocurrido, culpó de todo a su hermana menor por haber nacido así, llegando a odiarla cada día de su vida sin importar las peticiones de su madre de cuidarla mientras ella trabajaba para traer comida a la mesa.

También estaban los tratamientos de Katheriena para su desarrollo, pero por la falta de dinero y por los pagos de la escuela de Neithan tuvieron que suspender el tratamiento, por lo que la niña tenía que vivir con su autismo el resto de su vida.

Fin de flashback

-Oye, oye, ¡Te estoy hablando rara!- gritaba Neithan a su hermana Katheriena quien ella sólo acomodaba en fila los antiguos coches de juguete de su hermano.- ¡Eso es mío niña enferma!

-Neithan, deja en paz a tu hermana, te aprovechas de que ella no puede defenderse por su conducta- le regaño su madre al mayor al ver la situación.

-Ya te dije que para mi no es mi hermana, no desde que mi padre nos dejo por su culpa- dijo Neithan totalmente molesto por el regaño de su madre.

-Si nos dejo es porque no quiso a tu hermana como es, no puedes culparla por eso.

-¿Porque la estas defendiendo mamá? Es un fenómeno, ni siquiera merece estar aquí.

-¡Suficiente! ¡Vas a respetar a tu hermana lo quieras o no!

-¡Que no es mi hermana!

Neithan con todo el enojo del mundo arrojó los cochecitos y entró a su cuarto cerrando con un portazo la puerta, haciendo que Katheriena llevará sus manos a su cabeza.

-Tranquila hija, todo estará bien, será un camino difícil pero saldremos adelante- dijo su madre abrazando a la joven para calmarla un poco por la discusión de hace rato.

Katheriena evitaba como siempre el contacto visual con su madre, pero al levantar la mirada vio a lo lejos una pequeña mariposa azul parada sobre el dedo de un chico dos años mayor que el, por lo que le tomo la mano a su madre, la llevó a la sala y golpeo el vidrio de la ventana con la palma de la mano, haciendo que la mariposa se fuera volando.

-¿Te gusta esa mariposa azul? Es muy bonita sin duda, y tu algún día serás como ella, saldrás de tu capullo y volarás libre todo el tiempo que quieras- dijo su madre sin apartar la mirada de la mariposa.

-Mariposa- dijo Katheriena siendo hipnotizada por el aleteo del insecto mencionado, ladeando su cabeza con una pequeña sonrisa.

Mientras en un parque algo cerca de la casa, se encontraban varias personas paseando o solamente estaban sentados en los bancos del mismo lugar.

En uno de los bancos del parque estaban sentados dos jóvenes de diferentes edades, una chica de 19 años de cabello largo color púrpura oscuro hasta el final de su espalda con flecos color lilas y ojos color rosa, llevaba puesto dos pendientes con forma de plumas, un vestido largo hasta las rodillas de color amarillo con blanco y zapatos de tacón alto de color blanco.

El chico es un joven de 20 años, de complexión delgada con ojos de color azulado claro, cabello erizado y de color negro con mechones color violeta, vestía una chaqueta de color azul fuerte con detalles de color crema debajo de una playera de color negro, pantalones azul oscuro, un cinturón de color negro y botas metaleras.

-Yuto, quiero hablar contigo de algo importante- empezó a hablar la chica de ojos rosas.

-Dime amor- dijo Yuto sonriendole a su amada

-Se que llevamos 2 años de novios y hemos pasado lindas cosas juntos, pero esto no durará para siempre- dijo Ruri viendo a su novio con algo de lástima por lo que estaba haciendo.

-¿A que te refieres?- pregunto el joven sin entender lo que estaba diciendo su novia.

-Lo que trato de decir es que... debemos terminar nuestra relación.

-Pero yo no quiero, tu y yo somos felices estando juntos.

-Lo sé pero, mi hermano no está muy de acuerdo con esto, perdóname Yuto

-Ruri, no me hagas esto, no debe importarte lo que Shun diga.

-Lo siento Yuto, ya no somos novios.

Ruri se levanto del banco que compartía con su ex-novio y se alejo mientras el joven solo bajaba por la ruptura de su noviazgo, eso lo había dejado muy deprimido pues siempre consideraba a Ruri como su mundo, él esperaba compartir muchas cosas con la persona que consideraba el amor de su vida, por desgracia no podrá ser posible.

Yuto dejo salir un pequeño suspiro sin levantarse del banco del parque, pensando en que había hecho mal para merecer eso, sabía que a Shun no le agradaba que su hermana menor saliera con alguien, se suponía que su mejor amigo lo había aceptado, pero solo fue una máscara, una mentira de el por querer proteger a su hermana.

Sin levantar la mirada se encontró con la misma mariposa que Katheriena veía desde la ventana, ese pequeño insecto se posó en la mano del oji-azul mientras se deprimía por lo ocurrido hace unos minutos. El chico sólo sonrio leve por eso y levantó su brazo con cuidado de no espantar a la mariposa.

-Ojalá fuera una pequeña mariposa como esa- dijo sin apartar la mirada del insecto mencionado hasta que voló lejos del chico quien se levantó y se fue a su casa.

Hasta una pequeña mariposa, puede cambiar la vida de dos personas

Lamento cambiar las cosas pero esto va dedicado a mi amiga Katheriena, una enamorada del personaje, pero se lo debo por lo que va a hacer por mi, tarde o temprano habrá actualización, nos vemos, bye bye.

My Blue ButterflyTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang