Ahogada

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Siento con mis dedos, colina de tus pechos

Pezón humedecido savia de mi líbido

Sentía el dedo entumecido, contraído por tu vientre

nostalgia bien saliente de tu risa inofensiva

Penetrante la caricia que de mí recorría

del pezón humedecido hasta la punta entumecida

Yo no sabía todavía, que tu boca no reía, que tus dedos arañados 

de espaldas me veían... Y no era yo sino quién temía, que tus gritos ahogados

se oyeran hasta en lejanía.


En su mente  Poemas vol 1.Onde histórias criam vida. Descubra agora