Algunas cosas que me gustaría que supieras.

39 3 0
                                    

   Antes de partir con la historia, quiero aclarar que este espacio lo usaré para descargarme, por lo que será una historia tipo diario de vida. 

   Es decir, me permitiré humillar públicamente para que lloren conmigo, rían o no sé, casi siempre es para llorar. 

   Mi nombre es Rocío. No daré mis apellidos para que no se burlen más de mí. Tengo dieciocho años, cumplo diecinueve el 25 de mayo y soy chilena. Nací en Copiapó en el seno de una familia, vale decir, unida. Compuesta por un papá, una mamá y un hermano. 

   Cuatro años más tarde de que yo naciera, mis padres decidieron irse a la capital, por lo que me mudé a Santiago y prácticamente no tengo ninguna memoria de Copiapó. Ni siquiera del departamento en donde viví. 

   A si que se podría decir que he vivido toda mi vida en Santiago, en una comuna no tan favorable socialmente, es decir, con muy mala reputación. San Bernardo. 

   Pero creo que no importa mucho, pues la verdad soy bastante asocial desde que tengo uso de razón, y los terapeutas me lo vienen diciendo desde hace mucho. Resulta que tengo un problema, y he sido sospechosa de autismo, pero resulta que sólo es por demasiada timidez en mi ser. El diagnóstico más correcto que me dieron para entonces fue mutismo selectivo. 

   Vale, ¿qué es eso? Pues es un trastorno de ansiedad infantil que hace que el niño, en ciertas circunstancias o ciertos contextos pierda personalidad. Pues se siente tan incómodo que prefiere inhibirse y hace creer que es una persona muda. En otras palabras, estando fuera de confianza es preferible no hablar, ya sea porque no me agradas, porque no creo que seas una buena persona o simplemente porque no me dan ganas. Y aunque me hables todo el tiempo, me busques conversa, no te voy a contestar más que con algún gesto. Sin embargo, sucede que cuando el sujeto se siente cómodo, está en un lugar de confianza como con sus familiares o qué se yo, el niño habla y se relaja como cualquiera, vuelve a ser normal. 

   Es un exceso de timidez, simplificando todo. Y la timidez, y la ansiedad son como mis mejores amigas. Más la ansiedad, claro. Pero luego explicaré eso. 

   En fin, no sé qué detalle más debería agregar. Creo que si doy datos físicos, no son tan relevantes. Pero para que la historia tenga más sentido, y para que agarremos más confianza... Mido más o menos 1.63, y peso unos 78 kilos. Tengo más gruesas mis piernas que mi estómago, pero igual tengo mis rollitos, mis estrías, algo de celulitis y mucha grasa. Pero cada día las estoy amando más, estoy aprendiendo a aceptarlo, luego de una larga lucha. 

   Tengo el pelo hasta los hombros más o menos, me lo estoy intentando dejar crecer. Uso chasquilla, mi pelo suele ser café oscuro, pero me lo estoy tiñendo rojo. Tengo una perforación en la nariz, el popular y "flaite" nostril. Muchas espinillas y acné, pero dignos de la adolescencia y la mala alimentación que llevo. 

   Soy demasiado floja como para hacer deporte como también para estudiar, para vivir mi vida cotidiana o lo que debería ser mi vida adolescente. Y también para comer sano. 

   Vivo en desorden, tanto emocionalmente como con mi entorno, y es tema de discusión entre mi mamá y yo. 

   Como ven, soy bastante normal. Clase media media, pues nos permitimos algunos lujos, pero tras eso hay esfuerzo, hay mucho tiempo de ahorro y, bueno... Vivimos en San Bernardo. 

   Espero lograr llegar a sus corazones, siendo honesta, porque quiero sentirme importante y especial. Y porque quiero que haya alguien que llore conmigo, que ría conmigo y disfrute conmigo. Y también que me escuche, porque no tengo a nadie realmente. 

   Sin nada más que agregar, nos vemos en el siguiente capítulo. 

   Disfruten mi historia. 

Gotitas de RocíoWhere stories live. Discover now