Capítulo 4:Una mente aturdida

9 2 0
                                    

En los últimos días no hubo clases, un puente de alrededor de 15 días me mantuvo alejado del instituto. Quedé únicamente dos días, muy poco respecto a las anteriores vacaciones. No pasó gran cosa, pero en mis sueños no eran lo mismo. Oía la voz mucho más apaciguada y cercana. No entendía nada y mis sueños eran escenas blancas pero entretenidas, ¿extraño no?.
No sabía si me volvía loco, pero no me preocupaba. Sentía algo lejano pero que se acercaba, pero no me transmitía miedo ni preocupación, sino indiferencia.

Un martes, decidí hacer algo nuevo. Voy a pasear por un camino de unos 7 km, aunque no hay nada especial en él, únicamente me apetecía.
En el camino encontré un solar, vacío y con algo de basura y hojas. Había un banco. No era la única persona, había un señor leyendo un libro de bolsillo. No nos dijimos nada, y a los pocos minutos se fue. Yo esperé un poco más para recuperar fuerzas y volví.

Cuando ya casi estaba en casa me encontré a un compañero de instituto. Aparte de eso nada importante. Llegué a casa y me hice la cena. Ví la televisión un rato y me fui a dormir.

En mitad de la noche me desperté, tenía frío. Ya no me apetecía dormir más por lo que me quedé despierto pensando. Ya a las cinco de la mañana, aburrido, me fui a pasear y pasar por alguna tienda. No había ninguna abierta a estas horas, todas las calles desérticas y con alguna farola fallando. De repente hubo una gran oleada de viento, que hacía ruido chocando con persianas y ventanas, simulando una voz. Me asusté, por lo que me fui andando con una velocidad alarmante. Estaba en casa a las 7:13. Ahora si me apetecía dormir. 

Quería pensar que eran paranoias mías, que todo era normal, no me volvía loco, solo estaba........aburrido.

Deformación de la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora