Siento con mis dedos, colina de tus pechos
Pezón humedecido savia de mi líbido
Sentía el dedo entumecido, contraído por tu vientre
nostalgia bien saliente de tu risa inofensiva
Penetrante la caricia que de mí recorría
del pezón humedecido hasta la punta entumecida
Yo no sabía todavía, que tu boca no reía, que tus dedos arañados
de espaldas me veían... Y no era yo sino quién temía, que tus gritos ahogados
se oyeran hasta en lejanía.
VOCÊ ESTÁ LENDO
En su mente Poemas vol 1.
PoesiaUna pequeña idea escalofriante. Poemas cortos en orden cronológico. Ayvar Snow confiesa cada uno de sus crímenes (Asesinatos, abusos, torturas, impulsos, y mucho más acerca de su pasado y cómo llegó a ser quién es) al oficial de policía Aaron Medina...