Jimin dio un respingo contra la pared, jadeando, mientras sus manos se plantaban en la misma como si intentase sostenerse de alguna forma. Su pecho se encontraba pegado al muro, pero su cadera estaba inclinada hacia atrás, siendo sujetada por una de las manos del alfa.

—Aprenderás a ser un buen sumiso —aseguro el mayor, moviendo los dedos con rapidez dentro del omega, satisfaciéndose con los calientes gemidos de este—. Lo harás por mí, ¿o no, bebé? —Al no recibir una respuesta inmediata, añadió un cuarto dedo de golpe, introduciéndolos bien hasta el fondo—. ¿O no?

—S-sí —gimió, olvidándose de que a él no le gustaba que lo dominaran.

—Sí, ¿qué?

—Sí, daddy, aprenderé.

—Buen chico —dijo, complacido y continuó moviendo sus dedos con la agilidad y rapidez necesaria para que el omega chillara de puro placer, rogándole que no se detuviera. Y cuando supo que estaba a punto de llegar, retiró sus dedos, sin dejarle acabar.

—No, no, sigue, p-por favor —suplicó el omega desesperado ante la ausencia de contacto—. Por favor, d-daddy —lloriqueo frustrado, moviendo su trasero necesitado.

— ¿Qué quieres, bebé? —preguntó Yoongi, sonriendo maliciosamente.

—Tus dedos... aquí —una de sus manos abandonó la pared con el propósito de señalarse el trasero.

—Pero te has portado mal, ¿crees que te lo mereces? —el seductor tono de voz con el que hablaba el alfa no hacía más que enloquecer al omega desesperado.

—Me portaré mejor —dijo, buscando convencerlo.

— ¿Qué harás para portarte mejor?

Yoongi empezó a desabrocharse el cinturón en silencio, procurando que el omega no escuchara sonido alguno que delatara sus próximas acciones.

—Haré lo que quieras. Te obedeceré —gimió aquello como último recurso para que volviera a estimularlo.

—Muy bien, bebé, tienes que obedecerme. Siempre. Pero aun así, no tendrás mis dedos de vuelta.

—Oh, mierda, por favor.

Yoongi frunció el ceño.

— ¿Qué he dicho sobre tu vocabulario? —reprendió palmeándole el trasero.

Jimin se sobresaltó, gruñendo levemente.

—De la forma más educada que me es posible, ¿podría usted, celestial alfa, utilizar sus gloriosos dedos para encargarse de enterrarlos en el bonito agujero de mi trasero?

El alfa no consiguió evitar soltar una risa ante aquello, pues de verdad le había causado gracia. Y no fue sino hasta varios segundos después que se dio cuenta que era la primera vez que uno de los tanto sumisos que tuvo consiguió hacerle reír. Y, en definitiva, esa era una nueva razón para no dejarlo ir.

—No soy fan del sarcasmo, pero esa estuvo bien. Sin embargo, repito, no tendrás mis dedos devuelta —estableció solemne, y para antes de que Jimin reiterara su histérico lloriqueo, se alineó con prisa en la entrada del mismo y lo embistió con su hombría hasta el fondo—. Tendrás mi pene.

Sublime Dominacion.  ||Yoonmin|| (Omegaverse)⚠🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora