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Estaba agotada.

Harry y yo habíamos pasado toda la mañana y gran parte de la tarde visitando las más famosas arquitecturas de toda Roma y habíamos decidido acabar nuestra aventura en la Bocca Della Verità.

Sinceramente, todo en Roma me había encantado, pero cualquier monumento por muy bello que sea, en mi opinión, no tenía comparación con Harry. El Sol había iluminado el hermoso color de sus ojos, convirtiéndoles en el verde más bonito que jamás he visto. El viento soplaba su rizada melena y en más de una ocasión me tuve que agarrar con fuerza mi chaqueta p ara evitar colocárselo y por no mencionar que en algún que otro momento el viento levantó con suavidad la camiseta de Harry dejándome ver su torneado torso.

No lograba comprender como un hombre como él se había podido fijar en alguien como yo.

-Es por aquí-Me agarró de la mano y comenzó a guiarme por las calles oscuras y vacías de Roma.

Realmente agradecía estar a finales de Septiembre y que el turismo fuera escaso.

Me llevo hasta una entrada de piedra que se encontraba rodeada por una pequeña muralla de cemento y unas vallas oxidadas que dejaban ver algo del interior. Al pasar vi la larga habitación y al final de la sala, pegada a la pared, se encontraba aquel famoso rostro que Harry y yo vinimos a ver.

-Vamos- Aún con las manos entrelazadas caminamos hacia la Bocca Della Verità-. Las damas primero-me sonrió burlesco, enseñándome sola la mitad de su dentadura.

Rodeé los ojos y lleve mi mano hasta la boca de la máscara mirando a Harry quien parecía no querer quitar el brillo cómico de sus ojos.

-Venga, hazme una pregunta.

Él levantó una ceja.

-¿Solo una?-asentí-. Es dificil encontrar la pregunta correcta en tan solo un momento- Llevo su mano a sus labios y con el dedo pulgar y el índice comenzó a jugar con ellos. Sentí como mi boca se hacía agua.

-Vamos, se me va a cansar el brazo.

-Está bien, está bien- Levantó sus brazo en forma de derrota-. ¿Vendrías conmigo a conocer a mi abuela el día de su cumpleaños?

-¿Qué?

-Sé que suena precipitado, pero su cumpleaños no es hasta dentro de un mes y medio y, quizás, cuando llegué esa fecha tú y yo...

Jo-der

Sentí como todo mi ser se tenso en menos de un milisegundo y como aquel juego que había comenzado de manera inocente ahora parecía ser de vida o muerte.

Claro que deseaba tener lo que sea que tengo ahora con Harry dentro de un mes pero, ¿conocer a su familia? ¿Qué narices pintaba yo ahí si nisiquiera había un título para lo que Harry y yo eramos? Aunque puede que si me negaba a ir al cumpleaños de la abuela de Harry en ese mismo momento, él daría por sentado que nosotros no tenemos un futuro y me dejaría.

De todas formas, si dentro de un mes y medio Harry y yo somos oficialmente una pareja, no tardaría mucho tiempo en tener que conocer a su familia y si por algún motivo llegamos a distanciarnos, aquella respuesta que le di en la Bocca Della Verità no tendrá mucho valor, ¿no?

-Si, iré contigo.

Su blanca dentadura iluminó la oscuridad de la noche.

-Te lo agradezco _____. Mi abuela no para de preguntarme quien es la chica por la que ando saliendo tan arreglado últimamente- Río entre dientes y creo que algo en mi se derritió

-¡Tu turno!-exclamé sacando la mano de la boca de aquella estatua en donde Harry, a continuación, puso la suya-. Déjame pensar- Entrecerré los ojos de manera exagerada y frunció la boca- Ya lo tengo- chasqueé la lengua y evite pensar en la vergüenza que me producia aquella pregunta, pero sentía que este era el momento exacto para formularla. Además con la oscuridad no podía verme la cara-. ¿Qué fue lo que te llamo la atención de mi? Qui-quiero decir, soy una chica físicamente del montón, no soy nada del otro mundo y, bu-bueno, tú si lo eres asique me preguntaba que hay de especial e-en mi- sentí mi cara arder cuando termine de hablar y me mordí con fuerza la lengua por haberme hecho tartamudear.

Sentí los ojos de Harry mirarme con bastante profundidad y sentía que en cualquier momento se iba a reír de mí, pero en cambio suspiro.

-Todo-lo escuché murmurar-. Todo en ti es especial. Hasta en la manera en la que sonríes cuando crees que la oscuridad impide ver tu rostro. Y también es especial como me siento cuando estoy contigo. Es como si no hubiera ninguna preocupación, como si no hubiera nadie más, no lo sé, es difícil explicarlo- Su voz parecía haber obtenido un tono más íntimo que me hizo temblar de pies a cabeza y desear besarle hasta quedarme sin aliento-. La Bocca Della Verità no me ha arrancado la mano, asique quiere decir que he dicho la verdad- sonrió de medio lado mientras agarraba mi cara con sus dos grandes y masculinas manos, acariciando con sus dedos pulgares mis mejillas-. Y que no vuelva a oirte decir que eres una más del montón, porque como lo vuelvas a decir me voy a enfadar muchísimo contigo, bella- Pego su frente con la mía, mirándome a los ojos con los suyos. Apoyé mis manos en sus fuertes hombres y sonrió.

Sentí el corazón en la garganta y antes de que la valentía me abandonase, fui yo la que estrelló nuestros labios formando un beso.

Sé que se sorprendió, lo noté en la forma en la que movió sus hombros, pero aún así tardó poco en recuperarse y en devolverme el beso con la misma desesperación con la que yo se lo estaba dando.

Quizás sí que lleguemos a ser algo serio dentro de un mes y medio.

En Italia {H.S}Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora