| Capítulo 1: ¿Quién eres? |

127 2 0
                                    

   Pasos apresurados se escuchan venir de lo más profundo del bosque. Un joven alto de cabello castaño claro corre despavorido a suma velocidad. El rostro del muchacho se encuentra cubierto por una máscara que no deja ver entre su nariz y la línea del cabello, pero ésto no impide notar su angustia en su exhalar mientras toma su acelerado camino entre los árboles. No pasa mucho tiempo antes de que el chico se canse, decide parar por un momento tomando grandes bocanadas de aire que sus pulmones urgentemente necesitan... Mas su descanso es interrumpido por un ruido de ramas romperse por encima de él. El muchacho, aún agitado, voltea sin cesar a la copa de los árboles. Su corazón está vuelto loco, latiendo tan acelerado que siente en cualquier momento le saltará del pecho. Sin embargo, no importa cuánto silencio el muchacho intente hacer, no parece encontrar el punto de recién donde escuchó las ramas crujir, y prefiere no quedarse más para averiguarlo y continúa corriendo, buscándole alguna salida a ese bosque que le causa a su piel enchinarse...

Después de unos cinco minutos, al fin el joven logra salir. Su mente se aclara de tanta negatividad y suspira en alivio.

De pronto, dos bestias de aproximadamente un metro de alto salen de igual manera del bosque. Su piel oscura, sus mandíbulas grandes con dientes prominentes, figura semejante a un can y en posición de ataque hace al chico estremecerse en miedo.

— Maldita sea, pensé los había perdido... — Dice casi susurrando al ver aquellos dos pares de ojos verduscos que no dejan de observarlo.

Sin previo aviso, una de las bestias se abalanza en dirección al muchacho, tirándolo al suelo e intenta desesperadamente morderle con sus enormes fauces. El castaño empuja como puede a la criatura con sus piernas, lanzándolo en dirección hacia la otra bestia, quien no luce contenta de tal acción y decide ser el siguiente en atacar, pero su embestida es interrumpida abruptamente por un movimiento veloz que le hace derramar sangre de uno de los costados de su cabeza. Ambos cuadrúpedos quedan pasmados al ver una figura interponerse entre ellos y el chico. Una figura femenina, cabello largo completamente blanco, ropaje en blanco y negro, botas negras por debajo de la rodilla, guantes de piel negros, una máscara blanca que cubre la parte superior de su rostro y una espada curvada en su mano derecha que se tiñe en rojo con sangre de la criatura herida...

Las bestias huyen casi de inmediato al ver a la extraña mujer, mientras ésta limpia su espada con un trapo largo color verde que lleva amarrado en la cintura.

El muchacho, sorprendido ante lo ocurrido, queda inmóvil aún en el piso. Sostiene un bolso que llevaba consigo con mucha fuerza al momento de levantarse con cautela. La mujer escucha al muchacho comenzar a moverse y voltea hacia su dirección, ésto ocasiona que el chico detenga sus movimientos en seco, pensando que tal vez él será el siguiente en derramar sangre por su espada...

La joven, quedando frente al muchacho lo observa con detenimiento sin hacer ni un solo ruido, sin decir ni una palabra. El castaño comienza a ponerse nervioso, su corazón aún latiendo fuertemente y su mente inundada de ideas de lo que podría pasarle si ella lo considera un posible enemigo. La mujer luego de analizarlo por algunos segundos, desplaza su mano izquierda hasta su rostro, tocando su máscara.

— Qué extraño... — Dice la joven con una voz clara, tono tranquilo y un tanto curioso. — Tú eres diferente... — Continúa, removiendo su máscara, dejando lucir más su rostro con un par de lo que parecen ser tatuajes en forma de gancho debajo de cada ojo y sus orbes muy singulares: el izquierdo de un verde trébol; el derecho de un rojo carmín. — Tú... ¿quién eres? Nunca te había visto por estos rumbos. ¿De dónde vienes?

El muchacho queda pasmado. Nunca había visto a alguien con tan singular mirada, pareciese como si su mirar hurgara en lo más profundo de su alma... — M-mi nombre es Aldair. A-Aldair Windstone. — Dice el joven con algo de duda ya que aún no sabe las intenciones de aquella extraña. — Vengo de las tierras del sur. De Ki'ifeanst. Está por-

«ESSENCE»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora