lunes 7, martes 8. Marzo 2004

154 1 0
                                    

No hay motivos, no hay razones, simplemente ya no quiero seguir, es una lucha estúpida.

   -¡Génesis!, te estoy hablando niña-

    -¿Qué pasa mama?

   -¿Cuándo te dan calificaciones?-

    -aun no hacemos evaluaciones madre, los profesores y sus huelgas-

-cuidado y me bajas tu puntuación-

-imposible, ya deja de preocuparte-

-no quiero verte como a mi, con un maldito con hijos y sola a la vez-

No tiene que repetírmelo cada 5 minutos, a veces creo que Claire necesita unos cuantos polvos, o que se volvió loca. No se cansa de repetirme lo mal que la dejo el que Jack la dejara por sus adicciones. Nos rompió a todas de alguna forma u otra.

Desperté a las 3:08 a.m. desperté, con ese estúpido miedo, fue ese estúpido sueño lo que me despertó, comencé a golpear mi cabeza, quitándome en silencio, llorando. Fui por mi pequeña y plateada amiga, fui al baño entre la obscuridad y decore mis delgadas piernas. A las 4: 27 a.m.

Volví a la cama intentando dormir.

  -Génesis, el desayuno!-

Escuche por segunda vez, fui a la escuela, encontré una nota en mi casillero no le di importancia la tome la rompí en seis trozos desiguales, seguí mi rutina, volví a casa, hice mis deberes, dormí un poco, desperté, cene con mi madre y Christine mi hermana menor. Subí a mi habitación prepare unas cartas y fui a dormir.

12:49 a.m. lo mismo de la noche anterior, decidí no cortarme hoy; descansar de lastimarme.

Rutina de ayer, solo que hoy fue un poco peor, Lily si fue a la escuela, converse con ella y se disculpó por dejarme sola en un mundo al que no comprendo le explique que no era necesario, pero aun así, ella se empeña en darme apoyo, creo que es por lastima, aunque ella es igual a mí, un alma rota, solitaria e incomprendida. Volví a encontrar una nota, volví a romperla en seis pedazos desiguales, Lily quiso leerla, pero le explique que realmente no quería leer insultos y bromas.

La mente de una suicida, El amor de un hombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora