JAMÁS PODRÍA SER POETA

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Lloré, no porque sentía la necesidad de hacerlo si no porque las lágrimas eran más fuertes que yo, tenía la garganta cansada de estar anudada todo el puto día.

Me tire en la cama y mire un punto fijo, no entendía el motivo de mi angustia y sin embargo está me quemaba de adentro hacia afuera.

Reflexione sobre cómo nunca podría ser una poeta porque carezco de los elementos básicos: el dominio del lenguaje castellano, el entendimiento de las metáforas, la desesperación por lo gramatical y más que nada, las ganas de escribir.

Pero no necesita una ser poeta para dejarse llevar por el verso, cuando la angustia es un combustible que trabaja con poca luz solar.

Me queman los ojos y me duele la garganta, tengo un pésimo dominio de la introspección, así que ni preguntar cómo me siento.

Cuenta Bucay que recién ahora se había dado cuenta que era mejor caminar por la vereda de enfrente.

A veces me gustaría ser amiga de mi conciencia para que me aconseje en momentos de arrebato.

Sin embargo aprendí que no existe cosa como tocar fondo. Hubiera preferido aprender otra cosa, una que doliera menos y costara menos asimilar. Pero no. No se toca fondo. Incluso aunque te escuezan las manos de tanto escarbar la tierra.

Pero aprendí algo más, sabes guardar un secreto?

Aunque estes descarrilado para algún lado siempre vas.

Aprender a quererte con vos en offDonde viven las historias. Descúbrelo ahora