Designio

Capítulo 2

—Recuerdas lo que te dije de los chicos malos de los que te tienes que alejar porque su sola presencia hace llorar a bebes y romper ventanas... bueno, Jayden encabeza la lista, es malo del tipo muy muy malo, claro que es sexy y su personalidad rebelde y ruda atrae mucho a las chicas que creen que pueden domarlo —Ri rodó los ojos—, pero eso siempre termina en un festival de lágrimas y corazones rotos.

—Ri basta, te lo dije no me interesa nadie. –insistí

—Solo me aseguro de que sepas con quién te estas metiendo, bien, ignorando al idiota tu primera hora es historia con el Sr. Monroe, es bueno, aunque te recomiendo que te sientes atrás tiende a escupir muy fuerte a medio tiempo– hizo una mueca –tengo ingles por lo que te veré en el almuerzo.

Ella se alejó pavoneándose como la reina de los pasillos, la mayoría de estudiantes salían de su camino, solo algunos chicos de apariencia de rockeros no se alejaban y le hacían mala cara. Si, definitivamente aún no terminaba de entender que es lo que ella vio en mí para decidir que formara parte de su círculo.

Entré al salón y siguiendo el consejo de Ri me deslicé en uno de los asientos de atrás pero no tan lejos para estar fuera de vista, las horas pasaban y francamente tenía que agradecerle a Ri su consejo. El Sr. Monroe, un hombre de no más de 50 años—calvo, rechoncho y de estatura baja escupía mucho al reírse o hablar más alto para atraer la atención; estaba muy segura que después de hoy los estudiantes pelearían por los últimos asientos.

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El día transcurrió tranquilo, el chico que se sentaba a mi lado en la clase de Biología fue muy amable en prestarme su libro mientras conseguía el mío para hacer mi tarea, mi compañera de Ingles era muy conversadora y amable, la mesa de los "populares" no era tan mala como pensaba; si, había ciertos chicos superficiales y arrogantes, pero algunos no eran tan malos y la comida era buena.

La vida era buena.

Creo que el único incidente—después de lo de jayden—fue en mi clase de cálculo, el chico de al lado, un muchacho alto y muy apuesto me observaba de cerca, era realmente incómodo por lo que estuve calmada una vez que dejé el salón, ahora me encontraba en mi habitación observando fijamente a la pequeña criatura sentada frente a mi cama.

—Está bien, ¿Qué se supone que eres?

La criatura inclinó la cabeza de lado, como si no entendiese mi pregunta, volví mi atención al libro en mi regazo, llevaba horas buscando entre especies caninas y animales exóticos, no había nada ni remotamente parecida al pequeño amigo.

Luego de volver de la escuela, encontré una nota de nana que decía que se quedaría donde una vieja amiga que vive en las afueras, me había dejado la cena y dado algunas indicaciones para quedarme sola, y también había mencionado al "cachorro"

Dormirá en tu habitación es necesario que este siempre contigo; en la cocina encontraras una bolsa de croquetas con la que puedes alimentarla, y Bry ya deberías darle un nombre.

Con amor Nana

Observe la pequeña cama improvisada del "cachorro" ubicada a los pies de mi cama, era un tipo de canasta café pequeña—como para un gato—acolchada con almohadas blancas; al lado de ella había dos pequeñas tazas una con agua y la otra con croquetas.

—Que nombre debería darte —medité en voz alta.

Sabía que el perro no respondería mis preguntas, pero así era yo, para iniciar el perro era ¿Él o Ella? Lo observe fijamente, hasta que la criatura se levantó sobre sus patas traseras y salto a mi cama, se restregó como un gato a mi cadera meneando la cola mientras su cabeza alzaba mi mano.