capitulo 1 ¿deberia?

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Narra María

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-Otra vez no-Me reprimí. No puedo llegar tarde a clases de nuevo, el profesor citara a mis padres y definitivamente no quiero que me castiguen. Estaba corriendo lo más rápido que podía, pero para ser sinceros, correr no es mi fuerte y soy un asco en ello. Cuando por fin vi la entrada estaban cerrándola-¡Espere!-Grité. ¡No podía llegar tarde, joder! Cruce la calle sin mirar los lados; en este momento no me importaba nada más que llegar a tiempo.

-¡Apúrate!-Me grito alguien, no me fije en absoluto quien era el poseedor de aquella voz, solo obedecí. El chico detuvo al portero ¿Cómo no quererlo? Logré pasar sin que se dieran cuenta y dejaron de hablar. ¡Vaya salvada! El chico se me acerco.

-Gracias-Traté de regular mi respiración.

-De nuevo llegas unos segundos antes que cierren. Bueno, gracias a mi-Se floreo.

-Que gracioso, Daniel.

-¿Qué le paso a tu despertador ahora? ¿Murió?- Solté una risita irónica. ¡Claro que fue culpa del despertador!

-Nada, solo quiso que llegara tarde y me castigaran. Todo normal-Rio ante mi elaborada y absurda respuesta.

-No tienes remedio. En fin, vayamos al salón luego, el profesor ya llegara y no estaremos ahí.-Asentí y lo seguí. ¿Quién es Daniel? Es mi mejor amigo desde hace 9 años, además, es la persona que me gusta; cliché ¿No? Él es más que alto que yo; lo cual siempre utiliza para molestarme ¡No es mi culpa que sea baja! Tiene unos ojos cafés, parecidos a dos nueces y le encanta vestir con ropa ancha. No me disgusta que use ese tipo de ropa, por el contrario me encanta; y su cabello, es negro, lo tiene medianamente largo. Me gusta tocar su cabello, por alguna extraña razón es suave y me tranquiliza. ¿Qué no hay de él que no me guste? Probablemente nada, pero los hombres son una caja de sorpresas.

-¿Cómo estas hoy?-Estábamos subiendo las escaleras con bastante calma a mi parecer.

-Bien, y ¿tú?-Miré su ancha espalda y me sonrojé. ¿Por qué me sonrojaba de la nada?

-De maravilla, ahora que estas aquí-¿Cómo no sonrojarse? ¡Madre mía! Bajé la mirada.

-T-Tonto-Susurré bajito para que no me escuchara.

-Vale, lo soy, pero de todas formas me quieres así ¿Me equivoco?-¡Yo lo mató! ¿Cómo pregunta algo así? Claro, él no sabe que estoy estúpidamente enamorada de él ¡No soy capaz y nunca lo seré de confesarme! Solo...somos simples amigos.

-Camina de una vez-Pensar que lo más lejos que llegare con él será una amistad es doloroso, muy doloroso, pero es la triste realidad; mi realidad.

-¿Estas bien?-Se detuvo y me miró.

-Sí, no te preocupes-Puse mis manos en su pecho y lo empuje con suavidad.

-No eres buena mintiendo ¿Lo sabias?-Bajé la cabeza. Siempre he sido así, Siempre pienso demasiado las cosas y me torturo constantemente, y claro, no son siempre positivas; nunca lo son.

-Cállate de una vez.

-¿Salgamos después de clases?-¿Salir? ¿Solos los dos?

-¿Qué?-De seguro me está molestando, le encanta molestarme este cabrón.

-El otro día me contaste que querías comprar un juego-Saco mis manos de su pecho y las envolvió entre las suyas. Los latidos se me aceleraron de una manera incontrolable y un leve sonrojo abordó mi cara.

Tal cerca y a la vez tan lejos [Shōjo]Where stories live. Discover now