A Seo Minwoo.

4 0 0
                                    

Aún me maravilla, que hubiera un tiempo en el cual no te conocía. 

Recuerdo el primer momento en que te vi, en una pantalla oscurecida en mi monitor. Recuerdo el primer momento en que te vi, jóven, tan feliz de estar junto a tus compañeros. Recuerdo tus lágrimas, y en cómo no te podía sacar de mi cabeza a pesar de no saber su peso.

Y tu risa. Y tus esfuerzos. Y tus palabras de aliento. No sabía su peso.

Esta es una industria que no se voltea a ver a quienes ha dejado. Un lugar en donde la crueldad de desconocidos se hace evidente. En cuánto más pensaba en ti, y en el llanto y los sollozos que no salían de mi mente, más claro se hacía: eran muchas las personas que no te merecían. Eran muchas las personas que no escuchaban. Que creían tenerte comiendo de su mano. Y en las noches, mi único deseo era que no lloraras más. Que solo viera tu grata sorpresa mientras reconocían tu talento, ese regocijo tan grande de saber que valía la pena; que cada lágrima, cada llamada, cada promesa a trabajar más duro, nunca serían en vano.

Realmente que no podía dejar de pensar en ti. En cuánto anhelaba verte algún día, y decirte con todo el cariño que poseía, como ver a un hermano, a un amigo hace tiempo perdido: "Estoy agradecida por ti".

"Estoy muy orgullosa de todo lo que haces".

"Me has animado a continuar esforzándome"

"Eres tan especial en mi vida".

"Eres un ángel, no merezco toda la alegría que me das"

¿Sería suficiente? Cinco, diez minutos, no lo serían. Para demostrarte, y hacerte entender, cuán importante eres para mi.

Lamento mucho haber desperdiciado todo este tiempo. Lamento mucho no estar siempre para ti. Lamento mucho que hayas llorado, que hayas sufrido, sentado en las noches preguntándote qué sería de tus amigos, simplemente porque no he trabajado lo suficientemente duro para hacer que valga la pena. No hay forma ahora en que pueda verte a los ojos y decirte. Pedir perdón, llorar, y asegurarte que nunca dejaré de quererte, de apoyarte. No puedo decirte que trataré más duro de ahora en adelante.

Sé que había cosas que no pedías de nosotras, porque simplemente eras así de bueno. Pero no puedo parar de pensar que hubieran valido la pena. Sé que llegué muy tarde, demasiado. Pero quería protegerte de todo lo que pudiera hacerte daño y quería que todo estuviera bien, aunque no supiera cómo hacerlo.

No sé qué voy a hacer ahora que no estás. Han pasado los días, las semanas. Veo a otras  fanáticas en la red, y me pregunto... ¿estoy haciendo algo mal? ¿Te olvidé?

Me han repetido muchas veces "todos velan diferente...". 

No debería importarme tanto. El tiempo que pasó ha pasado. El tiempo en el que no te conocía... no puedo regresarlo. Lamento no haber estado para ti. Lamento no secar tus lágrimas cuando importaba, lamento no abrazarte cuando debí hacerlo, y lamento no haberte mirado a los ojos, tomar tus manos, tal vez abrazarte y decirte "estoy orgullosa de ti".

Pensar en ti. De un día a otro dolía tanto. En ocasiones veo tus fotografías, a Simba jugando entre tus sábanas, y mi corazón se llena de ternura.

 "¿Eres real?"

Y después, cae en mi como un balde de agua fría o carbón ardiendo: ya no estás aquí. Ya no respiras. Ya no puedo verte. Ya no estás.

Duele tanto. Nunca pensé que algo doliera tanto.

No podré ver más tus ojos, o tu sonrisa, o escuchar tu voz, ver esa forma de bailar tan poderosa que tenías. No puedo verlo más. Las presentaciones, las entrevistas, los programas, duelen como si alguien tirara de mi y me rasgara el corazón.

Te extraño tanto, Minbong. Te extraño. Pensar en ti es mi alegría, pero también duele. Pensar en todas las razones que me hicieron amarte, y en cómo te has desvanecido de entre mis dedos.

Eras como el sol. Siempre presente. Como el dolor que solo aparece después del trabajo duro, o la sonrisa de alguien muy amado. Eras tantas cosas bellas que nunca legaré a contarte.

Eras una persona con cientos de defectos, tanta virtudes; tantas veces me reía, y me frustraba: 

"¿Eres real".

Al final del día, de verdad que no importaban las tonterías y metidas de pata, porque sabía, y entendía perfectamente su peso. Sabía que detrás de ello, las cosas eran mucho más reales y humanas, al rojo vivo y palpitantes, nuevas e impredecibles. Tal vez solo fueras un ser humano entre más, ¿pero sabes? para nosotros, quienes te amaban, quienes te conocían, eras mucho más que algo etéreo.

No dejaré de esperarte. No dejaré de esforzarme. 

Trabajaste incansablemente por décadas. Trabajaste muy duro. Tal vez ahora puedas descansar.

No sé cómo terminar esta carta, pero creo que no la quiero terminar. 

Me has hecho sentir tanto, aún lo haces, y entre más tiempo pasa creo que todo se vuelve a transformar. Pienso en ti, en el final de este duro camino, sonriendo como siempre lo haces.

Espera por mi. Quiero verte una vez más, y decirte sin lágrimas cuánto te amo. Decirte gracias. Y nunca más decirte adios.


Un tiempo.Where stories live. Discover now