«Olvídalo, yo soy el que tiene la culpa por enamorarme de una idiota como tú.»
Im Eunchae ahora se ve en la tarea de ser la cabeza de la compañía de su padre: un hotel llamado "Birdcage Manor" que está al borde de la bancarrota. Con ayuda de Byun Ba...
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« you could do a little damage, you could cut me deeper; maybe you're my enemy »
—Señorita, lo siento, pero ahora mismo no puedo atenderla. —La recepcionista me dijo un poco atareada, tomando el teléfono de la recepción y empezando a marcar.
—¡Pero es urgente! ¡Soy de Birdcage Manor y en serio necesito hablar con esa persona! —Insistí, mencionándole de dónde venía con las esperanzas de que de me dejase hablar con alguien—. ¡Le estoy rogando, por favor déjeme hablar con la persona encargada del financiamiento!
—Señorita —La recepcionista colgó la llamada antes de que sonase y me miró como si estuviese exhausta de escucharme—, el director ejecutivo se encarga de tomar todas las decisiones-
—¡Entonces permítame hablar con él, le preguntaré sobre el financiamiento! —interrumpí, ya un poco desesperada e impaciente.
—Lamento expresarle que eso no será posible. El director es una persona extremadamente ocupada —Justo antes de que pudiese replicar, recibió una llamada—. Discúlpeme, déjeme tomar esta llamada.
La observé resignada. Jongin me había dicho que el director ejecutivo de SFG era... difícil. Estoy segura de que él sabía de lo que hablaba porque me lo describía como un hombre mayor con una cara muy dura que trataba a las personas con indiferencia, pero que era una leyenda en las finanzas y que Seoul Funding Group que había sido fundado no hace mucho y actualmente era el líder en la industria gracias a él.
Y nuestro único inversor. O bueno, ex inversor desde que me enteré esta mañana de la nada que habían decidido retirar su financiación, sin siquiera ofrecer una explicación.
Déjenme explicarles la situación un poco mejor, mis queridos lectores. Mi nombre es Im Eunchae y actualmente estoy a cargo de un hotel que fundó mi padre: el Birdcage Manor. Lo sé, lo sé, muy cliché. El punto es que soy relativamente nueva en esto y Jongin, que siempre estuvo interesado en el negocio y trabajando con él, se quedó un período de tiempo administrándolo hasta que me graduase y pudiese responder por él.
Pero hasta el momento, todo ha ido mal. La gente últimamente no va al hotel, nos falta personal y justamente hoy... ¡Nos retiran el financiamiento!
De vuelta a la realidad, un hombre joven, visiblemente un empleado de la compañía, gritó mientras aplaudía: —¡Atención, todo el mundo! ¡El director acaba de llegar!
En ese momento, todos los que estaban desocupados empezaron a trabajar y los que no estaban en sus puestos de trabajo corrieron inmediatamente hacia ellos, como si llegase el terror hecho persona. Todo se volvió silencioso, pero había cierta densidad en el ambiente.
Dejé a la pobre recepcionista trabajar y me senté en uno de los sillones con curiosidad. Por mi mente pasó la brillante idea de hablar con el director ejecutivo para que reconsidere sobre el retiro de fondos.
