The kidnapper

556 23 1
                                    


Observaba como el tiempo pasaba de manera lenta en el reloj que había en la supuesta cocina que no tenía un aspecto mucho mejor que el de la habitación. Estaba sentada en una de las sillas que se encontraban en el centro de la estancia junto a una pequeña mesa para tomar las comidas. Dejé caer mi cabeza en mis brazos en forma de almohada, no sabía con qué distraerme y desde que estoy en aquel lugar no he abierto la boca en ningún momento. No sé qué decirles, "Hola chico que me has secuestrado y que no sé porqué si mi vida no es interesante, solo soy una chica que se emborracha hasta asegurarse que al día siguiente no se va a acordar de nada. El caso es qué no sé qué hacer, me podrías dejar mi móvil, no voy a llamar ni hablar con nadie tampoco es que tenga a mucha gente a mi lado para hablarles pero al menos puedo ver vídeos o estar en Twitter". Resoplé, necesitaba algo para beber, algo de alcohol, sí seguro que con eso me siento mejor, pero no puedo beber, seguro que si abro el frigorífico me encontraría con los huesos de alguno de los anteriores secuestrados o incluso peor, me podrían cortar las manos.

El tal Suga entró en la habitación, acercándose a mí y dejando su cara a escasos metros de mí. Comenzó a delinear mi mandíbula con sus dedos para después tomar mi mejilla, todo esto lo hizo lentamente, mirándome fijamente a los ojos. Los suyos demostraban a un tigre en su interior mientras que en mis ojos se podía ver a un gatito asustado.

-Estamos solos en casa, deberías temer este tipo de situaciones-dijo sin alejarse en ningún momento. Tragué dificultosamente, estaba demasiado cerca y yo demasiado aterrada como para decirle lo imbécil que es.

De repente se alejó de manera brusca dejándome respirar más tranquila, todo lo tranquila que se puede estar en esa situación. Él se acercó al frigorífico dejándome ver que no había ni rastro de huesos ni de carne de humano, al contrario, a diferencia de toda la casa su frigorífico estaba bastante lleno, con alimentos variados, al menos no tenían la excusa de que no había comida para darme. Entre la diferente comida pude ver las latas de cerveza y como si él me leyera la mente me preguntó.

-¿Quieres algo de beber?-ahora su voz era menos ronca que antes aunque no dejaba de asustarme cada vez que hablaba.

-Cerveza, si tienes claro-fue la primera vez que hablé y fue para demostrar el serio problema que tenía con el alcohol. Juro que intenté quitarme de todas las formas posibles pero no hubo forma, lo mismo ocurre con el tabaco y sé que me hace daño, lo sé perfectamente pero cuando salgo de la universidad esa es la única forma para desahogarme.

-Aquí no se bebe alcohol señorita-dijo mientras ponía una de las latas de cerveza en el asiento que iba a ocupar y dejándome a mí un vaso de cristal con zumo de naranja al lado-solo yo puedo hacerlo. Creo que debes ir acostumbrándote a algunas cosas. Nada de alcohol y nada de tabaco, eso sí que no lo soporto, ¿está claro?- asentí.  Me iba a volver loca si no tomaba algo de alcohol pero suponía que debía aceptar o sino mi vida podría correr peligro. Tuve que aceptar el zumo, puede parecer ridículo que gente así te ofrezca comida y bebida cuando supuestamente es un secuestro, sin embargo, aún no quería preguntar porqué me habían secuestrado. Aún no habían demostrado ningún índice de querer dinero a cambio de mi libertad, por lo que había visto el tal Kookie tenía trabajo y ganaba mucho dinero por la ropa que llevaba y por eso estaba tan perdida. ¿Por qué secuestraban gente si tenían dinero? ¿Por qué no se compraban un nuevo departamento en donde vivir?

La puerta se abrió dejándome ver a V con las bolsas de los pedidos que le había pedido, una vez que cerró la puerta Suga se marchó a su habitación advirtiendo que iba a ir a dormir algo debido que durante la noche no pudo dormir nada. V entró en la cocina dejándome una barrita de chocolate delante de mí.

-Decidí traerte algo de comer, sé que estarás asustada pero tú solo... haz caso a lo que decimos y no preguntes nada. Por ahora comete eso, vi que en tu bolso tenías el plástico de una de esas barritas e imaginé que eran tus favoritas. Mientras estás aquí no dudes en hablar conmigo, sé que puede ser un poco aburrido estar aquí encerrada. Puedes ver la televisión si lo deseas es lo único que puedes ver. Cuando estemos solos puedo dejarte tu móvil pero te tendré que vigilar en todo momento para que no avises a nadie de tu secue... de lo que está pasando, ¿de acuerdo? No quiero que me tengas miedo, yo no soy como Kookie o como Suga, no me gusta tratar mal a la gente pero supongo que tenemos métodos diferentes-¿métodos diferentes para qué?-sé que suena extraño pero podíamos ser amigos de secuestro, bah déjalo seguro que no quieres eso-dijo de manera tímida, alejándose para guardar la compra en su respectivo mueble. De todo el tiempo que he estado allí a V se le ha visto incómodo, queriendo deshacerse de esa situación. No sé el sentido que tiene todo esto pero mientras esté aquí prefiero tener a alguien con el que hablar aunque sea uno de mis secuestradores. Prefería hablar con él que pasar tiempo con Kookie o con... Suga.

-Estará bien poder hablar con alguien, aunque no pueda preguntar por qué mierdas me tenéis aquí-se giró rápidamente, mostrándome una sonrisa cuadrada y sus ojos achicándose.

-Me alegra que confíes en mí para hablar durante tu tiempo aquí aunque suene raro y tranquila, lo sabrás, al final de todo esto, sabrás el porqué estás pasando por estos momentos.

The KidnappingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora