Parte 1

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Sus padres se sentían enfermamente bendecidos con la llegada de sus adorados mellizos. Se sentían afortunados y felices porque no sólo tendrían la llegada de un nuevo miembro a su pequeña familia, sino que serían dos y eso enorgullecía a la pareja más que a nada. Su madre estaba más que emocionada, presumiendo a todo conocido que sería bendecida con la llegada de dos bebés y principalmente ella prometía que serían perfectos.

Perfectos.

 

Los mellizos eran tan iguales y tan diferentes a la vez y registrados con el nombre de “Harold Edward” y “Louis  William”, nombres que la pareja de casados y recién padres eligió con sumo cuidado, queriendo elegir el nombre perfecto. 

Lynette y Patrick Stylinson eran padres estrictos, queriendo inculcarles a sus hijos los mejores modales y así fue. Desde muy pequeños los mellizos mostraron carisma, educación y amabilidad con cada persona nueva que se les presentaba, recibiéndoles con una sonrisa, seguido por su presentación como si ya hubiese sido ensayada antes. 

La verdad, era que Harry no vivía sin Louis y Louis no vivía sin Harry. Iban de la mano a todos lados, mirando hacia el frente y caminando derechos y con la cabeza en alto haciendo a sus padres sentirse orgullosos de tener hijos tan perfectos como ellos. 

Harry siempre miraba a Louis con cierta devoción y se sentía perdido y vacío cuando su hermano mellizo de ojos azules no estaba a su lado tomándole de la mano y brindándole confianza y seguridad. Harry se derretía cuando su hermano le sonreía y le mostraba sus pequeños dientes de ocho años, a Harry le parecía adorable y cuando iban al colegio comparaba discretamente a Louis con sus demás compañeros, dándose cuenta que su mellizo es único, especial y perfecto. 

Eran unidos, demasiado. Sus padres lo veían como algo normal, algo que sólo pasa entre los hermanos que son mellizos, como si tuviesen una “conexión especial” o eso fue lo que leyó Lynett un día, después de haber dejado impecable su casa y en su merecido descanso la curiosidad la inundó queriendo saber más acerca del curioso comportamiento de sus hijos. 

Ella dejó el tema hasta ahí, pasando por alto el extraño comportamiento que su hijo Harry comenzaba a tener. Esas miradas indiscretas que le hacía a su hermano y la forma en la que él tomaba su mano y sonreía de cada comentario que Louis hacía. 

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En el Colegio, ellos destacaban entre todos siendo conocidos como la principal atracción entre todos. Toda persona que pasara a su lado no podía evitar mirarles con curiosidad y examinarlos de pies a cabeza. Cada día se inventaba un rumor nuevo acerca de ellos y eso, sólo lograba subir el ego que ambos chicos tenían —Aunque Louis principalmente—, no les molestaba ser el centro de atención, les molestaba la gente y su estúpida curiosidad sobre ellos. 

La primera pregunta que todos se hacían era: ¿Por qué siempre están juntos? Y era una pregunta que jamás tendría respuesta. 

Todos podían acercarse a ellos y hablarles —O en todo caso hacer el intento— pero al final siempre era lo mismo: Louis tomaba la mano de Harry y lo llevaba lejos a un lugar dónde pudieran estar tranquilos y en paz sin los cotilleos de los enfermizos alumnos y Harry jamás se negaba. 

Los únicos amigos cercanos que tenían eran tres y fueron los únicos que verdaderamente se ganaron ser parte de ellos. Zayn Malik, Niall Horan y Liam Payne eran los tres chicos privilegiados que podían hablar con ellos e incluso hacerlos reír… ¡Reír! Y eso no cualquier lo lograba, más si se hablaba de Louis y su carácter fuerte y la falta de expresión en su rostro. 

Our secret [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora