No me olvides

Prometiste no olvidarme... ¿Lo has hecho realmente? ¿Recuerdas mi rostro? ¿Mis ojos que te persiguen día y noche? ¿Recuerdas mis labios que besaban los tuyos bajo la luz de la luna? ¿Recuerdas mi voz que al oído te llamaba por tu nombre? ¿Me recuerdas a mí?

Miraba por la ventana como todas las mañanas, las nubes grises sobre el cielo y la lluvia que empapaba la ciudad. Solté un suspiro como los que habitualmente dejaba ir. El vacío de mi pecho, como siempre, presente, era como sentir la falta de algo o alguien, en realidad no podía saberlo. Llevaba encerrada en estas cuatro paredes blancas hacía más de cinco años, cinco años de haber perdido mi vida, mi consciencia, mi todo. Sonreía nostálgicamente mientras llevaba mi mano al pecho, ¿realmente ya nunca más podría recordar nada?

Silenciosas lágrimas abandonaron mis cuencos por sexta vez en la mañana.

Sostuve por unos segundos las pastillas que hace unos minutos la enfermera me había entregado. Tres pastillas, tres colores, azul, verde y roja. ¿De verdad podrían ayudarme?

—Retardará el proceso de envejecimiento neuronal. — me recordaba mi enfermera personal, como siempre tenía que hacerlo.

Las miré por última vez antes de engullirlas por completo. Miré de nuevo por la ventana, el cielo seguía igual. Gris como mi alma, la lluvia no dejaba de parar tal como lo hacían mis lágrimas al no recordarte... porque ahora siento que eres tú lo que me falta...

La radio empezaba a sonar con una vieja tonada que se me hace conocida, escucho una voz, viene la segunda, y aquí la tercera que a mi corazón hace saltar... Sonrío, y aprieto mis ojos para detener el flujo de las lágrimas, no lo logro. Esta vez me alejo de la ventana para acurrucarme en mi cama, envolviéndome en las mantas, cierro los ojos, y empiezo a soñar, veo tu rostro frente a mí, siento él último beso que me regalaste, y escucho las últimas palabras que escuché...

—Promete que no me olvidarás... promete que siempre me recordarás... — besaste mi frente con ternura para después desaparecer como si una nube empujada por el viento fueras.

Prometí no olvidarte... pero creo que lo he hecho, olvide tu rostro, tus caricias, tus besos, tu nombre... pero en el fondo, sé que mi corazón no lo ha hecho... La misma vieja canción en la radio, la misma voz de hace un momento, mi corazón vuelve a latir con prisa... Sin duda, eres tú quién se aferra a no ser olvidado. Tal como me hiciste prometerlo, no te olvidaré, si mi mente lo hace, mi corazón promete no hacerlo jamás, siempre te recordaré como la suave melodía que escapa de aquel viejo aparato de sonido, aquel que sintoniza aquella estación de radio.

Estación que siento que es donde tú, mis recuerdos y felicidad habitan.