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Era un día soleado y Peppa ayudaba a su mamá con la ropa:- Mami ¿Porqué ordenamos la casa hoy?- Preguntó Peppa. Muy cierto era que mamá Pig limpiaba la casa todos los días al venir  del trabajo pero hoy era un día especial:

-Tendremos un invitado, Peppa. Ponte tu mejor vestido - Dijo mamá pig mientras tomaba uno de los ganchos de ropa que Peppa le pasaba:- ¿Un invitado?- Pregunto de nuevo Peppa. Eso no era muy común. Su madre llamaba por su nombre a todos los amigos que tenia ¿Porqué llamarlo "invitado" esta vez?

-Una persona de ojos rojos, Peppa.

La cerdita no supo que pensar ¿A que se refería con ojos rojos? Tal vez había dejado caer salsa picante en sus ojos por error o tal vez no había dormido en varios días, el hombre o mujer a quien le hubiera pasado eso debia ser muy torpe. Esas eran las respuesta que Peppa daba en su mente. 

- ¡Es un dinosaurio de ojos rojos!- George había aparecido corriendo tras las sábanas. Había escuchado la conversación de ambas y pensaba que por la puerta cruzaria alguna especie de dinosaurio gigante con ojos tan rojos como el fuego y que lo llevaría en su espalda por toda la colina: - Tal vez es un demonio. Satanas- Comentó Peppa. George se escondio tras la falda de mamá Pig asustado por lo que su hermana mayor habia dicho. Los demonios no existian, o al menos eso le habia dicho el payaso de cabello rojo que vivía en su closet.

-Lo sabran cuando llegue. - Dijo mamá Pig y entro de nuevo a casa. Peppa se quedo mirando al cielo, se preguntaba si realmente habia algun animal en el mundo de ojos rojos que vendria a visitarlos, quiza una rana exótica o una serpiente ¡Peppa tenia miedo de esos animales! No queria conocer al visitante. 

Peppa decidió que si no queria conocer al visitante entonces no tenia porque hacerlo. Entro a la casa y corrio de prisa a su habitación para esconderse bajo la cama. Hacia eso cuando no queria hacer algo, como ir al doctor o ir a que la pesaran en el carnaval del tocino cada año. Por suerte, había alguien que entendia a Peppa muy bien: Harry Styles.

- ¡Debe ser un sujeto aterrador! - Dijo Peppa tras el teléfono. Habia estirado su brazo a la mesa de noche y cogido su iPhone 11 para hacer la llamada a su amigo Harry: - Peppa...- Dijo Harry:- Recuerda que tu no eres como otras chicas. Amas de leer en días lluviosos, usas ropa para nada sexy y prefieres música calmada en lugar de las canciones de moda. Si eres todo eso entonces no debes tener miedo. - Escuchar las palabras sabias de Harry Styles le dieron mucho más ánimo del que penso que le daria. Peppa le agradecio muchísimo y cuando estuvo a punto de cortar la llamada escucho una oración más de Harry:- Espero que tengas el paquete listo esta misma semana Peppa. No creo que quieras que tu familia salga lastimada.- Peppa temblo bajo la cama al recorder el trato que tenia con Harry Style. Por cada consejo que el chico le daba Peppa tenia que pagarle con un objeto muy valioso, algo que ella considerara Preciado y al mismo tiempo lo odiara. Esa semana tocaba entregarle a George dentro de un costal, exactamente a las 9 de la noche en día Viernes, pero aun faltaba cinco días para el Viernes, por lo que Peppa solo confirmo el trato y corto la llamada.

- ¡Peppa! - Llamó su mamá desde la cocina: - Ven a conocer al invitado. - Ojala peppa no estuviera tan asustada porque no fue capaz de bajar cuando su madre llamo. No queria ver a la clase de sujeto que habia llegado. Habia decidido hechar llave a la Puerta pero su iPhone sono con la notificación de un mensaje, era de su padre que avisa que llevaria su pastel favorito. Peppa no iba a sacrificar su hambre por algun monstruo de ojos rojos. Asi que tomo su muñeco de Chuck Norris, lo metio al bolsillo y salio corriendo de la habitación. Bajo por las escaleras, paso por el pasillos y por el area de la cocina. Lo único que Peppa alcanzo a ver fue un cabello dorado de alguien en un traje negro. Sin duda era un monstruo, un monstruo que iba a comerse su pastel. 

Peppa llego a la mesa y se sento en su silla. mamá Pig llego con la comida y George trataba de contarle a Peppa como lucia el invitado. Ella, molesta e irritada por toda situación le dijo que el payaso bajo su cama se lo comeria, lo cual hizo llorar al pequeño cerdito:- ¡Peppa!- Gritó papá Pig quien habia entrado hace poco y habia al canzado a escuchar lo que su hija habia dicho. Ella se encogio de hombros pero olvido todo cuando su padre puso el pastel sobre la mesa. 

Peppa Pig x Kurapika Donde viven las historias. Descúbrelo ahora